Crítica: Satanik (1968)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

España / Italia, 1968: Magda Konopka (Dra. Marnie Bannister), Julio Peña (Inspector Trent), Umberto Raho (George Van Donan), Luigi Montini (Dodo La Roche), Armando Calvo (detective), Mimma Ippoliti (Stella Dexter)

Director: Piero Vivarelli, Guión: Eduardo Manzanos Brochero, basado en el comic creado por Max Bunker y Magnus

Trama: La Dra Marnie Bannister es una mujer madura que se encuentra trabajando con un científico en la búsqueda de una fórmula para la regeneración de las células. El investigador parece haber dado con la clave, pero la fórmula – que produce el rejuvenecimiento y la recuperación perfecta de la piel – tiene efectos colaterales indeseables, como un súbito aumento de la agresividad en los especímenes en que fue probada. Bannister – que posee una grave enfermedad deformante en su piel y rostro – se desespera por experimentarla y, en su afán, termina por asesinar al científico. Pero ahora Marnie se ha transformado en una belleza escultural, aunque carente de escrúpulos para obtener lo que desea. La chica se involucra con George Van Donan, un comerciante de artículos robados que está vinculado con una banda de criminales. La nueva Marnie engatusa a Van Donan para quedarse con sus posesiones y eliminarlo; y, mientras tanto, se entera de una redada de la policía en el garito de Van Donan. Aprovechando el dato, tomará todo el dinero y decidirá huir a Suiza bajo la identidad de la esposa de uno de los mafiosos. Lo que no sabe Marnie es que el hermano de dicho mafioso la está esperando en el aeropuerto, y muy pronto la chica comenzará a involucrarse en asuntos cada vez más turbios mientras el inspector Trent de Scotland Yard la persigue sin dar tregua.

Satanik Una de las cosas más curiosas del fumetti (comic) italiano es su natural predilección por los villanos. En realidad la tradición del cómic de superhéroes es esencialmente americana, mientras que en Europa se abocaron a las historietas cómicas o de aventuras. Pero en Italia la onda del comic heroico norteamericano pegó fuerte, aunque de una manera un tanto bizarra. Hay superhéroes locales que parecen adaptaciones trasnochadas de personajes de la Marvel, como Capitán Italia, Euroman, Il Massacratore o de la DC como Flashman, Super Women o Atomik (por sus nombres no es dificil adivinar en qué super héroe de las mencionadas editoriales se basan). Pero cuando los italianos decidieron explotar una vena más propia y original, se decantaron por los genios criminales envueltos en elegantes disfraces (¿una alegoría de su propia historia con el ascenso del Duce?). La influencia más importante es la del personaje francés Fantomas, pero la aparición del fumetti de Diabolik en 1962 por parte de las hermanas Giussani desarrollaría el molde definitivo del género. Entre fotonovelas y comics surgirían Kriminal (conocido en estas pampas como Kiling) y Satanik. Sí, todos con alguna K en el nombre.

Si bien todos estos personajes surgieron en Italia, uno se hace una ensalada cuando ve las copias y traducciones hechas en Francia y en otras partes del globo, en donde les cambiaron los nombres a los personajes. El italiano Kriminal era Kiling en Argentina, pero en Francia era Satanik; y a su vez, la peninsular Satanik fue renombrada en la versión gala como Demoniak. En fin. Satanik apareció en 1964 de la mano de Max Bunker y el dibujante Magnus (responsables de Kriminal / Kiling también), y se imprimiría hasta 1974. Aquí hay una adaptación de la historia de Jeckyll y Hyde en versión comic: una mujer desfigurada toma una poción que la transforma en una escultural belleza, pero a su vez la convierte en una persona despiadada que no tardará en convertirse en un cerebro criminal. Como en todos los comics de super villanos, hay un inspector de policía que la persigue. Y mientras tanto, la chica manipula a los criminales con su belleza y sensualidad, no dudando un instante en asesinarlos para quitarles todo lo que poseen.

Esta oscura coproducción hispano-italiana surgió en 1968 tras el éxito que venía teniendo las adaptaciones cinematográficas de Fantomas y especialmente el Diabolik de Mario Bava. El problema es que no le llega ni a las rodillas de las películas ante mencionadas. El director Piero Vivarelli es un tronco rodando; y la modelo polaca Magda Konopka es incapaz de mover un músculo facial. Bah, tiene un ridículo tic labial – que se supone que es sensual – que es lo único que se puede interpretar como performance. Los policías del caso son unos ineptos que no pueden sumar 2 + 2, aunque las pruebas las tengan bajo sus narices; y lo que podría traducirse como caracterización de personajes se reduce a un policía fumando pipa, otro pasándose un pañuelo para secarse el sudor, y la mencionada Konopka mordiéndose los labios todo el tiempo.

Pero aún con toda su enorme ineptitud, hay algo en Satanik que impide aborrecerla del todo. Ok, los actores son terribles y el maquillaje de Konopka como la deforme Dra. Bannister es el más bizarro y poco convincente que uno ha visto en mucho tiempo; pero la actriz polaca tiene un look idéntico al del comic, y en un momento – en el que monta un strip tease – tiene el disfraz del personaje original. La trama cambia bastante seguido de escenario, y las secuencias no duran demasiado para aburrirnos en exceso. Los diálogos son mayormente lamentables, pero Magda Konopka es lo bastante sensual como para perdonarle la performance. Hay un componente erótico muy medido – quizás demasiado; el comic original era prácticamente softcore y le trajo muchos problemas con la censura de la época -, con algunos desnudos, el mencionado strip tease y una pelea entre mujeres. Y cuando la historia lleva a la Dra. Bannister a Suiza repunta bastante, ya que hay secretos de fondo que pueden estallarle en la cara a la protagonista.

En realidad, los problemas de Satanik se reducen a dos. Primero es la performance del director Vivarelli, que no crea el clima, no cuidó la producción ni el guión, ni eligió actores carismáticos para interpretar estos roles. El otro es que la historia parece la fusión de dos o tres episodios del comic, sin que el libreto le agregara un punto ni una coma. Es demasiado lineal y con misterio casi cero. En Diabolik, Mario Bava tenía a un villano deslumbrante que sorprendía a cada rato. Aquí ninguno de los personajes se caracteriza por su inteligencia ni es sofisticado. Para colmo el climax es completamente gratuito, como si la censura de la época hubiera impuesto de que los villanos no pueden salirse con la suya (o la producción no le tenía mucha fe al filme como para generar una secuela).

Satanik es recomendable como curiosidad. No llega al grado de ser tan mala que resulte buena, pero es rara y hay alguna que otra idea dando vuelta por allí, que no termina de reflejarse como corresponde. Pero lo que es seguro es que podría haber sido muchísimo mejor.