Crítica: Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian (2008)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2008: Georgie Henley (Lucy Pevensie), Anna Popplewell (Susan Pevensie), Skandar Keynes (Edmund Pevensie), William Moseley (Peter Pevensie), Ben Barnes (Principe Caspian), Sergio Castellitto (Rey Miraz), Peter Dinklage (Trumpkin)

Director: Andrew Adamson, Guión: Andrew Adamson, Christopher Markus & Stephen McFeely, basados en la novela de C.S. Lewis, Musica – Harry Gregson-Williams

Trama: Los hermanos Pevensie son nuevamente llamados al mágico mundo de Narnia. Pero, mientras que en el mundo real han pasado tres años, en Narnia ha transcurrido un milenio. Ahora Narnia ha sido conquistada por los Telmarinos, quienes se encuentran en una amarga disputa por la sucesión del trono. El Rey Miraz se ha apoderado de la corona y ahora persigue a su sobrino y auténtico heredero, el principe Caspian. Los Pevensie ayudarán a Caspian a detener a Miraz, pero sus fuerzas son claramente inferiores; y la única esperanza consiste en ubicar a Aslan, el leon – dios que rige los destinos de los restos de la Narnia salvaje.

Las Cronicas de Narnia: El Principe Caspian Esta es la adaptación del segundo libro de la saga creada por C.S. Lewis en los años 50. Toda la serie trata sobre las aventuras de un grupo de chicos en el fantástico mundo de Narnia, con la particularidad de que se tratan de obras unitarias – cada aventura comienza y termina en el mismo libro -. Lewis era amigo de Tolkien y la influencia de la obra del autor de El Señor de los Anillos es notable, si bien Lewis había concebido sus novelas en términos más educativos, comenzando con la fuerte carga alegórica cristiana que poseen las narraciones. Después de la trilogía de Peter Jackson, los estudios de Hollywood comenzaron a depredar las bibliotecas en búsqueda de un sucesor en el terreno de la fantasía de los aventureros de la Tierra Media. Y aún siguen sin encontrarlo.

Ciertamente la adaptación del primer libro, Las Cronicas de Narnia: El Leon, La Bruja y El Ropero contenía las mejores secuencias de batalla desde El Señor de los Anillos, aunque para su pesar estaban asépticamente coreografiadas para evitar una calificación de público prohibitiva. En todo caso los problemas de Las Cronicas de Narnia: El Leon, La Bruja y El Ropero pasaban por su denso mensaje cristiano – Aslan es el equivalente de Jesucristo, muerte y resurrección incluídos – y por el intento de disfrazar un libro infantil como si fuera una gigantesca aventura épica plena de batallas entre seres fantásticos.

Las Cronicas de Narnia: el Principe Caspian padece de problemas similares, y de otros nuevos. Aquí el director Adamson está decidido a llevar a la saga a los mismos terrenos que Peter Jackson, y ahora la muerte es moneda corriente en el relato aunque la sangre brilla por su ausencia. Los elementos alegóricos han sido podados, y el film se perfila como una auténtica aventura épica, plena de combates masivos al estilo de la batalla de Minas Tirith de El Regreso del Rey. La secuencia en los campos lindantes al santuario de Aslan, con enormes catapultas y choque masivo de ejércitos es por lejos lo mejor del film, del mismo modo que el asalto nocturno al castillo del Rey Miraz.

El problema es que, aparte de esas secuencias épicas que han sido filmadas con gusto, no hay nada más en el relato. La historia es hueca en cuanto a personajes, y sinceramente al público no le preocupa demasiado la suerte de estos caracteres. No hay un vínculo de afecto entre la audiencia y los chicos Pevensie (o con el principe Caspian) como, por ejemplo, el que había con Aragorn y otros personajes de la trilogía del anillo. Por el contrario Caspian carece de carisma, llora todo el tiempo para que los narnianos lo apoyen, y ni siquiera posee suficiente heroísmo propio. Sino vean el climax, donde uno de los chicos termina por realizar el combate personal con el villano de turno en nombre del blandengue príncipe.

El otro problema es que los guionistas no saben muy bien cómo desarrollar la historia. Los personajes sólo se limitan a llorar y preguntar por Aslan: ¿ese que viste es Aslan? ¡dónde estará Aslan! Si Aslan nos apoyara…. ¿qué habrá sido de Aslan?… y un largo etcétera, lo cual es hartante. Cuando Aslan reaparece, hace las veces de Deus Ex Machina para traer aliados absolutamente imposibles – que recuerda al ataque de los Ents a Isengard en Las Dos Torres -, además de que el leon agarra viaje para ingresar a la guerra sin que le den demasiadas explicaciones.

Las Cronicas de Narnia: el Principe Caspian es una aventura fantástica hueca. Las batallas son excitantes pero los personajes y la historia son de cartón pintado. Lo cual es una lástima, porque con otros libretistas podría haber resultado en algo memorable.

EL UNIVERSO DE NARNIA DE C.S. LEWIS

Las Crónicas de Narnia: el León, la Bruja y el Ropero (2005) – Las Crónicas de Narnia: Principe Caspian (2008) – Las Crónicas de Narnia: La Travesía del Viajero del Alba (2010)