Crítica: El Regreso del Hombre Nuclear y la Mujer Bionica (1987)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1987: Lee Majors (coronel Steve Austin), Lindsay Wagner (Jaime Sommers), Tom Schanley (Michael Austin), Richard Anderson (Oscar Goldman), Martin E. Brooks (Dr. Rudy Wells), Lee Majors II (Jim Castillian), Martin Landau (Lyle Stenning)

Director: Ray Austin, Guión: Michael Sloan, basado en el personaje creado por Martin Caidin

Trama: El coronel Steve Austin lleva diez años retirado como agente de la Oficina Científica de Inteligencia (OSI). Austin posee poderes extraordinarios, ya que tras un serio accidente de aviación ha recibido reemplazos bionícos de numerosas extremidades de su cuerpo, los que lo han transformado en un superhombre. Pero ahora su antiguo jefe, Oscar Goldman, lo quiere sacar del retiro ya que la organización terrorista Fortress ha regresado a la actividad y se ha convertido en una amenaza pública. Ante la negativa de Austin, Goldman utiliza todos los recursos para convencerlo… incluso acudiendo a Jamie Summers, antiguo amor de Austin y la cual posee su cuota de implantes bionicos. Sin embargo Michael Austin – hijo de Steve – sufre un atentado de Fortress y Austin termina por aceptar el trabajo, a cambio de que le implanten miembros bionicos al joven. Ahora Jamie, Steve y Michael terminaran combatiendo a los terroristas utilizando sus superpoderes.

El Regreso del Hombre Nuclear y la Mujer Bionica A Martin Caidin le fascinaba la aviación. El tipo comenzó a estudiar y se hizo un experto hasta tal punto que comenzó a escribir tanto novelas de ficción como libros especializados sobre la materia. Muy pronto se convirtió en un prolifico autor pulp, y sus libros llegarían a Hollywood. Por ejemplo, su novela Marooned sería llevada a la pantalla grande en 1969 por John Sturges.

Pero en 1968 Caidin comenzaría a flirtear con el tema que lo haría realmente famoso, y era el de la integración física del hombre con la máquina. La biónica (término acuñado por Jack E. Steele en 1958, y que se refiere a cuando la tecnología imita a la ingenieria de la naturaleza) aparecería como tema secundario en su novela The God Machine, y sería expandida en toda su furia en el título seminal Cyborg de 1972. En esta última novela un coronel de la fuerza aérea sufría un tremendo accidente de aviación y veía cómo partes de su cuerpo eran reemplazadas con miembros artificiales. Su ojo era una cámara de TV, tenía dardos ocultos en los dedos de su brazo bionico, sus piernas le daban superfuerza y supervelocidad. El personaje terminaba siendo obligado a trabajar como espía y asesino a las órdenes de una oscura agencia de inteligencia. Cyborg se transformó rápidamente en un suceso de ventas y llamó la atención de Hollywood, quienes decidieron adaptarlo y probar suerte con un filme piloto. El mismo se llamó El Hombre de los Seis Millones de Dólares (por el costo de sus implantes biónicos) y en hispanoamérica se la conoció como El Hombre Nuclear. Los productores sanitizaron mucho de la violencia original del personaje y le agregaron una nutrida agenda de temas de ciencia ficción como Sasquatch (Pie Grande), alienígenas y robots fuera de control. El Hombre Nuclear (1974 – 1978) se transformó en un fabuloso suceso y daría pie a un spin off, La Mujer Bionica (1976 – 1978), la que sería igual de popular.

En realidad la saga biónica no era más que el camuflaje muy inteligente de una historia standard de superhéroes, sólo que tenía visos más creíbles y resultaba muy barato de producir (sólo se precisaban algunos stunts y efectos de sonido). Sin dudas fue el momento de gloria para un actor tan espantoso como Lee Majors, que venía haciendo papeles secundarios en la TV desde hacía rato. Pero el estrellato de Majors pronto sería eclipsado por las estrellas invitadas del programa (un colorido catálogo de actores, al estilo de Batman 1966, y entre los que se incluiría la propia esposa de Majors, Farrah Fawcett, la que se transformaría en un ícono cultural de los años ochenta), y hasta por Lindsay Wagner de La Mujer Bionica, quien se convertiría en la diosa de las miniseries en los años posteriores a la cancelación del show.

