Crítica: Amanecer Rojo (2012)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2012: Chris Hemsworth (Jed Eckert), Josh Peck (Matt Eckert), Josh Hutcherson (Robert), Adrianne Palicki (Toni), Connor Cruise (Daryl Jenkins), Isabel Lucas (Erica), Jeffrey Dean Morgan (Coronel Andy Tanner), Will Yun Lee (Capitán Cho)

Director: Dan Bradley, Guión: Carl Ellsworth & Jeremy Passmore, basados en el libreto escrito por John Milius & Kevin Reynolds

Trama: Jed Eckert es un joven marine que se encuentra de visita en su pueblo natal de Spokane, Estados Unidos, durante una licencia de servicio. Las cosas entre Jed y su hermano menor Matt no andan bien, ya que el chico lo acusa de haber abandonado la familia poco después de la muerte de su madre. Sin embargo los problemas familiares de los Eckert quedan atrás cuando descubren que una masiva fuerza militar extranjera ha desembarcado en el pueblo y lo ha tomado en cuestión de minutos. Huyendo a las montañas y utilizando sus radios y celulares, los Eckert – junto con un puñado de amigos del barrio – se enteran que el ejército de Corea del Norte (asistido por fuerzas rusas) ha comenzado a invadir los Estados Unidos, imponiendo un férreo régimen marcial. Así es como Jed decide comenzar a entrenar a Matt y sus amigos, convirtiéndolos en una célula guerrillera altamente efectiva, y utilizándola para sembrar terror y muerte entre los invasores. Pronto la fama de Jed y los suyos se hace legendaria pero también los pone en la mira de los norcoreanos, quienes han reclutado a un grupo de especialistas para capturarlos y eliminarlos. Con los invasores pisándole los talones, los jovenes guerrilleros se aprestan a dar un golpe maestro, apoderándose del sistema codificado de comunicaciones que utilizan los norcoreanos… una operación que – de tener éxito – podría cambiar el curso de al guerra.

Amanecer Rojo (2012) Yo suelo ser un defensor de causas perdidas y, en éste caso, estoy dispuesto a romper una lanza por la versión 2012 de Amanecer Rojo. Por supuesto, la premisa de la película es tan idiota como indefendible – que Corea del Norte invada los Estados Unidos es tan plausible como que Uruguay conquiste Rusia – pero, si uno se abstrae de ello, se topará con una película pochoclera que tiene un par de buenas actuaciones y unas secuencias de acción sensacionales. En todo caso el problema de fondo con Amanecer Rojo 2012 es su falta de identidad; la versión original de 1984 de John Milius hablaba de paranoia anticomunista, rituales de iniciación y un potente (pero ridículo) discurso patriótico. Habiendo desaparecido la Unión Soviética como amenaza, es difícil creer que haya otra potencia con semejante poder que se encuentre en tan malos términos con los Estados Unidos como para iniciarles una guerra (en realidad el único enemigo actual de los norteamericanos es el terrorismo de origen islámico, el cual es amorfo e invisible y actúa de manera esporádica a base de atentados). Por supuesto esa potencia existe – y es China -, pero el problema es que los tipos hacen comunismo de mercado, y hoy fabrican el 99% de los celulares y computadoras que se usan en todo el mundo. Entre esa integración al escenario internacional y el hecho de que se han abierto a la cultura occidental (dentro de ciertos parámetros; no seamos tan ingenuos de creer que en China hay total libertad), lo cierto es que intentar establecer a China como los villanos de turno – lo cual figuraba en la primera versión del script de Amanecer Rojo 2012 – sólo sirvió para provocar una masiva oleada de acaloradas protestas por parte de los chinos, quienes terminaron obligando al estudio a que retocara de apuro la historia y le cambiara la identidad a los invasores. Ese drástico cambio sólo sirvió para torpedear la credibilidad de base del film, con lo cual la historia resulta risible desde antes de ver siquiera el primer fotograma. Si bien Corea del Norte está extremadamente militarizada, también es cierto que es una nación chiquita y pobre, incapaz de resultar un invasor creíble de un pais tan masivo como los Estados Unidos. Si hay un escenario de guerra plausible entres Corea del Norte y USA, es el de bombardeo mutuo con misiles nucleares; por lo demás, es ridículo ver cómo 25 millones de coreanos van a dominar una nación gigante poblada por 315 millones de paranoicos armados hasta los dientes y exultantes de un patriotismo enfermizo. Eso sin contar que, apenas vacíen Corea del Norte para la invasión, los surcoreanos van a cruzar la frontera y se van a apoderar del territorio de su eterno enemigo sin siquiera disparar un tiro.

