Crítica: Regreso a la Baticueva: Las Desventuras de Adam y Burt (2003)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 2003: Adam West (como él mismo), Burt Ward (como él mismo), Jack Brewer (Adam West / Batman), Jason Marsden (Burt Ward / Robin), Lyle Waggoner (como él mismo / narrador), Lee Meriwether (mesera), Frank Gorshin (como el mismo), Julie Newmar (como ella misma / dueña del bar Arizona), Brett Rickaby (Frank Gorshin / Acertijo), Curtis Armstrong (Jerry el mayordomo), Jim Jansen (William Dozier), Stacy Kamano (Nghara Frisbie-West ), Ray Buktenica (Robert Butler)

Director: Paul A. Kaufman, Guión: Duane Poole, Musica – Douglas J. Cuomo

Trama: Adam West y Burt Ward reciben misteriosas invitaciones a un evento nocturno en el Museo Histórico del Automovil. Una vez allí se enteran de que uno de los coches en exhibición es el legendario Batimovil que utilizaban en la serie Batman de los años 60 y que ambos protagonizaban. Tras un corte de luz, el Batimovil desaparece, y diversas pistas llegan a las manos de Adam y Burt. Convencidos de que el culpable del robo del auto es alguien vinculado a su pasado en la serie, Adam y Burt se lanzan a seguir los numerosos acertijos hasta dar con el paradero del Batimovil mientras hacen memoria de los tiempos en que rodaban la tira, intentando descifrar la identidad del criminal.

Regreso a la Baticueva: Las Desventuras de Adam y Burt – ¡El batimovil ha desaparecido, Adam!

– ¿Sabes que significa eso?

– Uhh… no. ¿Qué?

– Que este es un trabajo para… ¡actores!

Posiblemente una de las series de culto más amadas y populares a nivel mundial sea Batman (1966 – 1968). Con su mezcla de imaginería, gadgets, humor camp y tramas absurdas, tenía de todo para todos. La influencia de Batman ha sido enorme, e incluso a más de 40 años de su emisión sigue ganando nuevos adeptos.

Pero como suele pasar, cuando a un actor le toca un hit monumental de ese calibre, lo que le sigue es una caída libre al abismo. Para darse una idea de la magnitud del fenómeno, se suele referenciar a que los sesentas estuvieron marcados por las tres B: James Bond, Los Beatles y Batman. Imagínense remontar semejante cuesta; y lo que siguió para los protagonistas – Adam West y Burt Ward – fue harto obvio: desde la falta de trabajo hasta el encasillamiento, nunca los actores pudieron repuntar sus carreras. De hecho ambos terminarían trabajando en versiones animadas de Batman y Robin para la TV, o bien en la horrenda versión en vivo de la Hanna Barbera sobre una liga de super héroes (Legends of the Superheroes – 1979), o bien apareciendo en convenciones de fans.

Ciertamente ni West ni Ward eran buenos actores. Mientras estaban en el pico de la fama tuvieron oportunidades exageradas (a Adam West le ofrecieron el papel de 007, y Burt Ward estuvo a punto de ser El Graduado), pero lo que siguió después de la cancelación del show fue tristísimo. West tenía una carrera previa a la serie, lo que le permitió mantenerse a flote de alguna manera – haciéndose una carrera en la serie B y Z -, pero Ward cayó practicamente en el ostracismo. En los 90 tuvo la suerte de casarse con la hija de un millonario y fundó una empresa de efectos especiales que participó, entre otros films, de los FX de The Bulletproof Monk. Pero salvo eso, Burt Ward no hizo nada notable en los últimos 40 años.

En cambio la suerte de West fué variando con el tiempo. Con los años empezó a darse cuenta de su valor como figura de culto, y comenzó a explotarla. Mientras que al principio (en los primeros años post Batman) asumió papeles radicalmente opuestos a su imagen como el de un asesino serial en The Girl Who Knew Too Much (1969) para poder despegarse del papel, con el correr de las décadas comenzó a desarrollar toda una industria basada en su figura y en la memorabilia de Batman. Lo que al principio odió, terminó por transformarse en su modo de vida, haciendo de sí mismo en diversas series (Los Simpson, The Family Guy), o interpretando otros papeles de superhéroes (como su parodia de William Shatner en Chicken Little), o roles con perfiles similares a su persona en la vida real (Batman: The Animated Series, donde hace de un actor encasillado con su papel de superhéroe de una tira televisiva). Tal como la troupe de Star Trek entendió que había una mina de oro bajo sus ojos, y que él era una marca registrada.

Y tal como Shatner, Nimoy y otros tripulantes del Enterprise, decidió publicar sus memorias: Regreso a la Baticueva (1994). Burt Ward haría lo mismo con Chico Maravilla: Mi Vida en Calzas.

