Crítica: Skyline (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2010: Eric Balfour (Jarrod), Scottie Thompson (Elaine), Brittany Daniel (Candice), Crystal Reed (Denise), Neil Hopkins (Ray), David Zayas (Oliver), Donald Faison (Terry)

Director: Hnos Strause, Guión: Joshua Cordes & Liam O’Donnell

Trama: Jarrod y su novia viajan a Los Angeles para asistir al cumpleaños de su amigo Terry. Después de una larga y agitada noche de fiesta, los jovenes se disponen a descansar en el lujoso condominio de Terry hasta que son despertados a la madrugada por intensos resplandores que provienen de la ciudad. El centelleo lo provocan numerosas naves alienígenas que han comenzado a sobrevolar Los Angeles, y han comenzado a abducir a miles de personas. Ante el horror Jarrod y Terry deciden improvisar la fuga… pero el condominio se encuentra rodeado por las tropas de asalto de la avanzada extraterrestre, las que empiezan a rastrear uno a uno los departamentos en busca de supervivientes.

Skyline Los hermanos Strause no descansan de cometer atrocidades. Alien vs Depredador era una franquicia bastante potable (me cuento entre los pocos que piensan así) hasta que vinieron los brothers y la aniquilaron con la secuela (Requiem) en el 2007. En su momento adujeron que el estudio les sacó el filme, lo manipuló y engendró esa bazofia que despacharon a los cines. Ahora estos chicos – capos del estudio de FX Hydraulx, y que facturan muy bien ya que tienen gran demanda en Hollywood – se despacharon con esta película, producida integramente de su bolsillo. Ya no pueden citar “interferencias de estudio”; la basura es de su completa propiedad, y Skyline es prueba patente de su falta de talento. Buenos efectos especiales no pueden camuflar la desidia generalizada de directores y guionistas por escribir una historia siquiera decente.

Esto es Dia de la Independencia + Cloverfield, en versión de cine Z. Aquí no hay cámara en mano, la que al menos servía para camuflar un poco la falta de talento del director de turno y con la cual resultaba fácil generar shocks en primer plano. Por contra, el enfoque standard que usa Skyline pone en evidencia todos los problemas del libreto. Aquí hay otra troupe de palurdos enfiestados (tal como Cloverfield) con su cuota de dramas personales de telenovela que no le importan a nadie y que el libreto pretende vender como “tridimensionalización de los personajes”. Por suerte esto no dura demasiado, ya que a los 15 minutos tenemos la invasión alienígena en pleno, en donde los extraterrestres disparan gigantescas balizas en las ciudades y las naves madres acuden hacia ellas, actuando como aspiradoras gigantes de seres humanos. A esa altura el tufillo de Dia de la Independencia es más que evidente, con planos casi idénticos. Pero como los FX son muy buenos (si la gente de Hydraulx no sabe de esto, bien pueden poner un puesto de choripanes en la costanera y dedicarse a otra cosa), uno no tiene demasiada queja hasta ese punto.

Los problemas comienzan cuando el grupo humano de turno empieza a razonar y a hacer estupideces. Como los hermanos Strause vieron ID4, se dijeron: “precisamos a otro cómico negro que haga de héroe” y trajeron a Donald Faison de la serie Scrubs, para que haga de Will Smith del bajo presupuesto. Pero Faison es un tipo con cara de payaso y verlo angustiado por el abrumador ataque alienígena bordea lo ridículo – el drama no es lo suyo -. Para colmo anda armado con una pistola por todo el edificio, como si los marcianos se hubieran mudado al departamento de al lado.

El tema es que toda esta gente nunca termina de salir de las cuatro paredes del condominio, ya sea porque están sitiados o porque se la pasan pispeando los pormenores de la invasión a través de un telescopio, y con lo cual casi no tienen contacto directo con los extraterrestres de turno. Entonces tenemos a 4 tipos visitando siempre los mismos 3 escenarios – azotea, calle, departamento -, y que no hacen nada más que pelearse entre ellos. Ciertamente en el género de invasiones alienígenas usted puede ser a) el héroe que derrota solito a los marcianos b) el superviviente que pelea por su vida c) el testigo, que reflexiona mientras los ejércitos combaten infructuosamente al invasor. Aquí los protagonistas son tan inoperantes que entran directamente en la categoría c); pero, en vez de decir cosas interesantes sobre el destino que les ha tocado en suerte, esta troupe de idiotas se la pasa peleándose por trivialidades y haciendo burradas. Afuera hay naves madres gigantes como ID4, hay calamares voladores como Matrix Revoluciones, hay bichejos enormes sueltos como Cloverfield, y hay brazos exploradores como La Guerra de los Mundos. Los aliens vienen a saquear cerebros humanos, los que usan para tomar energía como si fueran pilas Eveready. El problema es que los extraterrestres le extirparon los sesos a los guionistas antes de que finalizaran el libreto.

Si los protagonistas no nos importan; si las escenas de acción están plagiadas de peliculas anteriores (y mucho mejores que ésta); ¿qué nos queda?. Efectos especiales. Una cosa que me impactó de Skyline es que, en este universo, la gente es respetuosa de la propiedad privada aún en las situaciones más apremiantes. Cuando una criatura persigue al coche en donde los protagonistas intentan escapar, el conductor decide esperar los 15 segundos reglamentarios para que la valla automática se abra del todo en vez de arrollarla con el auto. Cuando varios calamares gigantes amenazan con devorarlos, el líder del grupo decide perder segundos valiosísmos en usar la llave adecuada para abrir la puerta del consorcio en vez de hacer puré el vidrio de la misma. Incluso cuando las fuerzas aéreas lanzan un misil atómico a la nave madre – la que está a menos de un kilómetro del condominio -, la explosión nuclear ni siquiera raja un vidrio en el departamento. Ya sabíamos que el filme era barato… pero ¿era mucho costo de producción destrozar un ventanal de vidrio falso?

A los hermanos Strause deberían prohibirles de por vida dirigir otro filme. Acá hay una desidia total por la historia. Me imagino una reunión de producción del filme, elaborando escenas espectaculares de efectos especiales y, una vez rodadas, escribiendo a las apuradas alguna excusa en el libreto para involucrar a los protagonistas en dicha secuencia. Eso no quita de que haya una segunda parte, ya que el filme costó solo 10 millones de dolares y en el estreno recaudó 12 (faltan más semanas en cartel y la salida en video). Pero dudo que atrapen dos veces a la gente con la misma bazofia.