Crítica: Shaolin Soccer (2001)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Hong Kong, 2001: Stephen Chow (Sing), Man Tat Ng (Fung), Vicki Zhao (Mui), Yut Fei Wong (Cabeza de Hierro), Patrick Tse (Hung)

Director: Stephen Chow, Guión: Stephen Chow & Kan-Cheung Tsang

Trama: “Pierna de Oro” Fung era un gran crack del futbol chino, hasta que llegó el día en que aceptó un jugoso soborno para perder un partido y la hinchada – en un ataque de bronca – le quebró las piernas, cortando de raiz su carrera. Ahora han pasado 20 años y encontramos a Fung trabajando como empleado de limpieza en el mega club deportivo que regentea Hung – el mismo que le ofreciera el soborno décadas atrás, y que ahora ha prosperado como corrupto dirigente de fútbol -. Harto de los malos tratos y desesperado por recuperar la gloria perdida, Fung le pide a Hung que le deje manejar un equipo, aunque sea uno de las inferiores. Ante la negativa – y la burla – de Hung, Fung se emborracha como un marinero y va a la deriva por las calles hasta que se topa con Sing, un entusiasta muchacho que dice tener la solución para todos sus problema: armar un equipo de futbol con ex alumnos de la escuela Shaolin, quienes utilizarán sus talentos del Kung Fu para ganar los partidos y promocionar las artes marciales. Fung cree que es un disparate hasta que ve en la práctica las habilidades de Sing y de sus amigos, y pronto se encuentra participando en el campeonato nacional. Pero Hung – y su siniestro team conocido como el “equipo del mal ” – han inundado el camino de trampas y, lo que es peor, se encuentran esperándoles en la final del torneo, en donde pareciera que cualquier truco – por sucio que sea – está permitido con tal de ganarles y arrebatarles el título de sus manos.

Shaolin Soccer Ya hemos hablado de Stephen Chow en otras ocasiones. Occidente comenzó a adorar a Chow a partir de Kung Fu Hustle (2004), pero dicho filme no era más que la culminación de una larga y próspera carrera como comediante en el cine de Hong Kong. De hecho, la carta de presentación de Chow en Occidente fue Shaolin Soccer, y pronto Miramax, Columbia y otros estudios comenzaron a escarbar en la filmografía del actor, resucitando viejos títulos y lanzándolos en video, y persiguiendo a Chow para ofrecerle respaldo financiero para los proyectos que quisiera materializar. De hecho, uno podría asumir que tanto el éxito como el acoso de los estudios le provocaron pánico escénico a Chow (el síndrome de James Cameron?), ya que el tipo se tomó 4 largos años antes de reaparecer con la tibia CJ7 (2008), amén de decirle que no al malparido proyecto de Seth Rogen de El Avispón Verde (la que terminó por transformarse en una sabia decisión).

La versión que ahora comentamos es la llamada “extendida”otro de esos engendros inventados por Hollywood para vender dos veces el mismo pescado -. El problema con las versiones extendidas es que meten a prepo recortes y descartes, cosas que el mismo director había filtrado y que consideraba que arruinaban la fluidez del relato. No sabría decir cuáles son las partes adicionadas (el original lo vi hace un par de años y no tengo tanta memoria), pero se nota un cambio en la narrativa. La principal sensación es que hay un par de momentos en que el filme queda con el culo para el norte, como si se hubiera excedido demasiado con algún gag sin gracia y no supiera cómo volver al carril. Ello ocurre, por ejemplo, con la secuencia en donde Chow canta con su hermano, en donde ambos desafinan y dicen incoherencias durante demasiado tiempo en pantalla. El gag se hace eterno y lamentable.

Pero aún en un mal día la creatividad de Chow da para filmar 10 películas juntas. Acá se repiten varios temas clásicos y presentes en toda su filmografia: gente pobre y menospreciada que posee enormes valores / talentos y que los demuestran en el momento justo; una conjunción de factores sobrenaturales que aparecen en el instante adecuado en el que el protagonista se “ilumina” y procede a reestablecer el balance y la justicia; y una fuerte creencia en que la humildad hace al poder de las personas. Lo de Chow pareciera, por momentos, una interpretación metafísica del vagabundo de Chaplin (uy!; cómo estamos hoy!): el pobre, el marginado, es un individuo mas sano, leal y talentoso que el corrupto adinerado. La pobreza es un estado de virtud que, a la larga, termina por dar dividendos.

Acá Chow es una especie de Maestro Po de cuarta, un vagabundo convencido de la supremacia de su instrucción Shaolin. Entusiasmado por el proyecto de un ex jugador fracasado – que ve a la oportunidad como una revancha de la vida -, Chow arma un equipo con habilidosos del kung fu, los cuales se comportan como si fueran un team de superhéroes. Así es que tenemos un tipo capaz de patear la pelota a 100 km por hora, otro que puede volar 15 metros sobre el suelo para cabecearla, u otro que la lanza con tanta fuerza que la bola se convierte en un meteoro prendido fuego por la fricción del aire (!). Como todo es exagerado, los rivales del equipo shaolin no son menos, y van desde un grupo de chicas andróginas que juegan sucio hasta el “equipo del mal”, los villanos de la historia que están pasados de drogas y poseen oscuros superpoderes.

Ciertamente Shaolin Soccer no es tan fluida o satisfactoria como Kung Fu Hustle. Hay una subtrama romántica demasiado torpe e insatisfactoria. Están los mencionados gags que quedan bizarros o fuera de lugar – el filme abunda en situaciones WTF, como canciones estridentes y cuadros de baile en los momentos menos pensados -. Pero dichas secuencias no duran demasiado y, cuando el equipo comienza a entrenar y competir, el filme se transforma en un verdadero delirio. El estadio de futbol se convierte en un campo de batalla entre fuerzas del bien y del mal, con una galeria interminable de disparates y excesos. Es como ver a los personajes de Dragon Ball Z jugando fútbol mientras el escenario explota en pedazos.

Es posible que el humor de Chow no sea para todos pero, si usted se pone en su onda, verá que Shaolin Soccer es una gozada. Hay desprolijidades, es cierto, pero hay muchísima creatividad y gracia involucrada y, si se engancha, verá que prontó comenzará a buscar más películas de Chow, donde sea que estén, simplemente porque son tan frescas que no se parecen a nada que haya visto antes.

STEPHEN CHOW

Algunas películas de Stephen Chow comentadas en este portal: Desde Pekin con Amor (1994) (comentada en SSSM) – El Hombre de los 60 Millones de Dolares (1995) – Shaolin Soccer (2001) – Kung Fu Hustle (2004) – CJ7 (2008) –