Crítica: The Killing of a Sacred Deer (2017)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

4 atómicos: muy buenaRecomendación del EditorUSA / Irlanda / GB, 2017: Colin Farrell (Steven Murphy), Barry Keoghan (Martin), Nicole Kidman (Anna Murphy), Alicia Silverstone (madre de Martin)

Director: Yorgos Lanthimos – Guión: Yorgos Lanthimos & Efthymis Filippou

Trama: Steven Murphy es un prestigioso cirujano que vive en compañía de su esposa y sus dos hijos. A él se le ha acercado Martin, un joven tímido y de costumbres extrañas, con el cual ha entablado amistad. El padre de Martin ha muerto en la mesa de operaciones de Steven hace ya un año, razón por la cual el médico siente una especie de obligación hacia el chico. Pero las apariciones de Martin son cada vez mas invasivas, y cuando el médico comienza a enojarse por el acoso, el muchacho le dispara una sentencia: que pronto un mal imparable comenzará a aquejar a su familia – primero parálisis, después negación a comer cualquier tipo de alimentos y por último debilitamiento hasta una muerte segura -, a menos que él decida sacrificar a uno de ellos. Steven piensa que Martin ha perdido la cabeza y lo expulsa… pero pronto su esposa Anna lo llama de emergencia diciendo que su pequeño hijo se ha desmayado en la escuela y no puede mover las piernas. El tiempo pasa y, por mas increíble que parezca, la sentencia de Martin ha comenzado a cumplirse, cayendo en el mismo estado uno a uno los miembros de la familia de Steven. Desesperado – todos los estudios de los chicos dan bien y ninguno de los especialistas de renombre que ha consultado logra dar con la causa de la enfermedad -, Steven secuestra y tortura a Martin en busca de una explicación… pero el tiempo pasa, la enfermedad avanza y pareciera que no hay negociación posible con el destino… a menos que Steven esté dispuesto a tomar esa decisión terrible que Martin le ha impuesto para poder romper la maldición que recae sobre su familia.

Arlequin: Critica: The Killing of a Sacred Deer (2017)

… y ahora, algo completamente diferente.

Una vida por una vida. Un prestigioso cirujano, otrora alcohólico crónico, comete un error y mata a un paciente. Ahora el hijo del mismo se ha hecho su amigo, pero la relación posee toques bizarros. El cirujano le hace costosos regalos, está a disposición de sus caprichos, incluso va contra su voluntad a una cena que el chico organiza en su casa con su solitaria madre… la cual trata de seducirlo. ¿Es remordimiento de conciencia, o el muchacho realmente ejerce algún tipo de poder sobre el médico?. Y cuando las cosas se están por volver intolerables, el chico se despacha con una sorpresa… una revelación que altera por completo la vida del cirujano y de su familia, y que lo va a obligar a tomar una decisión espantosa. ¿Es simplemente paranoia, o realmente el destino está a punto de hacerle pagar puntos de karma al conflictuado médico?.

The Killing of a Sacred Deer es una película perturbadora. Desde ya no es realista, existe en su propio universo en donde no hay policías ni se hacen investigaciones por errores médicos. Esta gente actúa como robots, viviendo maquinalmente una vida sosa y hablando sin demostrar emociones – un detalle extremadamente bizarro, como si los actores estuvieran leyendo sus papeles palabra por palabra -. El médico que compone Colin Farrell no es el tipo mas normal del mundo – para hacerle el amor a su esposa Nicole Kidman, ésta tiene que simular que está muerta o anestesiada -. En medio de esa existencia anodina aparece Barry Kheogan, un pibe prepotente y repulsivo, que habla raro, hace preguntas raras y manipula a Farrell todo el tiempo. Y, como una cuestión karmática / metafísica, el flaco le lanza una maldición – ¿o es simplemente una lectura de la realidad? – de manera de que Farrell deberá cometer una acción impensable – el “Sacrificio del Ciervo Sagrado” al que alude el título, el que refiere a la tragedia del rey Agamenón de la mitología griega, quien ofendiera a la Diosa Artemisa y fue obligado por ésta a saldar la deuda con el sacrificio de su hija Ifigenia -.

Ahora toda esta gente anodina, insulsa, snob comienza a tener vida. La crisis les hace hervir la sangre, ahora demuestran tener humanidad. Pero la situación es exasperante y quizás la familia esté dispuesta a quebrar mas de un tabú antes de llegar a la última circunstancia. ¿Podrán revertir el curso de la maldición?.

(alerta spoilers) En sí el tono de la historia es eminentemente alegórico. El destino le ha otorgado una carta de poder a Barry Kheogan quien la decide jugar a placer con tal de cobrar la deuda. Una de las secuencias mas inquietantes es cuando los hijos de Farrell – que por culpa de la maldición no pueden caminar ni comer – están en el hospital y Kheogan llama a la chica, con la cual parece tener un interés amoroso. Mientras la piba está en el teléfono puede caminar y comer, e incluso saluda a Kheogan desde la ventana del hospital… pero, ni bien corta la comunicación, todos los síntomas regresan a su estado anterior.

Si la tortura no alcanza para obtener una explicación de boca de Kheogan, entonces la explicación está mucho mas allá de la razón. Es una escena realmente bizarra en donde los pibes se arrastran como babosas por toda la mansión de Farrell, Kidman no sabe como seducir al pibe para que saque el conjuro (o lo que sea que esté pasando y que él maneje), y Farrell que no cesa de trompearlo y torturarlo hasta que se da cuenta que está con un espíritu indomable que solo clama a gritos que le paguen su deuda. (fin spoilers)

Con actuaciones intensas, tomas claustrofóbicas de pasillos inmensos y desoladores (que harían las delicias de Kubrick) y un planteo lento pero extremadamente intrigante, The Killing of a Sacred Deer es una experiencia para aquellos que buscan cine pensante, un filme que – aunque no es totalmente redondo – te transmite cosas inquietantes y te deja un sabor tan extraño como único en la boca.