Crítica: El Pacifico (The Pacific) (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2010, miniserie: James Badge Dale (Robert Leckie), Joseph Mazzello (Eugene Sledge), Jon Seda (John Basilone), Rami Malek (Merriell ‘Snafu’ Shelton)

Director: Tim Van Patten, David Nutter, Jeremy Podeswa, Graham Yost, Carl Franklin & Tony To, Guión: Bruce McKenna, Robert Schenkkan, Graham Yost, George Pelecanos, Larry Andries & Michelle Ashford

Trama: Esta es la crónica de tres muchachos norteamericanos que partieron de sus pueblos para enlistarse como soldados del ejército norteamericano y participar en la cruenta campaña del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos de ellos morirán en el intento; otros volverán siendo héroes; y todos quedarán marcados a fuego por la terrible experiencia de combate que debieron sufrir, un estigma que los acompañaría durante el resto de sus vidas.

El Pacifico (2010) La Segunda Guerra Mundial es un tema que me apasiona. He visto infinidad de películas, me sé de memoria la serie documental El Mundo en Guerra (1973), he leído una gran cantidad de libros. Pero debo admitir que mi pasión pasa en realidad por la guerra en Europa. Sanguinarios e inteligentes, los nazis fueron los villanos perfectos de la historia. Si a esto le sumamos los escenarios europeos de fondo, tendremos una historia épica con ribetes hollywoodenses.

Pero existió otro frente de guerra que muchos han preferido olvidar o enterrar. Es el frente del Oceano Pacífico, en donde se libró una sangrienta lucha contra el ejército japonés, saltando de islote en islote durante cuatro años. Uno puede hablar de la crueldad nazi, pero los alemanes eran nenes de pecho en comparación a los nipones. El tema pasa por la idiosincracia japonesa, que maneja valores distintos a los occidentales. Para ellos el Emperador es Dios y su mandato es divino, con lo cual tomaban al pie de la letra la orden de exterminar al enemigo y efectuar cualquier tipo de sacrificio por la patria. Es cierto que Hitler tuvo su ascendente sobre la nación germana, pero no llega ni por asomo al grado de fanatismo que tenían los nipones. Al manejarse con otros valores, para ellos los enemigos no eran personas sino objetos, y actuaban con un grado de crueldad y temeridad que impresionaba a sus oponentes. A su vez la nación nipona era compacta, con lo cual uno obtenía un ejército compuesto de millones de personas capaces de luchar hasta la muerte. Este fue el motivo fundamental para que el ejército norteamericano, en las instancias finales de la guerra, se decidiera a lanzar la bomba atómica sobre Japón. Cualquier intento de poner un pie invasor en tierra nipone equivaldría a una interminable guerra de exterminio contra todo un pueblo unido hasta las últimas consecuencias.

La guerra del Pacífico fue cruel con mayúsculas, mucho peor que la guerra europea. Los experimentos que hicieron los japoneses con los prisioneros de guerra supera por lejos a las atrocidades cometidas por Josef Mengele, el famoso Angel de la Muerte nazi. La férrea resistencia nipona solía concluir con tropas norteamericanas achicharrando bunkers saturados de orientales que se negaban a deponer sus armas. Para colmo la selva y el clima convertían al escenario en un lodazal plagado de letales enfermedades tropicales. Y, si a uno le pareció una locura el desembarco del Dia D, imaginen cientos de desembarcos en islotes estériles de apenas un puñado de kilómetros cuadrados de extensión. Oh sí, la guerra en el frente oriental no tuvo nada de elegante.

El Pacifico es otra de esas miniseries que suele producir el duo de amigotes Steven Spielberg y Tom Hanks. A Hanks le encanta hacer tiras épicas con inflamado tono patriótico y, por ello, se ha despachado con cosas excelentes que van desde De la Tierra a la Luna (1998) hasta Band of Brothers (2001), co producida con Spielberg y vista como una continuación natural de Rescatando al Soldado Ryan. Si Band of Brothers posaba su mirada en el teatro de guerra europeo, El Pacífico hace lo suyo con el frente oriental del conflicto, uno librado mayoritariamente por los norteamericanos (los ingleses hicieron una guerra de guerrillas en el sur de Asia, pero tenían todos sus recursos ocupados en la defensa de la isla británica).

Desde el punto de vista técnico, El Pacífico es sencillamente impresionante. Aquí han aplicado efectos especiales a mansalva y han logrado una de las recreaciones más realistas de la guerra que yo recuerde. En uno de los primeros episodios (Guadalcanal, si mal no recuerdo), un pelotón de soldados acampa en una isla y observa el mar abierto en plena noche, iluminada como si fuera de dia debido a la intensa refriega a cañonazo puro entre las armadas norteamericana y japonesa. Luego está el excepcional despliegue de tropas, tanques, explosiones, la reconstrucción de escenarios históricos (la pelea por Peleliu se ve igualita al capítulo correspondiente del juego Call of Duty: World at War), y la ferocidad de la guerra rodada con lujo de detalles. Por suerte la miniserie no se intimida en mostrar sangre y gore en primer plano.

En donde El Pacífico resulta algo más débil es en el terreno dramático. La definición inicial de los personajes es tan blanda y anónima que uno ni siquiera recuerda sus nombres. La mitad del elenco es masacrado a mitad de camino y, recién sobre el final, el trío de caracteres principales recibe un tratamiento dramático más digno. Está el escritor buscavidas que hace de testigo calificado de la guerra; luego está el héroe de turno, que es utilizado por el ejército como elemento de propaganda en contra de sus propios deseos (él sólo quiere regresar al frente); y la tercera, que es la mejor historia, es la del chico de pueblo que pasa de niño a asesino despiadado de japoneses. El rol está interpretado por Joseph Mazzello, quien hacía de uno de los nietos de John Hammond en Jurassic Park, y que ahora ha crecido de gran forma como actor. Es un papel rico en matices y contradicciones; en uno de los episodios finales Mazzello incursiona en una aldea japonesa y su personaje – que hasta entonces se comportaba de manera sanguinaria – se ve obligado a enfrentar su olvidada humanidad cuando se topa con una moribunda madre nipona. El otro aspecto de interés es la relación que mantiene con su desquiciado compañero de grupo (Rami Malek). No sólo Mazzello mimetiza su salvajismo y termina por exceder al modelo original, sino además su amistad está empapada de ambigüedad sexual, tal como sugiere el último fotograma.

El Pacífico es una gran miniserie. Quizás los personajes no tengan el desarrollo dramático que debieran pero, por otro lado, el guión prefiere hacer hincapié en mostrar viñetas de la guerra. Desde invasiones sin tirar un tiro hasta los romances ocasionales durante las licencias militares; la maquinaria publicitaria de la guerra; los locos y los suicidas; la terrible vida en la selva y toda la demencia del combate contra un enemigo inflexible e intimidante. En dicha variedad es donde El Pacífico obtiene sus mejores bazas pero también muestra sus mayores limitaciones, simplemente porque un enfoque panorámico atenta contra de la profundidad del detalle.

MINISERIES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, PRODUCIDAS POR TOM HANKS Y STEVEN SPIELBERG

Band of Brothers (2001) – El Pacifico (2010)