Crítica: Powder (Pura Energia) (1995)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1995: Sean Patrick Flanery (Jeremy ‘Powder’ Reed), Lance Henriksen (Sheriff Doug Barnum), Mary Steenburgen (Jessica Caldwell), Jeff Goldblum (Donald Ripley), Brandon Smith (Harley Duncan), Missy Crider (Lindsay Kelloway), Bradford Tatum (John Box)

Director: Victor Salva, Guión: Victor Salva

Trama: Un anciano es hallado muerto en su granja y la policía, después de un serio cateo, descubre a un adolescente encerrado en el sótano de la misma. El chico resulta ser Jeremy Reed, el nieto del granjero, el cual ha vivido enclaustrado en la granja durante toda su vida. La razón del encierro es que Reed es un fenómeno – es albino y parece ser capaz de controlar la energía a su voluntad -, razón por la cual lo han mantenido aislado de la sociedad. La directora del orfanato local, Jessica Caldwell, decide llevarlo para su institución con el fin de educarlo y cuidarlo. Pero Reed pronto comienza a revelar poderes nuevos cada día que pasa, sea leer la mente de los otros, atraer los rayos, irradiar electricidad y magnetismo, o poseer el coeficiente intelectual de un genio. Y cuando el resto de la sociedad comience a discriminarlo y atacarlo por su apariencia, “Powder” Reed comenzará a estresarse y desatar sus poderes de manera cada vez mas violenta, volviéndose una amenaza para el pueblo. Pero, ¿acaso es un ser que merece ser destruido?. ¿O simplemente es un paria que no posee control sobre sus dones y que ha venido a la Tierra con una misión cuyo significado aún falta por develarse?.

El albino eléctrico y el escéptico sheriff pronto desarrollarán una emocionante relación en esta escena de Powder (1995) El albino eléctrico y el escéptico sheriff pronto desarrollarán una emocionante relación en esta escena de Powder (1995)

Powder (1995) La gente con superpoderes viene en tres envases: superhéroes, monstruos y versiones New Age de Jesucristo. Powder entra dentro de la última categoría. Viene de la mano del maestro Victor Salva, el responsable de la excepcional Jeepers Creepers. Desde ya, el filme se asocia a la controversia, ya que Salva es un pedófilo reconocido y condenado, el cual se ha rehabilitado y ha hecho una carrera mas que próspera en Hollywood. La distancia suele servir para separar al artista de su polémica vida personal, distanciando las obras de sus errores, horrores y escándalos particulares. Para mí Salva es un gran director de cine fantástico; y si ha cumplido condena y no ha reincidido en el crimen aberrante que lo llevó a prisión, seguramente merece el beneficio del olvido y del perdón… aunque posiblemente sea una persona que nunca invitaría a mi casa.

Powder se ve como una versión optimista de una típica historia de Stephen King: pueblito pequeño, fenómeno con explosivos superpoderes – los cuales pueden producir una masacre cuando el poseedor es atacado y los mismos se descontrolan por la adrenalina -, granjeros conservadores que sólo piensan en torturar y destruir al fenómeno, y un individuo especial con una misión en la Tierra cuyo significado está por develarse. Es posible que este Jesucristo de la Norteamérica rural no tenga la intención de reformar a la humanidad sino de alcanzar la vida de un par de individuos – el alguacil que descubre el gigantesco dolor que siente al agonizar el venado que ha cazado; el matón del orfanato al cual le es revelado la dura infancia que ha vivido (y por la cual se ha convertido en un violento); el sheriff que desea hablar una última vez con su esposa postrada y en coma, justo antes de partir – y cambiarles su vida. Ciertamente hay momentos en los cuales el filme cae en la cursilería – y el exceso de ambiciones épicas – pero, aún así, no deja de emocionar.

El cast es un lujo: Lance Henriksen, Jeff Goldblum (haciendo lo que hace siempre; el tipo que da las interpretaciones pintorescas de lo que ocurre en escena), Ray Wise, y un frágil Sean Patrick Flanery cuando prometía ser un astro. Flanery despliega gracia y fragilidad, generando simpatía de manera automática.

Quizás el filme caiga en un exceso de interpretaciones simplistas – la energía es vida pura, nunca se pierde sino se transforma – pero no deja de ser un filme interesante e intenso. Quizás le faltaba mayor veneno – obligar al protagonista a generar una tragedia involuntaria en una situación de acoso; una persecución mas intensa por parte de los racistas pueblerinos -, pero no deja de ser una historia válida. En todo caso es un filme mas que recomendable, el cual tiene modestas ambiciones y termina por cumplirlas con total holgura.