Crítica: The Punisher (2017)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

4 atómicos: muy buenaRecomendación del EditorUSA, 2017: Jon Bernthal (Frank Castle / El Castigador), Amber Rose Revah (agente Dinah Madani), Ebon Moss-Bachrach (David Lieberman / Micro), Ben Barnes (Billy Russo)

Director: Tom Shankland – Guión: Steve Lightfoot, basado en el comic de Marvel creado por Gerry Conway y John Romita, Sr.

Trama: David Lieberman es un hombre desesperado. Se ha enterado de secretos muy sucios de la CIAque varios de sus agentes destacados en Afganistán durante la época de “la guerra contra el terror” aprovecharon la ocasión para contrabandear heroína, amasar una fortuna y financiar operaciones clandestinas en su propio beneficio -, y ahora la mayoría de las agencias de seguridad lo buscan para matarlo. Pero Lieberman ha falsificado su propia muerte y, encerrado en un depósito abandonado desde hace meses, ha montado un enorme operativo de vigilancia hackeando a las agencias gubernamentales mientras monitorea el bienestar de su familia (que lo cree muerto). Pero ahora ha conseguido algunas pruebas y ha decidido que es hora de actuar. Pero él no es un hombre de acción y para ello rastrea a “El Castigador”Frank Castle, un violento vigilante que arrasó con la mitad de los criminales de Nueva York y a quien consideran muerto desde hace meses -. Pero a Castle no le gusta ni medio que arruinen su anonimato – y que su rostro vuelva a aparecer en las tapas de los periódicos – y comienza a torturar a Lieberman para saber si todo es una trampa. Pero enorme será su sorpresa cuando descubra que la conspiración que le ha develado Lieberman lo involucra y, lo que es peor, es causa directa de la muerte de toda su familia. Porque los complotados pensaron que Castle sabía de la movida y que estaba dispuesto a ventilarla frente a las autoridades, razón por la cual cometieron masacrar a él y a los suyos. Ahora el Castigador está de regreso, mas furioso que nunca, y no cejará hasta que el último conspirador deje de respirar… aunque ello implique que deba enfrentarse con algunos de sus antiguos compañeros de armas, y a los cuales consideraba como hermanos.

Arlequin: Critica: The Punisher (2017)

No todos los superhéroes aciertan al primer intento de presentación en sociedad (¿alguien dijo Daredevil o Capitán América?), y ése es el caso de El Castigador. The Punisher viene dando tumbos desde 1989, con dos reboots en el 2004 y en el 2008. Quizás el drama venga por la naturaleza extrema del personaje – es un asesino despiadado, no duda en torturar y masacrar personas de la peor manera posible -, el que viene a ser un Charles Bronson con esteroides. Si El Vengador Anónimo (y en su defecto Harry el Sucio, los personajes cinematográficos que inspiraron a los autores de Punisher) tenían némesis bestiales y una insana sed de venganza que le iba en saga, lo de Frank Castle va mucho mas allá porque el tipo supera su revancha y se transforma en un vigilante de corte fascista que solo piensa en librar a las ciudades de los mafiosos, limpiando las calles con sus tripas y su sangre. Aún Flecha Verdeque en el Arrowverse es el héroe mas violento y ha matado sin dudarlo mas de una vez – no llega a los extremos de el Castigador, para el cual el asesinato es la única respuesta. ¿Cómo hacer popular a un héroe tan violento?.

Pero The Punisher es, de alguna forma, un favorito de los comics. Si las versiones cinematográficas fallaron porque se mostraron tibias y no exhibieron la naturaleza amoral (o moralmente trastornada) y brutal del personaje, la miniserie de Netflix triunfa porque carece de limites y se muestra tal como es, en todo su rojo esplendor. Es cierto que la miniserie a veces bordea la caricatura – en los últimos capítulos Frank Castle sufre tantas palizas y heridas que debería pasar años en coma y, aún así, al otro día sale fresco y listo a batirse a duelo con un millón de sicarios con apenas un par de hematomas en la cara; otra que John McClane -, pero también es cierto que se excede en el gore. Las escenas de tortura son interminables, la sangre corre como el agua, y todo esto se transforma en una dilación de corte sádico para que la serie pueda completar los 13 capítulos acordados. Ese es un drama habitual en las miniseries Marvel de Netflix, en donde meten insufribles capítulos de relleno (¿se acuerdan de Daredevil,cuando el socio de Matt Murdock se pasaba un capitulo entero pasándole un café por no haberle dicho que él era el vigilante enmascarado?), cuando el formato ideal (y fat free) serían 10 episodios.

