Crítica: Santo y la Tigresa en el Aguila Real (1973)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

México, 1973: Santo (como él mismo), Irma “la Tigresa” Serrano (Irma Morales), Dacia González (Alicia), Jorge Lavat (Manuel Villafuerte), Carlos Suárez (Carlitos)

Director: Alfredo B. Crevenna, Guión: Raúl Portillo & Luis Quintanilla Rico

Trama: Al recibir varias amenazas de muerte, la hacendada Irma Morales decide llamar a Santo, el Enmascarado de Plata – el famoso wrestler y antiguo amigo de la familia – para que acuda a protegerla y descubra quién es el responsable. Una vez allí, Santo comienza a investigar hasta armar una lista de sospechosos, entre los que se cuenta un par de hacendados vecinos que ven con ojos codiciosos a la propiedad de Irma. Pero los sicarios están a la orden del día, y sólo los poderosos puños del enmascarado de plata podrán combatirlos hasta dar con la identidad del auténtico culpable.

Santo en el Aguila Real Algún día tenía que pasar, y al parecer ese día ha llegado: he visto una película aburrida de Santo, el Enmascarado de Plata. El hombre – icono de la lucha libre mexicana, y super héroe del cine fantástico latino por excelencia – aparece envuelto en una historia que le es completamente ajena y, lo que es peor, es mundana. Nada de monstruos siderales, marcianos ni espías sicotrónicos. Por el contrario la historia parece un refrito de clásicos tipo Doña Bárbara he aquí otra mujer fuerte y solitaria, que se hizo por sí sola y maneja con puño de hierro una hacienda en un mundo dominado por los hombres -, en donde a algún productor fumado se le ocurrió que vendría a verla más gente a verla si contrataban al famoso wrestler. Por supuesto, la participación del Santo no pega ni con moco – imaginen a un enmascarado haciendo de detective privado en un pueblo! -, los villanos son tipos vulgares y silvestres y, para colmo, el wrestler es noqueado cerca del climax, con lo cual el relato se resuelve por sí solo (uno de los malos cambia de bando a último momento). Hmm, todo esto es demasiado raro, incluso para lo que son los filmes del enmascarado de plata.

La película se ve viejísima, eso que data de 1971 – 1973, y que Santo había rodado cosas más lujosas para esa época. Da la impresión de que nadie tenía exclusividad de derechos, con lo cual venía un tipo con dinero y rodaba una de vampiros con Santo, venia otro y rodaba una de títeres con Santo, aparecía un tercero y filmaba una con mujeres desnudas y Santo… Son tan disímiles las películas entre sí, que dan pie para tocar cualquier tipo de tema. Acá tenemos un far west a la mexicana; esto es, mucha gente machotota cantando a lo mariachi, cabalgando y disparando sus pistolas. Hay una hacendada (la cuarentona Irma Serrano, que a duras penas entraba en sus pantalones de cuero) que decide llamar al wrestler para que la proteja e investigue quién la quiere liquidar. Santo no viene solo; lo acompaña el insufrible Carlos Suarez – haciendo el mismo rol idiota que repetiría en Chanoc y el Hijo del Santo Contra los Vampiros Asesinos… sí, trabajando con el hijo de la leyenda! -, que se la pasa haciendo chistes malos y carotas. Como sea, los tres andan para todos lados, y eso sirve para que los asesinos salgan a luz y se le vayan al humo como las moscas a la miel. Allí está la excusa para meter un par de peleas entre el wrestler y los muchachos, las cuales están rodadas con total torpeza. Y si en una película de Santo las peleas aburren, es signo de que el filme está en graves problemas.

La trama es anodina, los personajes aburridos… pero lo más shockeante de todo es la cantidad de escenas de maltrato a los animales que tiene el filme. Da la impresión que el libreto lo hubiera escrito un perverso – para que la trama avance, siempre matan o torturan a algún bicho -. Por ejemplo, tiran a un caballo desde un precipicio (y no es un muñeco, ya que el animal intentan reincorporarse sin éxito!), envenenan a un gato, hay una sangrienta pelea de gallos, revientan a tiros a varias liebres, masacran a varios perros,… y la lista sigue y sigue. Y ahí no hay efectos especiales, ni ninguna de esas pavadas hollywoodenses tipo “la Sociedad Protectora de Animales”. Acá liquidan bichos en serio y en primer plano frente a la cámara.

Santo y la Tigresa en el Aguila Real es demasiado bizarra incluso para los estándares del enmascarado de plata. El tipo está descolocado en un filme que directamente no le pertenece, y que lo usa para atraer gente con su nombre en el poster. Pero la historia aburre y la crueldad con los animales es tal, que uno termina por detestar a la película.

SANTO, EL ENMASCARADO DE PLATA, Y OTROS WRESTLERS MEXICANOS

Otras películas de lucha libre mexicana comentadas en este portal: El Santo en Operación 67 (1967 – comentada en SSSM); Santo versus la Invasión de los Marcianos (1967); La Mujer Murciélago (1968); Las Luchadoras contra el Robot Asesino (1969); Santo Contra los Asesinos de Otros Mundos (1971); El Santo y Blue Demon contra Dracula y el Hombre Lobo (1973); Santo en el Aguila Real (1973); Chanoc y el Hijo del Santo Contra los Vampiros Asesinos (1981)