En realidad es muy fácil deducir cómo a alguien se le ocurrió producir la remake de un filme extremadamente pasado de moda. La clave es la saga de Crepúsculo. Ya que tenemos adolescentes vampiros, adolescentes hombres lobo, adolescentes espías y adolescentes extraterrestres… ¿por qué no tener adolescentes guerrilleros?. Yo creo que la historia de fondo no está mal – ver como un grupo de chicos pavotes se convierten en hombres cuando se topan con circunstancias fuera de lo común -, y me remito a Mañana, Cuando la Guerra Comience, que es una remake no oficial de Red Dawn montada por los australianos, y que es muy superior tanto al original de Milius como a esta remake de Dan Bradley. Australia es más pequeña que Estados Unidos y no está artillada hasta los dientes, amén de estar más cerca de Norcorea y, por lo tanto, el escenario resulta mucho más plausible. Pero, aún así, el filme australiano prefería no dar demasiados datos sobre los invasores y se centraba en los adolescentes enfrentados al drama de la supervivencia, convirtiéndose en improvisados guerreros de la noche a la mañana. Eso mismo funcionaría aquí si no fuera que el potencial militar de Estados Unidos es tan abrumador que resulta ridículo pensar cómo alguien puede invadirlos sin que los tipos se den cuenta de semejantes preparativos, o que carezcan de capacidad de fuego como para rechazar un ataque en su patio trasero.

Si uno apaga el switch mental durante los primeros cinco minutos (plagados de absurdas explicaciones que intentan justificar la invasión de los norcoreanos), es posible que pueda disfrutar de Amanecer Rojo 2012 en sus propios términos. CIertamente es una versión más desnatada que la de Milius – el discurso patriótico es nimio, la brutalidad se ha reducido a persecuciones y balaceras, y ya no hay adolescentes dementes o asesinos, victimas de la locura de la guerra -. Por contra, es todo muy Twilight, con chicos bonitos chichoneando con chicas monas, y poniéndose en pose con portentosos fusiles de asalto.

Aún así, el franeleo adolescente es otro punto que tampoco me molesta demasiado. Quizás sea que haya un par de intérpretes – caso de Chris Hemsworth y Adrianne Palicki – que poseen carisma de sobra y son realmente buenos actores (lo cual lo hace tolerable); pero, por contra, la troupe que los acompaña posee el nivel interpretativo de un ladrillo. Pero si hay algo irritante en el filme es el protagónico de Josh Peck, el que parece el hijo bobo de Herman Munster, y cuyo personaje es un egoísta de aquellos. Es un tipo que hace lo que quiere, que no le importa nada si la gente muere por su culpa, y que sólo vive para sus necesidades. Para colmo el filme comete el error garrafal de delegarle el liderazgo sobre el final, lo que equivale a pegarse un tiro en sus propios pies. ¿Cómo pretenden que cinchemos por el personaje más detestable de todo el cast?.

Yo creo que Amanecer Rojo 2012 es pasable, aún cuando no sea una buena película. Entretiene y las secuencias de acción están rodadas con virtuosismo – Dan Bradley era director de segunda unidad de una parva de blockbusters de renombre, como la saga Bourne y los últimos títulos de James Bond, con lo cual conoce de sobra su oficio – pero, por contra, la historia tiene una premisa estúpida y sólo es tolerable si uno se olvida de ella. Yo no creo que sea el filme más horrible del planeta – como disparó en masa la crítica norteamericana -, pero sí creo que es una de las remakes más absurdas jamás concebidas. Hubiera sido preferible abandonar por completo el original, y setear la invasión en otro país, o dejar la identidad del invasor en el anonimato y centrarse en el drama de la supervivencia. Aún así, es ligeramente superior a la original simplemente porque es más prolija a nivel técnico y tiene algunas coreografías de acción montadas como corresponde. Es por ello que no me arriesgaría a recomendarla sino que dejaría su visión a criterio del espectador, al cual sólo me animaría a decirle que es un poco mejor de lo que todo el mundo dice, siempre y cuando no se tome a pecho la premisa de base.

RED DAWN

Amanecer Rojo (1984) – Amanecer Rojo (2012)