Crítica: El Señor de los Anillos (la version animada de Ralph Bakshi) (1978)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1978: voces: Christopher Guard (Frodo Baggins), William Squire (Gandalf), Michael Scholes (Samwise Gamgee), John Hurt (Aragorn), Simon Chandler (Merry Brandybuck), Dominic Guard (Peregrin Took), Norman Bird (Bilbo Baggins), Michael Graham-Cox (Boromir), Anthony Daniels (Legolas), David Buck (Gimli), Peter Woodthorpe (Gollum), Fraser Kerr (Saruman), Andre Morell (Elrond), Annette Crosbie (Galadriel), Philip Stone (Rey Theoden), Michael Deacon (Grimma Wormtongue), John Westbrook (Bárbol)

Director: Ralph Bakshi, Guión:Peter S. Beagle & Chris Conkling, basados en las novelas La Comunidad del Anillo y Las Dos Torres de J.R.R. Tolkien, Musica – Leonard Rosenmann

Trama: Bilbo Baggins, en la fiesta de su cumpleaños 111, hace gala de un anillo mágico que le otorga invisibilidad. Pero el mago Gandalf, de visita en la comunidad Hobbit, sospecha del anillo y le pide a Bilbo que se lo entregue. El mismo resulta ser el anillo perdido del malvado Lord Sauron, el que contiene suficiente poder como para doblegar a todas las naciones de la Tierra Media. Mientras se tejen alianzas para actuar contra la inminente embestida de Sauron en busca del anillo, se constituye una comunidad de representantes de las distintas naciones. Así pues es que los hobbits Frodo y Sam parten hacia el Monte del Destino, con la intención de destruir el anillo en la lava hirviente donde fuera forjado, mientras que humanos, magos y elfos deciden enfrentar los embates de las fuerzas del mal, las cuales chocarán en combate con toda su potencia en la fortaleza ubicada en el Abismo de Helm.

El Señor de los Anillos (version animada de Ralph Bakshi) Antes de Peter Jackson estuvo Ralph Bakshi. Bakshi es un animador controvertido, osado, al cual le corresponde el mérito de proyectar en un circuito comercial standard un dibujo animado para adultos – Fritz the Cat – contienendo escenas pornográficas. En general todo el trabajo de animación de Bakshi siempre estuvo orientado al público adulto; y si bien como artista deja que desear, es indudable que se trata de un creativo decidido a realizar apuestas arriesgadas.

Con el paso de los años las decisiones artísticas peliagudas de Bakshi han ido mermando, en especial después del fracaso de Cool World, una suerte de Roger Rabbit orientado a adultos. Usualmente se le reconoce que los únicos hits en su carrera han sido Fritz the Cat y esta adaptación animada de la obra de Tolkien, aunque lo cierto es que The Lord of The Rings distó bastante de ser un blockbuster – costó 8 millones de dólares y recaudó 30 -, algo que la United Artists estimó insuficiente como para financiar la secuela.

La historia de esta versión de The Lord of The Rings es bastante compleja. El proyecto siempre estuvo flotando entre los pasillos de los estudios, pero a partir del mega éxito de Star Wars, a Hollywood le vinieron los apuros de sacar de la galera otra saga épica que compitiera con la de George Lucas. De la misma época es el proyecto faraónico de Alejandro Jodorovsky de Duna, pensado con el mismo propósito. Y si bien la idea de adaptar a Tolkien estuvo en la cabeza de muchos – sin ir más lejos, hasta en la de Stanley Kubrick – en los 70 solo había un proyecto en marcha, y estaba bajo el mando de John Boorman (Deliverance, Excalibur). El problema era que Tolkien sólo era conocido en circuitos de culto, y ningún estudio quería financiar un proyecto que suponiese una trilogía de lo que estimaban serán filmes con poca asistencia de público. Boorman había podido ponerlo en marcha ya que le vendió a los estudios la disparatada idea de resumir todo en un sólo filme. Y el guión infilmable de Boorman – de 700 hojas – anduvo dando vueltas hasta que Bakshi fue a golpear las puertas del estudio y propuso una versión animada, que resultaría mucho más barato. A Boorman lo despidieron con 3 millones de dolares de indemnización por el guión, y Bakshi quedó a cargo, aunque lo único que pudo negociar fue dividir a la obra en dos partes. De más está reiterar que la segunda parte jamás fue filmada, si bien los estudios Rankin Bass realizarían una especie de secuela directamente para TV años más tarde.

Y si bien el film animado de Bakshi no fué el hit esperado, al menos sirvió para revivir el interés en Tolkien, y nuevos proyectos fueron puestos en marcha además de adaptaciones radiales y reediciones de sus libros. Se le debe reconocer el mérito a Bakshi de sacar a Tolkien del ghetto y darle nueva vida a sus obras. Así llegaríamos hasta la trilogía perfecta de Peter Jackson que todos conocemos.

Aquí precisamente hay otro punto para la polémica. Jackson ha repetido innumerables veces que no vió la obra de Bakshi, así como Bakshi ha desmerecido la trilogía de Jackson, amén de no perdonarle la falta de reconocimiento. ¿Ego exagerado del animador?. Como veremos, Bakshi parece no hablar en vano.

