Crítica: Planzet (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Japón, 2010: Kaori Ishihara (Koyomi), Masami Iwasaki (Koshiro), Mamoru Miyano (Taishi), Junko Takeuchi (Yuura)

Director: Jun Awazu, Guión: Jun Awazu

Trama: Año 2047. La humanidad ha sido atacada y devastada por una raza alienígena conocida por el nombre clave de FOS. Los escasos sobrevivientes se refugian donde pueden y organizan escuadrones de resistencia, pero todo indica que los invasores son imparables. Koyomi es un adolescente que se ha unido a la resistencia, la cual ha desarrollado un poderoso cañón con el cual intentarán destruir la base FOS que orbita la Tierra… pero, para ello, deberán desactivar y redirigir toda la energía del escudo planetario hacia el cañón. Koyomi y un puñado de los suyos deberán proteger a toda costa la base durante los 14 minutos cruciales en que la gigantesca arma se carga… pero todas las señales apuntan a que se tratará de una misión suicida y, si el cañón falla, el exterminio de la humanidad será inevitable.

PlanzetNo hay demasiados datos sobre Planzet en la web; este corto de 53 minutos apareció en la web y rápidamente acaparó la atención de los portales de ciencia ficción, quienes comenzaron a alabarla a mansalva. Y si bien Planzet es impactante en lo visual, en cuanto a la historia directamente apesta. El problema no es que se trate de la enésima invasión al planeta Tierra, ni que sea la enésima vez que los japoneses deban salir a salvar el mundo montados en gigantescos robots; el punto pasa porque Planzet decide vomitar toneladas de anodinos diálogos saturados de melodrama, los cuales no terminan por interesarle a nadie. Es un filme sorprendentemente estático, lo que resulta contradictorio considerando que su tema principal es la batalla final de la humanidad contra una fuerza que amenaza con aniquilarla en su totalidad.

Es posible que el mayor pecado de Planzet sea apegarse demasiado a los clisés de la ciencia ficción japonesa y exacerbarlos sin generar algo excitante como para compensarlo. O quizás sea simplemente una historia mal escrita y mal dirigida. El corto arranca con un futuro muy retro, con viejas TV de tubo anunciando la inauguración de una colonia en Marte, y lo que parece ser el inevitable sorteo de lugares para ocuparla ante la inminencia de que la polución en la Tierra tornen al planeta en inhabitable. Toda esa subtrama es abandonada en menos de cinco minutos, ya que aparece un planetoide atestado de alienígenas invasores, quienes someten a la humanidad en un puñado de días. El dato curioso es que la historia salta 6 años al futuro, y los aliens siguen en orbita, sin haber podido siquiera pisar suelo terrestre. A esto se suma que los sobrevivientes han generado un escudo planetario (que alguien me explique en qué momento pudieron construir semejante cosa, o por qué los expeditivos extraterrestres no siguieron avanzando en su misión de exterminio), al cual van a desactivar ahora porque precisan la energía para (poner voz ronca de japonés y exclamar en voz alta) el MEGA CAÑON D (!), el que va a hacer un único disparo para freir la base alien que orbita la Tierra. Mientras los tipos tiran los cables de alargue y esperan que caliente el motor del rayito mortal, tres pibes deben salir con sus mechas (al mejor estilo Robotech) a frenar a los marcianitos que van a aprovechar el hueco en la alambrada para arrasar el planeta. El punto es que, hasta que esta gente se monta en sus robotitos, al corto le lleva una eternidad, ya que los tres flacos y la agria de su jefa se la pasan hablando pavadas dentro de cuatro paredes. Terminado esto, viene el combate (que dura demasiado poco), y otra media hora de cháchara. Oh si, el MEGA CAÑON D no sirvió para un pomo pero… esperen… alguien dejó enterrada una mega arma justo debajo de la base!. Digo yo: ¿por qué tuvieron que esperar a que los aliens asesinen al 99% de la humanidad para acordarse de usar la super mega arma que, a último momento, va a resultar el único medio efectivo de derrotar a E.T. y su pandilla?

Planzet tiene enormes problemas de coherencia interna. Planzet tiene enormes problemas de credibilidad. Y Planzet es soberanamente aburrida cada vez que los personajes se enfrascan en larguísimos e inútiles diálogos. Da la impresión de que las escenas de acción (que son muy contadas y demasiado breves) le han demandado demasiado esfuerzo al director, y éste hubiera inundado rellenado el resto del metraje con escenas estáticas que resultaban más fáciles de hacer; pero de ahí a que sean interesantes… Los diálogos son puro melodrama a la japonesa – mi padre me considera un vago, pero me ganaré su honor; ahora me he convertido en el último héroe de la humanidad: debo proteger a mi hermana, y hacer que se sienta orgullosa de mi; etc, etc, etc -, y carecen de profundidad; y, en general, todo da la impresión de ser un reciclado de obras mucho más originales e interesantes que ésta, con el agravante de que lo que ocurre en pantalla aquí es soberanamente monótono y demasiado inconexo. Es como un fanfilm, hecho de retazos de películas anteriores, pero que en conjunto no terminan de cuajar.

Si quiere pegarle una mirada, no diga que no le advertí. Planzet promete pero no cumple, y se ensalza con un drama familiar que no le interesa a nadie. Una macana, ya que eso termina por tirar por la borda un esfuerzo de producción realmente importante.