Crítica: Sharknado 2: la Segunda (2014)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2014: Ian Ziering (Fin Shepard), Tara Reid (April Wexler), Vivica A. Fox (Skye), Mark McGrath (Martin Brody), Kari Wuhrer (Ellen Brody)

Director: Anthony C. Ferrante, Guión: Thunder Levin

Trama: Fin Shepard y April Wexler viajan a Nueva York para encontrarse con un par de amigos en la Gran Manzana y, de paso, cumplir con las obligaciones editoriales impuestas por el último libro de April, Cómo Sobrevivir a un Sharknado. Pero el avión en donde viajan es atacado ferozmente por otra tormenta de tiburones, los cuales diezman la tripulación y se devoran una de las manos de April. Internada de apuro en el hospital mas prestigioso de la ciudad, Fin sale a arengar a los medios que un nuevo Sharknado es inminente y, esta vez, sobre la ciudad de Nueva York. Pero nadie le cree y, lo que es peor, un tremendo frente polar se avecina por el norte el cual – al toparse con el Sharknado – puede elevarlo a una tormenta de categoría 5. Es por eso que Fin y sus amigos salen a improvisar un stock de bombas caseras, las cuales planean lanzar dentro de la tormenta para anular su succión y desactivar su poder destructivo; pero los materiales escasean en Nueva York – una urbe de puro cemento y en donde la venta de armas está prohibida -, razón por la cual Fin y los suyos deberán inventar cómo sea la manera de crear algún tipo de explosivo antes de que el Sharknado llegue al centro de la ciudad y provoque una masacre de dimensiones bíblicas.

Sharknado 2 The Asylum es un estudio de tercera línea, especializado en hacer mockbustersesos filmes horrendos hechos con dos mangos, y que afanan la idea y el título de algún super blockbuster de estreno inminente; la idea es que los incrédulos se devoren estos títulos por error (o por la amoral recomendación del dueño del videoclub de turno) y vean algo así como una versión casera de Los Vengadores, El Día que Paralizaron la Tierra, Robocop, etc. pero retitulada como Vengadores: Grimm, El que la Tierra se Paró, Androide Cop, etc, los cuales merecen ser prendidos fuego al cabo de los 90 minutos que dura el metraje -. The Asylum y el canal SyFy (otro fabricante serial de bodrios) terminaron haciendo una sacrílega sociedad tras lo cual unieron fuerzas para producir esperpentos al por mayor. Entre todos ellos se destaca Sharknado, una película terrible que hubiera caído en el olvido (como tantos otros productos de The Asylum) si no fuera porque se transformó en un fenómeno viral en las redes sociales al momento mismo de ser emitida en televisión. Amigos y familiares se llamaban, twiteaban o mensajeaban para recomendar a sus conocidos que prendieran sus TVs y sintonizaran ese engendro que estaba pasando SyFy en aquel momento, quedándose on line para intercambiar comentarios crueles sobre la apestosa calidad del filme. Ni bien recibieron los números de audiencia (y más tarde, de ventas), la gente de The Asylum se dió cuenta que se había topado con una mina de oro e inmediatamente pusieron manos a la obra para engendrar la secuela.

Yo no soy muy fan de la primera Sharknado y ciertamente la segunda no es mucho mejor. Los primeros cinco minutos son fantásticos, pero ello ocurre gracias a que el libretista Thunder Levin se dedica a depredar escenas de Airplane!, Serpientes en el Avión y, especialmente, el episodio de La Dimensión Desconocida “Terror a 20.000 Pies”, sólo que tenemos un tiburón mordiendo la turbina de un jumbo en vez de un gremlin de aspecto diabólico. Esos minutos iniciales, aún dentro de su falta de originalidad, están hechos con un inusual grado de elaboración – hay un montón de cameos, especialmente de Robert Hays como el piloto de turno (y repitiendo las mismas líneas de Airplane!), y Kelly Osbourne como la aeromoza de turno, quien le pide a tara Reid que firme su copia de “Como Sobrevivir a un Sharknado”(!) – y son por lejos lo mas gracioso de la película. Lástima que, pasados los títulos de presentación, el resto del filme carece de la misma chispa del teaser y se transforma en una letanía mal filmada. Entre la multitud de cameos – algunos con mas gracia que otros – y el mediocre timing cómico del director Anthony C. Ferrante, lo que terminamos obteniendo es una especie de fallido capítulo doble de Batman (1966), sólo que sin la presencia celestial de Adam West como para condimentar las cosas. El humor camp empapa la historia pero los gags están filmados de apuro, sin entusiasmo, mal sincronizados o con una edición que deja mucho que desear.

Si bien el filme es estúpido, bizarro y no muy cómico que digamos, al menos hay que ponerse de pie y sacarse el sombrero ante las bondades de Ian Ziering como protagonista. El tipo es un soldado a las órdenes del director, y le pone una actitud que es digna de aplauso – éste es un rol que masacraría la carrera de cualquiera, pero Ziering lo baraja con absoluta intensidad y convicción (como si fuera un conflicto serio y real), y por esa única razón tendría que ganarse un Oscar! -. Por otra parte la masacre final en el Empire State es bastante divertida y la frutilla del postre es cuando Ziering (completamente bañado en tripas y sangre de tiburón) recupera la mano amputada de Tara Reid (de la panza de un tiburón), le saca el anillo y le propone casamiento. Eso sí que es romanticismo!.

Sigo sin comprar la saga Sharknado. Quizás la tercera entrega tenga algo más de filo, pero creo que el problema no es el tema ni el libreto, sino la mala dirección de Ferrante. Quizás con otro director mas adepto a la comedia el filme podría sacar el brillo que semejante disparate merece; pero así como está es una cosa boba, simplona, plagada de estupideces mal rodadas, las cuales no hacen el blanco que debiera debido a la impericia del tipo que está detrás de la cámara.

SHARKNADO

Sharknado (2013) – Sharknado 2: la Segunda (2014) – Sharknado 3: Oh, Diablos, No! (2015)