Crítica: Perdidos en el Espacio (1998)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1998: William Hurt (Profesor John Robinson), Matt LeBlanc (Mayor Don West), Jack Johnson (Will Robinson), Gary Oldman (Dr Zachary Smith), Heather Graham (Dra Judy Robinson), Lacey Chabert (Penny Robinson), Mimi Rogers (Dra Maureen Robinson)

Director: Stephen Hopkins, Guión: Akiva Goldsman, basado en la serie homónima creada por Irwin Allen, Musica – Bruce Broughton

Trama: La Tierra se está agotando, y la humanidad decide lanzar la misión Jupiter para llegar el planeta Alpha Prime, el único del universo que puede ser colonizado. Pero un grupo terrorista ha saboteado la misión y la familia Robinson – al mando de la nave – sale de su curso, entrando en un portal estelar con destino desconocido. Perdidos en el espacio, logran encontrar una abandonada nave espacial terrestre, pero allí se dan cuenta que han entrado en un vortice del tiempo y se encuentran décadas en el futuro. Debiendo hacer un aterrizaje de emergencia, descubrirán que el vortice temporal es causado por una máquina al otro extremo del planeta, y que la misma contiene materiales radiactivos imprescindibles para poder regresar al espacio. Lo que los Robinson desconocen es que un terrible secreto les espera tras el origen del vortice del tiempo.

Perdidos en el Espacio Antes de ser el Rey del Cine Catástrofe, Irwin Allen producía series de TV. Y series de ciencia ficción que en su mayoría (con la excepción de buena parte las temporadas de Viaje al Fondo del Mar) era abominables. Malos diálogos, mucho stock footage (al mejor estilo de Roger Corman), argumentos delirantes. Entre toda esa parva de series se encuentra Lost in Space (1965 – 1968), una tira que con el tiempo se transformaría en obra de culto.

Seamos honestos. El mérito de Lost in Space para adjudicarle el título de obra de culto no se basa en su calidad sino más bien en la falta de la misma. Si bien la primera temporada era más lineal y dramática, el arrasador suceso de Batman impulsó a que Allen desviara el tono de la serie hacia el humor camp de la tira de Adam West. Junto con el escaso presupuesto, malas actuaciones y libretos pobres en creatividad, la serie terminó por convertirse en una especie de entrega semanal de cine Z: los diseños de los monstruos eran ridículos y se les notaba el cierre del traje; los efectos especiales daban lástima y los parlamentos rozaban la verguenza ajena. Pero había gente a la cual le gustaba, si bien los ejecutivos de la CBS la odiaron (y por ello terminarían por bajarle el pulgar).

Con lo cual llegamos a esta remake 1998, que obtuvo una tibia taquilla y fue vapuleada por los críticos de manera injusta. El tema es que la serie original era terriblemente mala, pero de algún modo muchos la han sobrevalorado considerándola un clásico (?) con lo cual todos los cambios que introduce el guión de Akiva Goldsman fueron tachados de herejía, lo cual es una idiotez extrema. Si bien Goldsman es un libretista para amar u odiar (una especie de genio idiota que puede engendrar desde Una Mente Brillante hasta Batman y Robin), la gran mayoría de lo que hace aquí con las premisas básicas de la serie es excelente. Es particularmente ejemplar lo que el guión hace para conservar tanto la identidad original como para aggiornar la propuesta: presentar dos modelos de robots y dos de nave (el original y el moderno); incluir cameos de casi todo el elenco histórico de la serie; modernizar a la familia Robinson y convirtiéndola en un núcleo disfuncional. Los latiguillos, las situaciones…. todo está respetado con espíritu de fan.

Y mientras que Goldsman hace una tarea formidable en rearmar Lost in Space y adaptarla para el nuevo milenio, uno no puede dejar de notar que es bastante malo a la hora de escribir diálogos. Si bien el libreto desarrolla un puñado de grandes momentos – la salida de trayectoria y el viaje hacia el Sol; el encuentro en el espacio con la Proteus y las arañas espaciales; el vortice temporal que crece sobre la superficie del planeta -, por el otro lado salpica la pantalla con algunos parlamentos atroces y varios caracteres desarrollados de la peor manera posible. La interpretación de Lacey Chabert roza lo insufrible, y resulta obvio que su Penny Robinson está de adorno; el reciclaje del mono espacial Blarp podría haberse omitido de un plumazo; y los escarceos entre Don West y Judy Robinson son terribles. Por otro lado el papel de Zachary Smith (que junto al robot y Will Robinson eran las estrellas de la serie) está ok, pero no es ni el gran villano ni el comic relief que uno podría esperar. Pareciera que en la primera mitad del film el libreto quisiera renovar todo, y en su última mitad entra decididamente en el terreno camp de la serie, especialmente con la aparición del robot tradicional de la tira (que es una máquina de hablar pavadas todo el tiempo).

Para la mayoría del público, es un entretenimiento pasable. Para los fans de la serie (grupo al cual no pertenezco) le parecerá un homenaje inteligente. En lo personal creo que podría haber sido una gran película de ciencia ficción si no tuviera el peso sobre sus hombros de cargar con la fama de una serie mediocre de TV a la cual debe respetar. Hay acción bien filmada y hay buenas ideas, pero cuando los personajes abren la boca no siempre tienen parlamentos muy felices.