Crítica: El Peor de los Miedos (Right at Your Door) (2006)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2006: Mary McCormack (Lexi), Rory Cochrane (Brad), Tony Perez (Alvaro), Scotty Noyd Jr. (Timmy)

Director: Chris Gorak, Guión: Chris Gorak

Trama: Éste parece ser un día normal para la pareja formada por Lexi y Brad. Ella es una exitosa ejecutiva, él es un músico desocupado. Cuando Lexi se despide de Brad y se dirige al trabajo, todo es pura rutina cotidiana. Pero una hora después, la radio comienza a emitir reportes alarmantes. Los Angeles está bajo ataque terrorista, y numerosas bombas han sido detonadas a lo largo de toda la ciudad. Los enormes incendios están esparciendo grandes cantidades de ceniza, la cual resulta tóxica – pero se desconoce si las bombas tenían material radiactivo o biológico -. Brad parte desesperado en búsqueda de su esposa, pero el cerco policial le impide llegar al centro. Y ahora deberá regresar a su casa y aislarse, ya que la lluvia de ceniza tóxica ha puesto a toda la ciudad en cuarentena.

El Peor de los Miedos El mundo no ha sido el mismo desde el 11 de Setiembre del 2001. Y especialmente para la vida diaria de los norteamericanos. Ingresaron en una rutina de paranoia, alarmados por la posibilidad de un ataque en el patio trasero de su casa – en gran parte esa locura fue alimentada desde el mismo gobierno de George W. Bush -. El terror provoca una enorme cantidad de sensaciones – desde xenofobia hasta delirios de persecución -, con lo cual la situación no es demasiado diferente a los momentos más tensos de la Guerra Fría. La única diferencia es que, en aquél entonces, el enemigo tenía un país y un ejército al cual se podía atacar. Pero el terrorismo pelea desde la guerrilla, es silencioso y secreto, y ataca en el lugar y momento menos pensado.

Es curioso notar algunos detalles de la mentalidad norteamericana en tiempos de crisis. Obviamente es una nación con un alto grado de autoestima, ya que su poderío económico los hace sentir el centro del universo. Y al momento que les pasa algo malo, se colocan en el lugar de las principales víctimas. Eso no niega que les hayan pasado cosas terribles, pero comparados con el sufrimiento de otras naciones que han pasado por sucesos similares o de gran magnitud, termina por sonar a lamento exagerado. Quizás así lo entienda alguien que vive permanentemente en una burbuja y cuando algo malo los afecta, pero da muestras de que no ven más allá de sus fronteras. Yo usualmente suelo sacar la comparación de la Segunda Guerra Mundial, a la que el cine norteamericano se encargó de glorificar. Los yanquis sólo perdieron algo así como 300.000 hombres; los rusos (héroes y villanos de la historia, ya que empezaron el conflicto siendo aliados de Hitler) perdieron 20 millones de personas. Las bajas de otras naciones y países (desde ingleses hasta judíos) se cuentan por millones también, aunque ninguno llega a la magnitud de las pérdidas soviéticas. Entonces, ¿de qué héroes me están hablando?.

Entonces todo termina resultando como una historia de niños ricos que han sufrido eventualmente una tragedia, cuando el resto de los países del planeta (que viene a ser la clase media mundial) han sufrido cosas peores. Inmediatamente esos acontecimientos pasan a ser reflejados por el cine, como una especie de catarsis artística. En el caso del 11/9, tardaron un par de años para reponerse y animarse a tratar los incidentes de las Torres Gemelas o, en su defecto, plantear escenarios similares en suelo norteamericano. El Peor de los Miedos entra en esta última categoría, acerca de un ataque terrorista ficticio a la ciudad de Los Angeles.

Para los norteamericanos, Right at Your Door les pareció un drama brillante; y para el resto de la gente que vive en este planeta, le pareció un bodrio con algún que otro momento interesante. Es que la película funciona como una especie de sicodrama hueco; revive las emociones de un ataque terrorista al estilo del 11/9, toda esa paranoia … y nada más que eso. Es un filme que pierde la perspectiva, y la idea de para qué uno filma algo así. Si uno va a rodar acerca de un drama ficticio (y posible), es para sacar algunas conclusiones interesantes. El Peor de los Miedos no hace nada de eso; es un escenario de desesperación puro y duro, sin capacidad de reflexión.

Hitchcock había descubierto que la repetitividad crea sensación de urgencia. En el caso de la escena de la ducha de Psicosis, la secuencia había sido planeada de esa manera. “Janet Leight toma una ducha, una ducha, una ducha; ella corre la cortina, la cortina, la cortina; ella se enjabona, se enjabona, se enjabona”, repitiendo la misma toma desde tres ángulos diferentes hasta pasar a otra secuencia de otros tres planos. Aquí el director y guionista Chris Gorak lleva el concepto de Hitchcock al paroxismo, repitiendo tomas hasta 20 veces. “Brad va a buscar a su esposa, su esposa, su esposa, su esposa, su esposa …; Brad prueba con el celular, celular, celular, celular …”. Después de media hora de estar atascados con el protagonista – que no va ni para atrás ni para adelante -, las cosas se ponen anodinas. Hay una radio encendida constantemente que resulta excesivamente reiterativa. Los minutos pasan, los protagonistas se desesperan y la cosa no avanza. Lo único que hacen es llorar y gritar.

Lo que debería haber hecho Chris Gorak es armar el filme como un descenso a los infiernos, y dejar que Brad pudiera saltar el cerco policial. Pero el protagonista regresa a su casa y se enclaustra. A la mitad de la película la historia avanza un poquito ya que Lexi reaparece, visiblemente enferma. Y después sigue una tanda interminable de minutos donde no hacen nada, excepto gritarse mutuamente a través de las ventanas tapialadas.

Los protagonistas son antipáticos desde el arranque, con lo cual el público no puede conectarse con ellos emocionalmente cuando les pasa algo malo. Ninguno de ellos saca algún tipo de conclusión decente acerca de lo que pasa. Para colmo, con la reaparición de Lexi el filme se pone peor, ya que los personajes empiezan a hacer cosas realmente estúpidas – Lexi está gravemente enferma y aún así, decide esquivar a la policía o huye de la entrada a los hospitales abarrotados; o sea que se fuga de todos los mecanismos de ayuda que podrían salvarle la vida -.

A El Peor de los Miedos le sobran 60 minutos. No dice ni hace nada interesante, salvo en un par de momentos. El clima inicial de horror está logrado, pero después los personajes son tan anodinos que no hacen nada importante. Es un sicodrama hueco que podría haber aprovechado la ocasión para reflexionar sobre una situación semejante. En vez de eso, sólo se dedica a revivir emociones del 11/9, sin ningún otro tipo de ambición en puerta.