Crítica: El Experimento del Dr. Quatermass (The Quatermass Xperiment) (1955)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 1955: Brian Donlevy (Profesor Bernard Quatermass), Richard Wordsworth (Victor Carroon), Jack Warner (Inspector Lomax), David King-Wood (Dr Gordon Briscoe), Margia Dean (Julia Carroon), Thora Hird (Rosemary Wrigley), Gordon Jackson (productor de televisión)

Director: Val Guest, Guión: Val Guest & Richard Landau, basados en la miniserie The Quatermass Experiment de Nigel Kneale, Musica – James Bernard

Trama: La misión espacial Q1 sufre inconvenientes y debe regresar antes de lo previsto a la Tierra, estrellándose en la campiña inglesa. El profesor Quatermass, director del proyecto y que ha organizado la misión como un emprendimiento privado sin apoyo ni autorización del gobierno, se hace presente en el lugar del impacto. Después de forzar la entrada a la nave, encuentran a un sobreviviente de la misión pero los cuerpos de los otros dos astronautas han desaparecidos. Quatermass así como la policía abren una investigación sobre el extraño suceso, pero el tripulante sobreviviente – Victor Carroon – se encuentra en estado de shock y con extrañas cicatrices. Pero después de numerosos indicios – y tras ver la película filmada en el interior de la nave – llegan a la conclusión que una entidad alienígena ha atacado la nave y se ha apoderado de Carroon. Y ahora Carroon vaga por Londres, mutando en una creatura monstruosa, ya que posee la capacidad de asimilar toda forma de vida que encuentre con simplemente tocarla.

El Experimento del Doctor Quatermass Si hay un estudio de cine legendario, sin duda ese es la Hammer Films. Fundada en 1935, la Hammer pronto se decantó por las comedias y los dramas de época, pero los magros resultados en taquilla casi terminaron por fundirla en 1937. Con la incorporación de James Carreras, recién a partir de 1938 comenzaría a tener algunos tibios éxitos comerciales con una producción orientada hacia los policiales. Y a principios de los 50, con la sociedad con el distribuidor americano Robert Lippert, comenzaría a perfilarse hacia el concepto que hoy conocemos de la Hammer. Vendría la época de oro del terror entre finales de los 50 y principios de los 70, pero después el estudio se vería en graves problemas financieros: la cinematografía americana había roto el código Hays y se encontraba desarrollando películas cada vez más violentas y explícitas, superando en osadía al mismo estudio inglés. Todos los intentos de la Hammer por aggiornarse resultarían vanos, y comenzaría a extinguirse lentamente, siendo su último film la remake de la obra de Hitchcock The Lady Vanishes en 1979, y probando suerte con varias series de terror en la TV en los años 80 antes de entrar en un estado de hibernación. La Hammer sigue existiendo al día de hoy, pero sólo se dedica a explotar la memorabilia de su época dorada, vendiendo DVDs y merchandising desde Internet y explotando sus derechos de autor.

Pero el gran salto de la Hammer, el film que lo llevó a jugar entre las ligas mayores, es precisamente The Quatermass Xperiment de 1955. En general la Hammer venía haciendo adaptaciones al cine de obras televisivas con éxito regular, y decidieron apostar por este thriller de ciencia ficción que había tenido buena repercusión en la emisión en vivo de la BBC en 1953. Los resultados fueron sorprendentes, y el estudio reincidirá en 1956 con Quatermass II. A pesar de su éxito, cuando la Hammer probó suerte con el horror con La Maldición de Frankenstein en 1957 y Dracula en 1958, se dedicó casi con exclusividad a este último género. Es una lástima, ya que la Hammer solo produjo un puñado de filmes de sci fi, de los cuales la serie basada en el profesor Quatermass (The Quatermass Xperiment, Quatermass II, y Quatermass and the Pit) constituyen su mayoría, y son todas obras muy recomendables.

El Experimento del Dr. Quatermass viene de la mano de Val Guest, un director prolífico y siempre confiable que ha pasado por casi todos los géneros y estudios conocidos de Gran Bretaña. Es decididamente un film sólido como todos los de la Hammer, con un par de vueltas de tuerca interesantes. Ya hemos comentado en Quatermass and the Pit sobre la obra de Nigel Kneale; en general Kneale arma una trama que le sirva para explicar algunas complejas teorías de su propia invención, y el suspenso en sus historias se basa en el avance de los descubrimientos que hacen los protagonistas (y la platea) sobre dichas teorías. No se trata de quién asesinó a quién, o de una figura reptando en las sombras; el suspenso se basa en un montón de exposición de hechos científicos, y en la evolución de éstos a niveles impensados, con lo que despierta el interés del espectador. Son thrillers intelectuales.

