Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 1975: Peter Sellers (inspector Jacques Clouseau), Christopher Plummer (Sir Charles Litton), Catherine Schell (Lady Claudine Litton), Herbert Lom (inspector en jefe Charles Dreyfus), Peter Arne (coronel Sharki), Graham Stark (Pepi), Burt Kwouk (Cato Fong)
Director: Blake Edwards – Guión: Blake Edwards & Frank Waldman
Trama: El gigantesco diamante La Pantera Rosa ha sido robado del museo nacional de Lugash. Las autoridades piden ayuda al inspector Clouseau – el torpe detective francés que logró recuperar el diamante hace años – para que siga el rastro. En la escena del crimen todas las pistas apunta hacia el Fantasma – el ladrón de guante blanco que lo robara en la ocasión anterior y que Clouseau cree firmemente que se trata del aristócrata Sir Charles Litton -, razón por la cual el detective dirige sus pasos hacia él. Mientras tanto Litton disfruta de su retiro como ladrón profesional y ve alarmado la noticia del robo en la primera plana de los diarios. Decidido a probar su inocencia Sir Charles comenzará una investigación por su cuenta… sin considerar los intereses que están en juego, los cuales pondrán a su vida en un peligro constante.
A principios de los 70’s Blake Edwards y Peter Sellers andaban en la mala. A Edwards – en su momento, director todopoderoso en Hollywood – se le habían quemado los papeles con La Carrera del Siglo, la cual fue tan enorme, larga y costosa que le dejó un agujero gigantesco en las finanzas a los estudios que la patrocinaron, los cuales le retiraron toda la confianza al prestigioso cineasta. Por otro parte Sellers se había chiflado mal – el tipo venía mal con las drogas, era violento en la vida privada, se escapaba de los filmes en pleno rodaje (miren lo que pasó con Casino Royale, 1967, a la cual tuvieron que emparchar de apuro porque Sellers no quería volver al set; para mas detalles vean la excelente Mi Nombre es Peter: la Vida y la Muerte de Peter Sellers) o los saboteaba si no les gustaba, como ocurrió con Ghost in the Noonday Sun, 1973 – y se había metido a hacer tantos roles experimentales (muy fumados, indie, incluso como villano!) que ya nadie lo soportaba. De alguna manera, en medio de toda esa desesperación y declive, los enemigos a muerte hicieron las paces y se asociaron para rodar otra película del Inspector Clouseau, la cual no solo los sacó del fondo del barranco sino que revivió sus carreras – Edwards filmaría de nuevo obras taquilleras como Victor, Victoria y 10, La Mujer Perfecta; Sellers desembarcaría en su tan deseado rol de prestigio como Chancey Gardner en Desde el Jardín -. El Regreso de la Pantera Rosa no sólo es una de las mejores películas de la serie sino uno de los mayores logros en la carrera cómica de Peter Sellers.
He aquí uno de los mejores atracos de la historia del cine. Incluso la presentación animada tiene una fastuosidad que carecerían las secuelas. De Un Disparo en la Oscuridad regresan Cato y el Jefe Dreyfus, y hay otros tipos de la troupe de Edwards (como Graham Stark y David Lodge) que se reciclan en otros papeles. Sellers está al tope con la torpeza y el terrible acento francés con el que no se le entiende nada. Y el filme es un chiste tras otro, sin contar con la hermosa Catherine Schell, la que es un espectáculo en sí ya que su risa es contagiosa (le resulta inevitable mantenerse seria con las bobadas que hace Sellers para seducirla). La escena en la discoteca es una delicia, lo mismo que la investigación en el cuarto de hotel (con la bombilla rebelde!) o los torpes intentos para entrar a la mansión de los Litton.
David Niven no es de la partida – siempre quedó enojado de cómo La Pantera Rosa, un vehículo estelar diseñado para él pero que Sellers se lo robó bajo sus narices -, y es difícil imaginar al veterano inglés peleando o trepando por los muros como lo hace Christopher Plummer (en un raro rol aventurero que disfruta mucho y que debería haber perdurado). Hay cosas recicladas de Un Disparo de la Oscuridad – la locura de Dreyfus, su actuación como Deus Ex Machina en el final -, pero ello no quita que la película sea diversión pura aunque Sellers insista con los epítetos racistas contra Cato, lo cual parece a esta altura ser una marca de fábrica.
Antes que la serie se desbarrancara creativamente El Regreso de la Pantera Rosa es, por lejos, una de las mejores entregas de la saga. No, no llega a ese pico que fue Un Disparo en la Sombra – ahí operaban con una obra teatral como base por lo cual la trama estaba mucho mejor construida -, pero está a años luz de los títulos finales de Sellers. Una joya que mantiene su gracia intacta a través de cinco décadas y que queda como testimonio monumental de un bufo irrepetible que dejó una marca imborrable en la pantalla grande.