Crítica: Sparks (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2013: Chase Williamson (Ian Sparks), Ashley Bell (Lady Heavenly), Clancy Brown (Archer), Jake Busey (Sledge), William Katt (Matanza)

Director: Todd Burrows & Christopher Folino, Guión: Christopher Folino

Trama: Los años 40. Ian Sparks es un joven devenido en vigilante enmascarado, el cual limpia la ciudad de criminales todas las noches. Ahora ha hecho pareja con Lady Heavenly, otra heroína enmascarada, a la cual le ha pedido casamiento; pero el evento terminará siendo abortado cuando ambos resulten emboscados por Matanza, un siniestro asesino serial que se ha obsesionado con ellos. Después de haber sido seriamente torturados y lastimados, la pareja se disuelva y Sparks se obsesiona por hallar y eliminar a Matanza; pero, al hacerlo, terminará por toparse con un grupo de superhéroes reales, individuos con superpoderes ganados después que un meteorito impactara en el pueblo de Rochester hace más de 20 años. Y, para su desgracia, Sparks comprenderá que Matanza es uno de los 13 supervivientes del incidente de Rochester, un sicópata capaz de mutar de apariencia y dotado de recursos que le hacen prácticamente indestructible.

Sparks Sparks es una aventura de superhéroes, producida de manera independiente por William Katt (el cual reserva para sí el rol de villano del filme). Montada con dos pesos y utilizando intensivamente el recurso de filmar sobre pantalla verde – con lo cual agregan escenarios digitales en la post producción -, Sparks pretende ser épica y diferente. Mientras que ambiciones no le faltan, lo que se echa de menos es una historia mas ordenada y prolija, la cual abunda en situaciones interesantes pero no en lógica. Es una lástima que la narrativa desprolija termine por arruinar un emprendimiento que, si bien no es original, al menos desborda de ideas.

Sparks se ambienta en los años 40, y hay momentos en los cuales sintoniza la crónica de los Minutemen que detallaba Allan Moore en su obra seminal Watchmen: héroes vintage, tipos disfrazados que salen a combatir el crimen por las noches con sus puños desnudos y que se enfrentan a tremendos villanos enfundados en bizarros trajes de carnval. Mientras que los minutos iniciales entran en el realismo propio de, por ejemplo, un Batman de los años 40, pronto nos enteramos que hay un grupo de tipos con superpoderes, gente que quedó radiactiva después que un meteorito cayera en su condado natal y exterminara a casi toda la población. Los escasos supervivientes se volvieron mutantes, tipos con la capacidad de prenderse fuego como Antorcha Humana o mutar de facciones a lo Mystique. Cuando nuestro héroe termina solo y abandonado, es recogido por un veterano policía, el cual le salvó la vida cuando era niño. El policía (Clancy Brown) tiene armado un pequeño equipo de superhéroes y Sparks cree que con ello viene su redención – una especie de versión pobre de la Liga de la Justicia -, sólo para darse cuenta que el escuadrón vive para matar criminales y robarles su botín para financiar sus actividades. Ese es un punto tremendamente interesante que la película resulta incapaz de desarrollar como corresponde, optando por volver a dejar a Sparks a su suerte y vérselas con intentar capturar al super villano él solito.

Los efectos especiales van de lo pasable a lo horrible. Mientras que los decorados digitales están ok, por otra parte los vehículos (como trenes o aviones) se ven tremendamente falsos. Yo no tengo problemas con que la reconstrucción de época no sea muy buena – abundan los anacronismos en armas y vehículos -, ya que uno puede suponer que esto no es mas que una versión alternativa de la Tierra en los años 40. Lo que sí tengo problemas es que el filme no siempre sabe para dónde ir – en muchos momentos se asemeja a una versión vintage de Batman, con el héroe siendo perseguido por la policía y los medios, y topándose con una gran galería de sicópatas de modestas ambiciones (robar o matar, nada de querer dominar el mundo) -, y deja a mitad de camino un montón de puntos interesantes, sea el grupo de superhéroes amorales dedicados a matar y robar, la mutante despreciada por el héroe (y la cual sólo puede obtener sus favores si se transforma en su antigua novia), o el villano experto en despedazar gente, el cual ha adquirido superpoderes después de verse envuelto en el accidente radiactivo del condado de Rochester. El otro punto son algunas decisiones de casting, como la contratación del eternamente horrible Jake Busey o la insípida Ashley Bell, la cual se ve como la madre del protagonista.

Sparks tiene intenciones nobles pero con ello no basta. A medida que se acerca el final la historia – que venia desprolija – termina por deshilacharse y abunda en Deus Ex Machina. Acá le faltaba una revisión al libreto, mayor linealidad, y un elenco mas parejo, lo cual habria dado por resultado algo recomendable… un mérito que nunca termina por obtener debido al peso de su propia impericia.