Crítica: Prueba de Fe (The Reaping) (2007)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2007: Hilary Swank (Katharine Winter), David Morrissey (Doug Blackwell), Idris Elba (Ben), AnnaSophia Robb (Loren McConnell), Stephen Rea (padre Michael Costigan)

Director: Stephen Hopkins, Guión: Carey W. Hayes & Chad Hayes, Musica – John Frizzell

Trama: Katharine Winter es una ex misionera que, después de la muerte de su esposo y su hija , ha renegado de su fe y se ha dedicado a desenmascarar falsos milagros. Ahora la gente del pueblo de Haven en Louisiana le ha pedido que investigue los extraños sucesos que están ocurriendo en el lugar. Primero, el río local se ha transformado en sangre, y muy pronto comienzan a llover ranas muertas del cielo. Todo parece indicar que el pueblo es azotado por las plagas biblicas, y la comunidad local acusa a la pequeña Loren McConnell de ser la desencadenante. Pero a medida que avanza la investigación, Katharine comienza a descubrir que nada es lo que aparenta ser en el fervientemente católico pueblo de Haven.

Prueba de Fe (The Reaping) Hay películas malas de todo tipo. Las que son malas de entrada al menos son honestas. Uno puede sacar el DVD del aparato o salir corriendo del cine a los 5 minutos de proyección (y ahorrarse una hora y media de tortura testicular). Yo no tengo nada en contra de las películas malas; a veces son disfrutables como comedia, y otras veces son un carnaval del horror (artístico). Pocas veces he encontrado algún film que resulte un bodrio sideral y merezca la pena de la hoguera.

Pero hay otra clase de filmes malos que a mi juicio son los peores de su calaña, y son los que se disfrazan de buenas películas. Son aquellos que toman impulso para después tirarse espectacularmente a un precipicio (y nosotros con él). Y mientras caemos para hacer puf! en el suelo (como el Coyote de los dibujos de la Warner), nos preguntamos qué clase de excremento tienen en la cabeza los guionistas para arruinar algo que había comenzado bien. Eso es lo que pasa exactamente con Prueba de Fe.

The Reaping es un producto de Dark Castle, un estudio fundado por Joel Silver y Robert Zemeckis y que en un principio apuntaba a generar remakes de filmes de William Castle, como 13 Ghosts y House on Haunted Hill. Con el tiempo Dark Castle comenzó a desarrollar proyectos propios, siempre con mediano éxito, como Ghost Ship y Gothika. Y con Prueba de Fe, la productora decidió tirarse un lance a una super producción, oblando 100 millones de dolares y contratando a un director más o menos conocido – Stephen Hopkins, el mismo de la remake de Perdidos en el Espacio y el telefilm Me Llamo Peter: Vida y Muerte de Peter Sellers -. Pero el resultado final es un desastre de proporciones bíblicas que terminó archivado en los estantes de la Warner durante un año, y que al momento del estreno pasó sin pena ni gloria por los cines.

El problema con The Reaping pasa por el cliché (muy de moda últimamente) de los cinco minutos cruciales en donde uno de los personajes vomita toneladas de información y en donde el film pasa a transformarse en otro. Usualmente estas vueltas de tuerca precisan serenidad en la exposición, y que el espectador no se encuentre saturado de sensaciones – algo que al cineasta pareció no importarle en absoluto -. El comienzo de Prueba de Fe no es muy original aunque está relativamente bien llevado; acá regurgita varios clichés de El Exorcista – misionero descreído de su fe, un acontecimiento sobrenatural que lo pone a prueba, misiones en lugares abandonados del mundo -, pero todavía no ocurre ningún acontecimiento ofensivo para los sentidos. Se suceden una tras otra las plagas bíblicas en un pequeño pueblo norteamericano, la comunidad ultra religiosa apunta a una chica como la culpable, y la ciencia no termina por descifrar nada. Sin dudas los efectos de las plagas están buenos – en especial el ataque de las langostas – pero, por contra, el director hace muy poco para crear un clima de suspenso efectivo. A lo sumo, algunos sustos baratos.

Lamentablemente lo que era una rutina pasable termina por estrellarse de la peor manera al convertir la trama fantástica en otra historia de cultos satánicos y anticristos nacidos. El problema no es el giro sino cómo lo hace – el cura que interpreta Stephen Rea empieza a sacar ases de la manga como un loco, con leyendas pre cristianas que terminan por resultar absurdas -, y para peor todo lo que sigue es un desastre de una incoherencia monumental. Existen momentos cerca del final del film en que no se sabe si la niña que quieren linchar es buena o es mala, si el pueblo es justo o son una banda de satanistas, además de inventar a último momento a un villano, y de dar una explicación completamente idiota de por qué se suceden las plagas. Lo que ocurre en realidad es que el público, a esa altura, se encuentra tan completamente perdido por culpa del giro idiota del libreto, que ni siquiera el supuesto shock final tiene impacto. Ya a esa altura, a nadie le importa.

Esquive a The Reaping, salvo que la pasen por cable. Sólo la primera mitad del film resulta aceptable, e incluso hay una breve escena en que Hillary Swank describe las plagas en términos científicos que resulta muy buena. Pero cuando el filme decide develar su misterio, lo hace de manera catastrófica y la película hace la gran Titanic: se hunde rápida y profundamente por el peso de su propia imbecilidad.