Regreso a la Baticueva: Las Desventuras de Adam y Burt es un telefilm reunión del 2003 basado parcialmente en ambos libros, aunque mucho más sanitizado. Acá la producción apunta directamente al fan y al homenaje, y filtra gran cantidad de sórdidos detalles que West y Ward describieron en sus libros, como las numerosas orgías a las que West y Frank Gorshin fueron invitados, los maratones sexuales de West con el ejército de fans que asediaban la filmación, o los ataques personales que se cruzaron ambos protagonistas durante y después de la serie. Algo de eso hay en el film – West pasando la noche con dos chicas, o la escapada sexual de Ward con una fan demente que casi lo mata (aquí, interpretada por la hija de Adam West) -, pero todo eso está tan filtrado que resulta poco verosímil. Incluso los graves enfrentamientos que tenía la dupla en el set están alivianados – de hecho, filmar con Burt Ward equivalía a una masacre testicular, ya que exigía cámara, líneas, e incluso llegó a enfrentarse personalmente con Bruce Lee cuando éste apareció invitado como Kato junto al Avispón Verde en un capítulo -.

Pero mientras que la sección biográfica es muy light – que puede complacer a la mayoría de la gente, pero los fans que han leído los libros saben que los detalles más bizarros quedaron ocultos tras la alfombra -, los productores decidieron unir esta trama con un argumento que reconstruye fielmente el tono camp de la serie. Aquí los actores verdaderos terminan por hacer de héroes sin disfraz, uniendo ficción y realidad, y transformando todo el segmento en una exquisita metaficción. Algo similar a lo que sucede en Wes Craven New Nightmare, donde los reales John Saxon, Wes Craven e incluso Robert Englund son acosados por Freddy que es un personaje de ficción.

Todo el segmento con Adam y Burt investigando el paradero del Batimovil es, como dicen los españoles, una gozada. Como siempre digo los malos actores son excelentes comediantes, y el timing cómico de Adam West es impecable. Además de recuperar la locura y el humor de la serie, nuestros ídolos pasan todo el tiempo autoparodiándose. El papel de Burt Ward sigue siendo secundario, pero igual está logrado. Ver a los vejetes peleando contra una troupe de secuaces al mejor estilo de los 60 (con los Kapow y los Boing) es brillante. Los encuadres y los colores respetan a los del show. Y ver a algunos de los villanos sobrevivientes de la tira es glamoroso, si bien actuando Julie Newmar es sencillamente lamentable. A esto se suma el plus de Lyle Waggoner (en su momento, candidato al papel y descartado, y que recibiría una revancha con la serie de culto Wonder Woman) como narrador – y ocupando el lugar que tenía realmente el productor William Dozier en la tira -, que es una joyita oculta. No quedan dudas de que este es un trabajo de amor hecho por los fans para los fans.

Lamentablemente la parte histórica – la reconstrucción de la filmación de la serie – choca un poco con esta narrativa. Ciertamente añade un montón de otro tipo de golosinas para el fanático que nunca supo las realidades tras bambalinas, pero intenta seguir en algunos momentos una línea dramática que suena algo chocante y que no lo logra. Desde los fracasos matrimoniales de ambos , pasando por perfilar a Burt Ward en un tono payasesco, hasta cierta actitud demasiado perfecta de los actores de la vida real; . En todos los casos las interpretaciones van de lo correcto a lo excelente. Tanto Adam West como Burt Ward están brillantes, pero el otro que roba escenas es Ray Buktenica como el director de cine Robert Butler, que pone unas expresiones de asombro impagables.

Como detalles adicionales, el telefilm sólo muestra fragmentos de la película de 1966 y no del show. Esto se debe a que la Warner tiene los derechos sobre el personaje, y mantiene una agria disputa legal con la Fox – productora de la tira – desde hace años (además la Warner es dueña de DC Comics). Por esa lamentable razón es que la serie nunca pudo ser lanzada en DVD, y a duras penas es exhibida en canales de cable. Es realmente triste porque un show tan amado a nivel mundial es aguardado por millones de fans para recrearlo en la intimidad de sus hogares. Pero, a la espera de que algún día llegue ese momento, podemos disfrutar con Adam West y Burt Ward, disparando diálogos absurdos y recreando la magia que los hiciera famosos y amados por todo el mundo.

EL BATMAN DE ADAM WEST

Batman (1966) es la versión para la pantalla grande basada en la serie de televisión de los años 60. Regreso a la Baticueva: Las Desventuras de Adam y Burt (2003) es el telefilm reunión con Adam West y Burt Ward. Años mas tarde se rodarían dos aventuras animadas con casi todo el elenco sobreviviente y respetando el tono camp de la serie: Batman: Return of the Caped Crusaders (2016) y  Batman vs Dos Caras (2017) que sería el último filme de Adam West como el personaje.