Pero The Quatermass Xperiment sólo sigue parcialmente ese patrón, y está más construida como un thriller de horror. Hay un proceso de investigación científico, pero el interés está puesto en la extraña evolución del astronauta sobreviviente, que es evidente que no es normal. El uso de las sombras, las terribles muertes (del falso enfermero contratado por la esposa para rescatarlo del hospital o del despachante de la droguería, que aparecen sin medio rostro y con el cuerpo desecado), la mano deforme de Carroon (que ha asimilado un cactus y comienza a crecer), e incluso el ataque a los animales del zoológico (que terminan por ser asimilados) son inquietantes. Tiene muy poco peso la investigación de Quatermass en el relato total, donde a lo sumo se encarga de proveer un par de conclusiones sobre lo que está sucediendo. En ese sentido The Quatermass Xperiment no se aleja de los moldes típicos del cine de monstruos, donde la creatura realiza sus ataques y los científicos le explican a la platea lo que está pasando en la pantalla.

Pero el film no está exento de algunas fallas; en especial en la definición de la figura de Quatermass, que aquí aparece como un soberano cretino que prepotea a medio mundo, y que a decir verdad, no aporta demasiado (muy diferente al personaje que aparece en Quatermass and the Pit). El espectador encuentra mayor afinidad con el personaje del inspector Lomax – que provee la dosis de simpatía – y con el Dr. Briscoe, quien es el que realmente da las explicaciones científicas del caso. En cambio Quatermass es aquí un catalizador de la tragedia; es una fuerza que impulsa el drama basado en su convicción ciega de la ciencia. Envía la misión al espacio sin autorización oficial; le explica a sus colaboradores de que los astronautas ya son héroes y que no importa si mueren, ya que al día siguiente tendrán miles de voluntarios disponibles que querrán seguir su ejemplo; y en un momento le dice a la esposa de Carroon que debe dejar de quejarse, ya que su esposo se ha sacrificado por la ciencia y debería estar orgullosa de eso. Lo mejor que puede decirse de Quatermass es que es un necio inhumano, obsesionado por sus pruebas científicas.

Posiblemente esto tenga que ver con ser un producto de la época. 1945 es el comienzo de una nueva era, donde se ha desatado el poder atómico, y a simple vista no hay nada más irracional que pensar en un grupo de científicos – que han asimilado una enorme cantidad de conocimientos para mejorar el nivel de vida de la humanidad – se han reunido para desarrollar un arma devastadora. Así planteado, no es ilógico pensar que la mayoría de la gente veía a los hombres de ciencia como unos absolutos necios, dispuestos a ensayar sus teorías intelectuales como si fueran un juego y sin importar las consecuencias. Si encuentran una idea – sin importar lo horrible que fuera – y poseen la financiación necesaria para materializarla, sólo restaba saber dónde la iba a probar. Desde ese punto de vista Quatermass es el estereotipo del científico demente de la post guerra, para el que la ciencia es una religión y la vida de las personas un juguete. Los hombres de ciencia son temerarios personajes que abren cajas de Pandora sin importar lo que suceda; y ello resulta obvio en el parlamento final del inspector Lomax, donde dice “este mundo es suficiente para mí”, en referencia indirecta a que los experimentos de Quatermass sólo terminan por provocar a fuerzas que están más allá de nuestra comprensión.

El filme combina escenas efectivas con algunas secuencias absurdas, que están incluídas para figurar como catalizadores de la tragedia. El arreglo del escape de Carroon por parte de la esposa carece de sentido – si bien Quatermass es despótico, es obvio que el astronauta está enfermo; ¿dónde piensa cuidarlo si no es en un hospital? -; pero por otra parte, el encuentro del deforme Carroon con la niña jugando en el puerto (!) (¿desde cuando un padre dejaría a una niña jugar en un puerto abandonado a sus hijos?) tiene reminiscencias de Frankenstein (e incluso el nombre del protagonista es el mismo que el del barón).

Y por supuesto está el final, que cae en el esteorotipo hammeriano de los climax: breve, escueto y barato. Si bien las soluciones finales limpias son definitivamente más realistas, tienen algo de anticlimático (75 minutos de suspenso para liquidar a la creatura en dos minutos). Uno cuando va al cine no va a ver realismo; va a ver un mundo imaginario que cumple reglas cinematográficas. Cliffhangers, acrobacias imposibles, monstruos imposibles de matar … El clímax de The Quatermass Xperiment es demasiado aséptico, y difiere de la obra original en la que Quatermass se comunicaba telepáticamente con los dos astronautas asimilados que vivían aún dentro del cuerpo de la criatura.

Definitivamente es una cinta disfrutable, y con bastantes escenas estremecedoras dentro de lo que es su horror blanco (sin sangre). Deja la puerta abierta para una secuela (un segundo lanzamiento espacial) que se transformará en la posterior Quatermass II.

DOCTOR QUATERMASS

Las miniseries de TV basadas en el personaje de Bernard Quatermass son: The Quatermass Experiment (1953), Quatermass 2 (1955), y Quatermass and the Pit (1958). A su vez estas miniseries fueron llevadas al cine por los estudios Hammer en la trilogía compuesta por El Experimento del Dr. Quatermass (1955), Quatermass 2 (1957), y Una Tumba para la Eternidad (¿Qué sucedió entonces?) (1967). Nigel Kneale escribiría un capítulo final para el personaje, que sería La Conclusion Quatermass (1979). X: The Unknown (1956) es una seudo secuela que no fue autorizada por Nigel Kneale para llevar el título de la saga. El Experimento del Doctor Quatermass (2005) es una remake de la primera serie, hecho en vivo por la BBC.