Crítica: Sabotage (2014)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2014: Arnold Schwarzenegger (John “Breacher” Wharton), Sam Worthington (James “Monster” Murray), Olivia Williams (detective Caroline Brentwood), Mireille Enos (Lizzy Murray), Terrence Howard (Julius “Sugar” Edmonds)

Director: David Ayer, Guión: David Ayer & Skip Woods

Trama: John “Breacher” Wharton lidera una durísima unidad de élite de la DEA, la cual toma por asalto la mansión de uno de los líderes de un cartel de la droga. Pero el verdadero propósito del ataque es penetrar a la bóveda de los criminales y hacerse con 10 millones de dólares para luego explotar el lugar y desaparecer las pruebas. El problema es que, en pleno operativo, el botín desaparece y pronto los corruptos oficiales comienzan a acusarse mutuamente. Luego de ser suspendidos y sometidos a una durísima investigación durante 6 meses, la gente de la DEA decide reintegrarlos con el fin de verlos en movimiento y detectar pistas sobre el paradero de los diez millones. El problema es que los miembros del equipo de Wharton han comenzado a aparecer asesinados, y pronto las sospechas recaen sobre una posible venganza del mismo cartel mexicano; pero una detective ha seguido de cerca el caso, y ha comenzado a desconfiar del equipo de la DEA, sospechando de un ajuste de cuentas entre los integrantes del fallido golpe. Ahora la policía ha unido fuerzas con Wharton, el cual está interesado en resolver el misterio… aunque hay detalles oscuros de su pasado que lo incriminan y que lo convierten en uno de los principales sospechosos de ser responsable de toda la conspiración.

Sabotage Durante el 75% del tiempo, Sabotage es una película sólida y entretenida. Los personajes son interesantes, hay acción, hay misterio, incluso la oscura interpretación de Arnold Schwarzenegger – decidido a tomar papeles mas jugados en este tiempo de descuento de su carrera – resulta intrigante. No es una gran performance, pero es diferente y bastante intensa, y eso es mas que meritorio para un tipo acostumbrado a mover dos músculos faciales y llenar el resto con su carisma. El problema es que, en la última media hora, el filme decide saltar al abismo y estrellarse de manera fea, simplemente porque las explicaciones que brinda para resolver el misterio no cuajan. Es como si el Acto III lo hubieran escrito a las apuradas, quedando como un borrador desprolijo y burdo al que le quedaba pendiente una revisión seria que nunca terminó de llegar.

En sí, Sabotage es la crónica de un equipo de asalto brutal, una horda de tipos feroces y altamente entrenados que trabaja para la DEA y responde a las órdenes de su despiadado comandante de campo, “Breacher” Wharton (Schwarzenegger). Todos ellos se parecen más a motoqueros salidos de Sons of Anarchy que a pulcros oficiales federales, y en el equipo se incluye una feroz tiradora (Mireille Enos, a años luz de ser la sufrida esposa de Brad Pitt en Guerra Mundial Z), la cual es tan dura como sus pesados compañeros de trabajo. Decididos a hacer un extra, el grupo aprovecha la incursión en una bóveda de un cartel de la droga para hacerse un vuelto: quedarse con 10 millones de verdes, los cuales dejan ocultos en la cañería mientras vuelan el lugar y borran todas las pruebas. El problema es que los dólares robados también desaparecen e, insultando a los cuatro vientos, los miembros del equipo se ven obligados a defender su inocencia ante la Division de Asuntos Internos mientras intercambian acusaciones mutuas por lo bajo. Por otra parte Arnie viene pasándola mal; no es el superhéroe que todos conocemos, sino un tipo muy quemado, un flaco al cual el cartel de la droga le secuestró su esposa y su hijo, y se los devolvió cortados en fetas, y empaquetados en varias cajas número 4 despachadas por Correo Argentino a su casa. Todo esto termina por reventar cuando la investigación sobre el equipo de Arnie es cancelada, el grupo vuelve a la actividad, y se ven obligados a mirarse las caras de nuevo. Y no pasan mas de dos dias hasta que uno a uno comienzan a perecer, algunos de ellos de la manera mas brutal posible – como terminar estaqueados al techo y siendo destripados vivos, o aplastados bajo las ruedas de un tren de carga -.

Sin dudas el aspecto mas apasionante de Sabotage son las retorcidas muertes que van sufriendo los miembros del equipo de Schwarzenegger. Cuando uno piensa que tipos tan duros como éstos resultan emboscados y aniquilados de manera tan salvaje, comienza a imaginar la capacidad sobrehumana del homicida. ¿Es realmente el cartel mexicano que está pasando facturas por los millones perdidos, o es un miembro del equipo que ha comenzado a liquidar al resto?. La investigación se pone intensa al entrar en el juego Olivia Williams, la cual hace de policía intachable y decidida, y la cual no se amilana por las toneladas de testosterona que despide el grupo liderado por Arnie. Son sus pesquisas – destripando cadáveres en la morgue, revisando expedientes secretos de la DEA – lo que le van dando forma a un thriller apasionante. Lástima que…

Yo no he visto policiales previos de David Ayer (aunque son suyos los libretos de Rápido y Furioso, y U-571), pero creo que es un tipo que tiene probado talento para crear un thriller. Pero aquí Ayer parece afectado por el síndrome Stephen King – ése en donde un escritor parte de una gran idea, le hace un desarrollo apasionante, y después le hace un moño como puede para darle algún tipo de resolución -. (alerta spoilers). Si Schwarzenegger fué el responsable de la desaparición de los millones – algo imposible de hacer sin un cómplice en la banda -, ¿por qué no desapareció antes para acometer su venganza? (¿sólo porque la película hubiera durado 15 minutos?). Es tan estúpido que Arnie soborne al primer policía con cargo que se le cruce, y obtenga el paradero de un hipervigiladisimo jefe de la droga… y, por otra parte, tampoco se entiende el arranque sicótico del asesino, que decidió exterminar a medio mundo sólo porque no tenía los millones. De algún modo Ayer es complaciente con Schwarzenegger y ha decidido salvarlo de la quema – dándole una causa justa aunque retorcida -, pero él merecia ser el villano. Era la resolución lógica. Así, en cambio, son dos tramas paralelas pegadas con saliva, las cuales dejan en estado de frustración al espectador (fin spoilers).

Sabotage vale la pena para ver en cable, y sólo para tener los primeros 60 minutos potables y con una interpretación retorcida de Schwarzenegger – éste es un tipo que todas las noches, antes de dormir, prefiere ver el video de cómo torturan y matan a su esposa antes que el noticiero, clara muestra de que al cerebro del flaco le faltan algunos jugadores -. Con un poco mas de esmero hubiera sido interesante pero en la media hora final derrapa, choca y se prende en llamas, dejando a la gente con un fuerte gusto a chasco en la boca.