Crítica: El Planeta de las Tormentas (Planeta Bur / Planet of Storms) (1962)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

URSS, 1962: Vladimir Yemelyanov (Ilya Vershinin), Georgi Zhzhyonov (Bobrov), Gennadi Vernov (Alyosha), Yuri Sarantsev (Scherba), Georgi Tejkh (Kern), Kyunna Ignatova (Masha)

Director: Pavel Klushantsev, Guión: Alexander Kasantsev & Pavel Klushantsev, según la novela de Alexander Kasantsev, Musica – Logann Admoni, Aleksandr Chernov

Trama: Tres naves sovieticas – Sirus, Vega, Capella – se encuentran en misión hacia Venus. Pero Capella es destruida por un asteroide y toda la operación es puesta en peligro. El comando espacial de la Tierra les ordena a los astronautas aguardar 4 meses hasta la llegada de una nueva nave para completar el trío; pero la tripulación elabora un plan y deciden descender por tandas a Venus. El primer descenso culmina en el choque del planeador contra la superficie venusina, por lo cual un segundo grupo es enviado a intentar rescatarlos mientras que Masha – la unica cosmonauta de la misión – permanece en orbita supervisando el operativo. Pero una vez que los tripulantes llegan a la superficie de Venus deberán enfrentarse a monstruos prehistóricos, enfermedades, y plantas carnívoras, además de descubrir los posibles indicios de una civilización ya extinguida. Y mientras el rescate se dificulta, Masha sufre una crisis de consciencia y se encuentra a punto de descender al planeta, sabiendo que si aterriza toda la misión quedará varada por cuatro meses hasta la llegada de la nave de rescate desde la Tierra.

Planeta Bur Planeta Bur es el cuarto film de la corta carrera cinematográfica de Pavel Klushantsev. Sería injusto comparar a Klushantsev como el equivalente de un George Pal soviético. Director y técnico de efectos especiales, Klushantsev terminó por cimentar una fama legendaria en cuanto a la calidad de los FX que generaba para sus películas, que de hecho, son superiores en gran medida a los de Pal. Lamentablemente toda la filmografía de Klushantsev se limita a 6 titulos; en 1972 su contrato sería rescindido (amén de cambios en la política del gobierno), y terminaría olvidado y en la pobreza, falleciendo en 1999.

Buena parte de la calidad de efectos se debe a que Klushantsev era un perfeccionista, pero también debido a contar con toda la maquinaria soviética (política, financiera y de propaganda) como respaldo. Tanto científicos del programa espacial soviético colaboraron como asesores técnicos en sus films, así como el gobierno financió sus películas con generosos presupuestos y le dió carta blanca de acceso a rodar secuencias de lanzamientos reales de misiones al espacio. Si bien los filmes de sci fi soviéticos suelen ser una rareza, lo cierto es que se encontraban mejor producidos que el 90% de la filmografía de ciencia ficción occidental de la misma época.

Lo que hace memorable al trabajo de Klushantsev es que utilizaba técnicas realmente adelantadas a su tiempo, en especial sobre la filmación de naves y planetas en el espacio. Su anterior trabajo Doroga k zvezdam (Road to the Stars – 1958) contiene una enorme cantidad de secuencias con estaciones espaciales, naves, alunizajes y visiones de planetas que Stanley Kubrick calcaría, toma por toma, para 2001, Odisea del Espacio. En Road to the Stars el interior de la estación espacial circular es casi idéntico al de 2001; incluso los trajes espaciales, secuencias con videofonos y el diseño de varias de las naves es sospechosamente parecido al de la obra maestra de Kubrick. Como se puede ver, hasta los genios “homenajean” (por no decir roban) ideas de todos lados.

Mientras que Doroga k Zvezdam era una visión realista de una misión espacial a la Luna, Planeta Bur entra en terrenos más fantásticos de la ciencia ficción. Aquí tenemos un trío de naves – una de provisiones, otra de soporte y la tercera de descenso – que se dirige a Venus, pero la destrucción de una de ellas obliga a improvisar sobre la marcha. La visión de las naves así como del planeta cubierto de nubes son excelentes. No son los típicos modelos que se suele ver en la sci fi de serie B norteamericana, donde los cables son visibles y el fuego de los cohetes parece desproporcionado y terminando por quemar a las maquetas. Incluso Klushantsev filma las escenas de exteriores en absoluto silencio, tal como debe suceder realmente en el vacío del espacio. Además Klushantsev se despacha con un robot formidablemente construído (Robbie de Forbidden Planet era un pedazo de metal estático comparado con John de Planeta Bur), brontosaurios, plantas carnívoras, y autos que flotan. Todo el diseño de producción es excelente y adelantadísimo para su época.

Pero mientras que los FX son formidables, Klushantsev como director y guionista es realmente tosco. No hay el más mínimo trazo de tensión en las situaciones, a pesar de la gravedad que destilan. Por un lado todos los tripulantes se comportan de una manera estrictamente estoica, con parlamentos que argumentan el orgullo y el deber de cumplir con la misión que el pueblo y el partido de la Unión Soviética les ha encomendado. Las situaciones de peligro están filmadas de modo amateur, y el encuentro con alienígenas es rápidamente olvidado a los dos minutos de acontecido, sin siquiera realizar alguna reflexión o expresión de sorpresa. Pareciera que el film se empeñara por tirar, una tras otra, escenas de peligro – la planta, el volcán, la enfermedad de la tripulación del primer descenso, el canto de sirena que escuchan constantemente, las criaturas venusinas que los atacan – para entretener más que para crear situaciones dramáticas. En ningún momento nos interesan estos personajes y mucho menos su suerte. No poseen personalidad, lisa y llanamente.

Con lo cual termina de ser un producto envuelto en envase de lujo pero vacío de contenidos. Sólo la escena final, donde los cosmonautas parten y una criatura venusina humanoide – vista de manera borrosa – se refleja en un estanque de agua, tiene cierto grado de sorpresa y estilo. Pero como drama, está filmada de modo pobrísimo. Es una lástima porque, con otro director más calificado, Planeta Bur podría haber sido un verdadero clásico.

Planeta Bur sería comprada por Roger Corman; y como es habito del productor, sería canibalizada, desmembrada y reciclada en varios filmes. En 1965 estrenaría Voyage to the Prehistoric Planet (con Basil Rathbone y otros actores, amén de una nueva banda de sonido y doblaje), y Voyage to the Planet of Prehistoric Women (1968), dirigida por Peter Bogdanovich y con Mamie Van Doren. Una peor que la otra, y todas utilizando escenas completas de la pelicula de Klushantsev.

CINE FANTASTICO SOVIETICO (incluyendo países satélite de la cortina de hierro) (1917 – 1991)

Viaje Cosmico: Una Novela Fantástica (1936) – First Spaceship to Venus (1959) – El Llamado de los Cielos (1959) – El Planeta de las Tormentas (1962) – Ikarie XB 1, Viaje al Fin del Universo (1963) – La Nebulosa de Andromeda (1967) – Solaris (1972) – Eolomea (1972) – En el Polvo de las Estrellas (1976) – El Bucle de Orion (1980) – Hacia las Estrellas, de la Manera Mas Dificil (1981) –