Crítica: Repo Men (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Japon, 2010: Jude Law (Remy), Forest Whitaker (Jake Frievald), Alice Braga (Beth), Liev Schreiber (Frank Muserey), Carice van Houten (Carol), Chandler Canterbury (Peter), Joe Pingue (Ray), RZA (Jimmy T-Bone), Liza Lapira (Alva)

Director: Miguel Sapochnik, Guión: Eric Garcia & Garrett Lerner, basados en la novela The Repossession Mambo de Eric Garcia.

Trama: En el futuro la gente terminará por utilizar órganos artificiales creados por la corporación The Union. Pero The Union es completamente implacable con el calendario de pagos y, en el caso de omisión de los mismos, envía a su cuerpo de repositores a que se cobren, extrayendo los órganos artificiales adeudados. Remy es un repositor que, en una de sus misiones, sufre un accidente y despierta en el hospital, enterándose de que han debido implantarle un corazón artificial. Ahora él es un deudor para The Union y, mientras que le ofrecen continuar con su trabajo de repositor, al sentir la experiencia en carne propia Remy termina por anularse y renunciar al empleo. Ahora él y Beth – una cantante de cabaret, que también es perseguida por la deuda de sus órganos – entrarán en la ilegalidad y comenzarán a escapar de los repositores de The Union … pero todos los caminos se cierran y un futuro incierto se abate sobre la pareja.

Repo Men Hay películas malas que uno las odia, y hay películas malas que son simplemente un desperdicio de tiempo. Repo Men entra en esa última categoría: no hace nada realmente deleznable para aborrecerla, pero carece de propósito y no termina por llegar a ningún lado; y a medida que avanza la proyección, cosas cada vez más ridículas comienzan a suceder, hasta que uno termina por perderle la paciencia.

En sí, Repo Men nace con un grave defecto de nacimiento que es su falta de originalidad. Toda la idea de base está robada de Repo! The Genetic Opera, con otra corporación que financia órganos y un ejército de carniceros destazando a la gente pare recuperar los mismos y cancelar las deudas. Lo que hacen aquí es trasplantar eso a un futuro onda Blade Runner, mezclarlo con unas gotas de La Fuga de Logan, batirlo y servirlo en una copa bien fría.

El problema es que, una vez que la historia de Eric García termina de apropiarse de elementos provenientes de filmes muy superiores a éste, no sabe muy bien cómo construir un camino propio. La película se podía haber decantado por una sátira sobre el sistema de salud norteamericano – y al principio parece seguir esa ruta -, pero la aborta a los escasos minutos de comenzado el filme; podría haberse dedicado a pintar la sociedad futurista resultante de semejantes cambios, pero no lo hace; podría haber explorado un lado conspirativo – ¿por qué casi toda la población precisa transplantes de órganos? -, pero no dice ni mu; y por último se decanta por un thriller de acción, el cual no terminar de resultar lo suficientemente excitante.

Durante la primera mitad del filme, Repo Men es correcta pero muy chata, y el espectador puede anticipar perfectamente hacia donde va. Pero la película empieza a clavarse de nariz con la aparición del personaje de Alice Braga (sobrina de Sonia), y no por culpa de la actriz sino por cómo comienza a cambiar la historia. La gente apenas puede comprarse un hígado pero Alice Braga tiene dos millones de reconstrucciones – riñones, oido, ojos, rodilla, cuerdas vocales… y la lista sigue -, con lo cual Terminator tiene menos porcentaje sintético que toda ella. Todo el tiempo utilizan una espuma fantástica que cauteriza las heridas al instante, pero la herida de Braga comienza a sangrar en el aeropuerto justo después haber pasado los controles más rigurosos (amén de que Law tira a la basura los pases mágicos que le habían abierto todas las puertas). El mejor amigo de Jude Law es Forest Whitaker, que al parecer no le alcanzaron los ahorros para emparcharse la ptosis del ojo (¿no podrían haber buscado otro actor para el papel?). Y las cosas se ponen cada vez más ridículas como un tiroteo indiscriminado en medio de un salón gigante blanco lleno de técnicos (que empiezan a caer como moscas – que alguien me diga el nombre de la compañía encargada de la seguridad en el edificio, así no los contratamos para la próxima -), Jude Law en onda exterminador en cámara lenta, algunas operaciones con órganos al aire (y sin anestesia ni cuidados higiénicos), y una vuelta de tuerca final onda Matrix. Para cuando llega esa supuesta sorpresa, a nadie de la audiencia le interesa un comino la suerte de Law y Braga.

Lo más memorable de Repo Men es enterarse de que Jude Law se va a escapar a Punta del Este, la cual queda en el trópico, posee palmeras, y sirven nachos y mojitos en la playa. Porque Uruguay está en el Caribe, ¿no?

Repo Men equivale a 111 minutos malgastados de mi tiempo. No hay nada medianamente interesante en la película, ni siquiera algo original. No satisface en ningún aspecto – como utopía sci fi, ni como comedia negra o como thriller de acción -, y el libreto comienza a enredarse solo cuando deja de robar ideas de películas mejores. No es que sea un filme intolerable; simplemente es torpe y tiene una falta de personalidad propia que asusta.