Si Dolph Lundgreen, Thomas Jane y Ray Stevenson fallaron con el personaje, Jon Bernthal triunfa con amplia comodidad por sobre los demás. Como dice su nuevo compañero Micro, “eres una criatura hermosa y horrible”. Bernthal es simpático y dulce cuando lo precisa, y sádico y brtual cuando las circunstancias lo ameritan, pero la mayor parte del tiempo es un hombre dañado, sufrido, afectado por serios problemas sicológicos. El no entiende la traición, él solo cree en el honor de los soldados – ganado a fuerza de sangre en el campo de batalla, y con enormes costos personales -, y él cree que la muerte es la única solución para los villanos, aunque ello lo convierta en un alma perdida y sin redención. Como dice el título original del clásico de Charles Bronson, Frank Castle vive con un constante Deseo de Muerte; para él la vida no tiene sentido, solo puede sobrevivir purgando el mal de este mundo, y por eso su cuerpo y su alma no le resultan de valor alguno. Si muere en uno de los enfrentamientos, quizás pueda encontrar la paz, reencontrarse con sus seres queridos en el Cielo, dejar la agonía que representar tener que respirar todos los días.

Pero hay cosas que lo atan a la vida, y es la lealtad con los buenos amigos, sea su ex compañero de Afganistán – un moreno que hoy lleva un grupo de autoayuda para veteranos -, la rubia reportera que hacía de secretaria para Matt Murdock, o Micro, un operador de ciber inteligencia que ha elegido el anonimato y el exilio para proteger a su familia mientras busca pruebas para encerrar a los tipos que le han tendido una trampa. Es él – un emotivo Ebon Moss-Bachrach, que se limita a espiar a su familia por cámaras ocultas que puso en su casa, y en donde ve com osus seres queridos se deshacen al no superar el duelo de su supuesta muerte – quien aporta la cuota de humanidad, saca a Castle del anonimato y lo convierte en instrumento de su propia redención. Porque los conspiradores que quisieron matar a Micro son los mismos que liquidaron a la familia de Castle – un corrupto grupo operativo de la CIA que usaba la excusa de la guerra para contrabandear heroína y así financiar sus propias operaciones encubiertas -, y pone al Castigador en la senda correcta para terminar su propia operación de venganza.

Lamentablemente una de las cosas que opacan a la miniserie es su complicada agenda política, la cual no es del todo coherente. Por un lado se esfuerza en retratar con toda la crudeza posible el daño sicológico que produce la guerra, y por el otro lado tiene una agenda pro armamentista que parece salida de un discurso de Donald Trump. Un ex marine se vuelve loco y quiere liquidar a un senador que quiere sacar una ley de control de armas… el cual todos insisten en ridiculizarlo – la reportera rubia que lleva un arma en el bolso, el contratista militar que se ríe del contrasentido que tenga que acudir a sus servicios (como pacifista que se proclama) para evitar que lo mate un desquiciado (deténgalo… de la manera mas humanitaria posible!), y hasta la presencia del mismo Castle, que es un Terminator armado hasta los dientes y debe liquidar al demente antes que lo mate… a costa de librar una batalla campal en el hotel -.

Las performances son excelentes de manera uniforme. Ben Barnes sale de la sombra del Principe Caspian y hace un villano correcto – una reinterpretación del Jigsaw que hacía Dominc West en la versión 2008 – , Ebon Moss-Bachrach destila humanidad, y las palmas se las lleva Bernthal, que es emocional en todo momento. Físicamente está lejos del Punisher que uno conoce de las historietas – un Schwarzenegger de mandíbula cuadrada infestado de armas -, pero esta versión “obrera” del Castigador funciona mucho mejor porque muestra el lado humano, fallido, el por qué está motivado a sus acciones, en vez de convertirlo en un robot que solo sabe masacrar villanos de la manera mas sangrienta posible.

THE PUNISHER

Las adaptaciones de El Castigador comentadas en este portal son: El Castigador (1989) – El Castigador (2004) – El Castigador 2: Zona de Guerra (2008) – Netflix’s The Punisher (2017)

MARVEL EN NETFLIX

Daredevil (2015) – Luke Cage (2016) – The Punisher (2017)