Crítica: The Slime People (1963)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1963: Robert Hutton (Tom Gregory), Les Tremayne (Norman Tolliver), Robert Burton (profesor Galbraith), Susan Hart (Bonnie Galbraith), William Boyce (Cal Johnson)

Director: Robert Hutton, Guión: Blair Robertson & Joseph F. Robertson

Trama: El piloto Tom Gregory a duras penas logra atravesar una densa capa de neblina que rodea la ciudad de Los Angeles. Una vez en tierra descubre que la ciudad está desierta y semi destruida. Cruzándose con quienes parecen ser los únicos sobrevivientes del lugar – el profesor Galbraith y sus dos hijas -, decide ir a uno de los canales de televisión para poder transmitir un mensaje de socorro. Pero a través de las cintas grabadas de la emisora logra interiorizarse de lo que realmente está ocurriendo: la ciudad ha sido invadida por una raza de seres monstruosos que han surgido de las entrañas de la tierra, quienes han aniquilado a todos los seres humanos que se le han cruzado en el camino. Y ahora dichos seres han comenzado a aislar la ciudad, creando un impenetrable muro de niebla que les provee la temperatura y la atmósfera necesaria para sobrevivir. La única esperanza que le queda a Gregory y el grupo que le acompaña es hallar la máquina creadora del clima y destruirla, con lo cual podrían escapar de Los Angeles y pedir ayuda; pero los seres están por todas partes, siguiendo sus pasos y acechándolos para cazarlos.

The Slime People (1963) Esá visto que a Robert Hutton le encantaba protagonizar engendros de ciencia ficción y terror. Si bien es cierto que el tipo participó en cosas decentes como El Coloso de Nueva York y They Came From Beyond Space, también lo tocó una sarta de cositas horrendas como Invisible Invaders, Trog, Cry of the Banshee, El Cuervo o The Man Without a Body. Era como una especie de héroe de acción del cine Z, o el equivalente heroico de un John Carradine. Por cada científico de pacotilla que inventara un monstruo ridículo, allí aparecía Robert Hutton para combatirlo, con su bigotito y su eterna imagen de geronte.

The Slime People (que se puede traducir como La Gente Babosa, título estúpido si los hay) es un proyecto personal de Hutton, quien además la dirigió. Es una película terriblemente incompetente por donde se la mire, en donde lo mejor que tiene para ofrecer es el innovador diseño de los trajes de los monstruos (los cuales costaron el 50% del presupuesto total del filme, como para tener una ideal del magro capital de producción que tenía toda esta gente). Todo el cast se compone de 9 tipos, 4 de los cuales son masacrados de la manera más boba por los seres babosos y lo cual sirve para demostrar de que son feos y malos. A pesar de tener sólo 43 años (gulp! mi edad!), Hutton se ve tan viejo como mi abuelo, y el bigotito a lo Errol Flynn no lo ayuda. Acá Hutton es el héroe del día, un tipo que apenas logra aterrizar en Los Angeles con su avioneta debido a feroces inclemencias climáticas, y que termina por desayunarse que el 99% de la gente de la ciudad ha sido exterminada. Los responsables de la matanza resultan ser una camada de bichos horribles, mezcla de Quasimodo y Pacú de río, los cuales surgen de las profundidades gracias a que tienen una especie de de red montacargas industriales distribuidos por toda la ciudad y que se abren en mitad de cualquier calle en cualquier momento (un detalle realmente estúpido del libreto; no me imagino a estos bichos con el pico, la pala y baldes de cemento construyendo durante años una gigantesca red de ascensores perfectamente camuflados en mitad de las avenidas; ¿no era más inteligente decir que eran invasores del espacio, y colgar alguna maquetita berreta con hilos delante de la cámara para que haga de nave interplanetaria?). La tecnología de estos bichos se reduce a los mencionados montacargas, unas lanzas vulgares y silvestres (con lo cual exterminaron a todos los militares y policías de Los Angeles!!), y un globo aerostático que hace las veces de “máquina creadora de atmósfera”. Como se puede ver, el presupuesto del filme es una lágrima.

Después de enfrentarse a los bichos, Hutton se topa con un anciano científico y sus dos hijas, las cuales quieren perder la virginidad a toda costa antes que los seres de baba las devoren (en el sentido literal de la palabra!). Hutton se va a una estación de TV y, como es un sabelotodo y conoce cómo operarla, manda un mensaje al resto de la humanidad. Los bichos deben haber visto el spot, porque de un momento a otro empiezan a atacar las instalaciones y el grupo debe salir carpiendo de allí. A los pocos kilómetros se topan con Les Tremayne (el estoico general de La Guerra de los Mundos 1953, cuyas acciones debían estar en baja para esa época y terminó laburando en este bodrio por el pancho y la Coca), que hace las veces de escritor algo loco y zoofilico. Sí, el tipo va para todos lados con una oveja cargada en sus brazos y, como a Hutton no le gustan los espectáculos bizarros, decide soltársela en medio del campo. ¡Para qué!. Tremayne se emborracha, habla estupideces, sobreactúa y decide poner fin a todas sus miserias (incluyendo la participación en esta película) entregándose a…LOS SERES DE BABA!. Todo esto en medio de un supermercado, con lo cual asumo que Stephen King debió sintonizar este filme en Sábados de Super Acción por canal 11 cuando era chico, y que le secuencia lo inspiró para escribir su opus La Niebla (la cual es una película mil veces superior a ésta).

Todo lo que sigue es una serie de insulsas idas y vueltas, malos diálogos y pésimas actuaciones, envueltos en una niebla tan espesa que resulta imposible ver qué es lo que pasa en pantalla (!). De casualidad el grupo se topa con la máquina atmosférica (la cual parece un castillo inflable) y la perfora con una lanza que le sacaron a uno de los bichos. Estos empiezan a caer como si los hubieran rociado con un aerosol gigante de Raid, e inmediatamente aparecen aviones, tanques, milicias y toneladas de stock footage, el cual está empalmado de manera poco elegante y nada convincente a la película principal. Chin, púm, este cuento se ha acabado!.

The Slime People es una película torpe y aburrida. Ok, los monstruos son excelentes, y es por ello que la salvamos de la hoguera dándole dos atómicos. Pero el resto es material de cuarta, poco coherente y rodado de la manera más burda posible.