Hay dos puntos de vista que sirven para evaluar a la versión animada de El Señor de los Anillos en sus justos términos. En primer lugar, debemos apreciarla con los ojos cerrados (y con un buen doblaje castellano). Si uno escucha los parlamentos, es indudable que el guión es excelente, capturando frases exactas de los libros así como todo el espíritu Tolkieniano de la obra. Hay diálogos que son copia textual tanto de las novelas o que aparecen en las películas de Jackson. Incluso hay un par de libertades que toma Bakshi, como es la escena de la cantina en donde los señores del anillo acuden en masa a matar a los hobbits – algo que no figura en el libro, y sí aparece en La Comunidad del Anillo de Jackson -. Del mismo modo, el setup en el Abismo de Helm es similar al de Las Dos Torres. La novela de Tolkien es mucho más breve sobre dicha escena, y lo que parece ahora indudable es que Jackson tomó el guión de la versión animada, expandiéndolo y puliéndolo en su aspecto dramático. Otra cosa que toma Jackson de Bakshi es la desaparición del personaje de Tom Bombadil.

Pero si bien el guión es absolutamente fiel a Tolkien, el problema del film pasa por el segundo punto de vista, que es Bakshi como director y animador. Es sencillamente terrible. Como director toma muchas decisiones apuradas – comprime los dos primeros libros (que son enormes) en 132 minutos, lo cual es excesivo -, con lo cual los tiempos dramáticos no existen. Es como escuchar una canción de un LP de 33 revoluciones en un tocadiscos a 78 rpm. Todo va muy apurado, y las escenas saltan de un escenario a otro muy diferente en escasos segundos. Indudablemente Bakshi pensó que el clímax necesario para culminar esta primera parte era la batalla del Abismo de Helm, pero la cantidad de historia metida previamente es avasallante. No sólo los caracteres nos resultan cartón pintado sino que pierde todo el peso de la trascendencia de la obra. Sin ir más lejos, toda la aventura del anillo parece una bobada.

Pero si eso es malo, la animación es peor. Obviamente los decorados de fondo parecen extractados de los libros de ilustraciones de numerosos artistas que imaginaron los escenarios de Tierra Media. Pero se ven oscuros y toscos. Y, lo que es peor, es el diseño de los personajes. Bakshi combina tres técnicas: animación standard, rotoscope y negativos coloreados. Mientras que la animación standard es mediocre – opaca, de escasos colores -, Bakshi decide ahorrar tiempos y costos usando una técnica primitiva de captura de movimientos llamada rotoscope, con el cual los dibujantes realizan las ilustraciones sobre fotogramas de una película rodada con actores. Vale decir, dibujan sobre un film. Esto debería generar movimientos realmente naturales – cosa que sí sucede -, pero cuando se lo inserta en escenarios dibujados que no son de gran calidad termina por resultar chocante. Y es horrible cuando los animadores intentan darle vida a los gestos del personaje. Las facciones cambian de tamaño aleatoriamente – el tamaño de los ojos nunca es constante -. Otro inconveniente del rotoscope es que depende de la actuación física de los intérpretes, y aquí todos parecen una troupe de amateurs de la peor clase. Cuando están preocupados, hacen gestos exagerados (e idiotas) como para que queden bien detallados y el animador pueda calcarlos, con lo cual pierde toda su sutileza.

Y si la animación y el rotoscope son mal usados en el film, ni hablar de la parte diseño de personajes. Los hobbits son horribles; es cierto que los de Jackson quizás sean demasiado bonitos, pero aquí son caricaturas que encima gesticulan como autistas. Gandalf le explica a Frodo que toda la Tierra Media puede desaparecer, y el hobbit se sonríe de una manera tan antinatural (y estúpida) que parece que estuviera en otra escena distinta. Salvo Gandalf, el resto de los caracteres son realmente feos. Hasta Aragorn parece un obrero antes que un héroe o un príncipe – no hablemos del Balrog, que tiene el mismo tamaño que Gandalf, y parece animado por la gente de South Park -. Y si todo ya venía mal, para la escena del Abismo de Helm Bakshi decide insertar negativos coloreados. Para crear un clima de guerra pone toda la pantalla en rojo e inserta film con actores (no animados o tratados con rotoscope; actores comunes y corrientes que se ven en un tono escarlata). Al igual que los otros, se mueven con una torpeza terrible y es claramente visible que usan disfraces baratos. Las espadas que utilizan en combate dan lástima, y los combates multitudinarios se reducen a 20 o 30 tipos. Todo el clímax del Abismo de Helm es de una torpeza descomunal, bizarro, confuso y con dramatismo cero.

Es una película muy mediocre. El guión es muy bueno como para una versión radial, pero visualmente va de lo malo a lo espantoso. No tiene clima, los actores dan asco, y los tiempos que maneja Bakshi son exageradamente cortos. Sólo es recomendable como curiosidad.

J.R.R. TOLKIEN Y LA TIERRA MEDIA EN EL CINE

Adaptaciones basadas en El Hobbit: la trilogía de Peter Jackson (El Hobbit: Un Viaje Inesperado (2012), El Hobbit: La Desolación de Smaug (2013), y El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos (2014)) – Adaptaciones basadas en El Señor de los Anillos: la versión animada de Ralph Bakshi El Señor de los Anillos (1978); la secuela no oficial de Rankin Bass El Hobbit II: El Regreso del Rey (1980); y la trilogía clásica de Peter Jackson (La Comunidad del Anillo (2001), Las Dos Torres (2002), y El Regreso del Rey (2003). La Caza de Gollum (2009) es un fan film ubicado en el mismo universo de las películas de Jackson.