Menos de 10 años después de su salida del aire, los ejecutivos de la TV intentaron probar suerte para resucitar la franquicia con el filme que nos ocupa, al cual le seguiría Bionic Showdown (1989) y Bionic Ever After? (1994). Ninguno de ellos haría algo memorable, a excepción de mostrar lo mal que trataban los años a Majors.

Cuando uno ve lo que hicieron con El Regreso del Hombre Nuclear y la Mujer Biónica termina por agarrarse la cabeza. El encanto que tenía la serie era que resultaba una mezcla entre Superman, James Bond y Los Vengadores, con villanos bizarros, organizaciones secretas, y ciencia ficción delirante. Pero acá demoraron diez años para generar … puro melodrama biónico. Esta gente se la pasa hablando todo el tiempo, y hay poco y nada de acción. Ok, el culebrón no está tan mal y satisface a los fans, ya provee datos de background sobre la relación entre Steve y Jamie. Recordemos que Jamie se origina en un capítulo muy popular de El Hombre Nuclear, siendo una novia de Steve Austin que sufría un accidente, le ponían implantes biónicos y moría por rechazarlos (wtf?!). Como la emisión tuvo un pico muy alto de rating, al personaje lo revivieron, la hicieron amnésica y le dieron su propia serie. Es por eso que Jamie siempre tenía un feeling con Steve pero no sabía el por qué.

Como si el viejo romance revivido de los agentes biónicos fuera poco, el libreto se despacha con un hijo de Steve Austin – absolutamente sacado de la galera – y que, oh casualidad!, sufre un accidente igual al de su papá. El papel recae en el ignoto Tom Schanley mientras que el auténtico hijo de Lee Majors hace de un agente auxiliar de la OSI (y resulta un 3% más expresivo que su padre). El nuevo miembro de la familia biónica es más poderoso, rápido y tiene un láser en el ojo (tsunami de wtf!). Todo esto culmina en que, en los cinco minutos finales de la película, todos se acuerdan de que tenían que destruir una organización terrorista y Goldman les pasa la dirección de su base secreta – sale una demolición a domicilio! -. Definitivamente no es la historia más brillante de la franquicia.

Si hay algo que salva a El Regreso del Hombre Nuclear y la Mujer Biónica es que al menos el show de la nostalgia es efectivo. Lee Majors es un actor absolutamente inoperante pero tenía un mínimo de gracia personal y eso es lo que lo amiga con el público. Por su parte Lindsay Wagner es una actriz tan fina que verla aquí, rodeada de intérpretes tan mediocres, resulta tan chocante como ver a Laurence Olivier en una compañía teatral de barrio. Richard Anderson se ocupa de teñirse el peluquín, y Martin Landau genera un cameo lamentable – propio de lo que hacía el actor en aquella época hasta que alguien lo desempolvó, le dió un Oscar y le puso el mote de “maestro de actores” que nunca fué -. Como pueden ver, los méritos del filme son chatos (sin hablar de la nueva y horrenda partitura electrónica de Marvin Hamlisch) y no es la aventura excitante que uno estaba esperando. Tras los siguientes dos telefilmes la franquicia pasaría a cuarteles de invierno, y desde hace años se habla de una posible adaptación a la pantalla grande (casi todos los proyectos han sido en tono de comedia), en donde se barajaron nombres como Jim Carrey y Chris Rock (wtf!); propuestas que quedaron en el freezer al día de hoy.

EL HOMBRE NUCLEAR

Algunos filmes comentados aquí sobre la saga de El Hombre Nuclear son: El Hombre Nuclear: El Hombre que Costó 6 Millones de Dolares (1973) – El Regreso del Hombre Nuclear y la Mujer Bionica (1987) – el piloto de la serie remake La Mujer Bionica (2007)