Crítica: Oblivion (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2013: Tom Cruise (Jack Harper), Olga Kurylenko (Julia Rusakova), Andrea Riseborough (Victoria Olsen), Morgan Freeman (Malcolm Beech), Melissa Leo (Sally), Nikolaj Coster-Waldau (Sykes)

Director: Joseph Kosinski, Guión: Michael Arndt & Karl Gajdusek, basados en la novela gráfica de Joseph Kosinski

Trama: En el año 2077 la Tierra presenta un panorama desolador. Un invierno nuclear asola a la mayoría del planeta, y la Luna ha sido pulverizada, lo cual ha generado un cataclismo que ha arrasado con la totalidad de las ciudades. Semejante hecatombe fue provocada hace 60 años, en el fragor de una sangrienta batalla por la supervivencia contra una raza alienígena que pretendía invadir el planeta. Los humanos han ganado, pero al pírrico precio de volver inhabitable el planeta, tras lo cual han debido refugiarse en una enorme estación espacial llamada Tet, en donde se encuentran preparando una masiva expedición colonizadora a una de las lunas que orbitan Júpiter. Y, mientras acumulan recursos para el viaje, han implementado un sistema de drones, los cuales circulan por toda la superficie y combaten a los alienígenas remanentes que sobrevivieron al fin de la guerra y que, de vez en cuando, montan atentados contra las plataformas extractoras de agua y materiales. Pero los drones no son infalibles y a veces caen a tierra, víctima de las emboscadas de los extraterrestres. Es por ello que hay un sistema de patrullas conformada por una pareja de humanos, los cuales monitorean la actividad de los robots de vigilancia y con frecuencia salen a buscarlos y repararlos. Jack Harper es uno de los técnicos que trabaja en dichas patrullas. Junto a su amante Victoria conforman un dúo de especialistas – él arregla drones, ella lo guía desde su centro de control montado en lo alto de una montaña -, cuya misión terminará en el plazo de dos semanas, tras lo cual se unirán a la expedición colonizadora que tiene por destino la luna Titán. Pero en uno de los últimos días de trabajo Jack ha detectado el aterrizaje de un módulo de emergencia procedente de alguna nave espacial, a cuyo encuentro ha partido para investigar. Pronto las sorpresas comenzarán a tomar por asalto a Jack, al descubrir que el módulo está tripulado por un grupo de seres humanos que se encuentran en estado de hibernación desde hace 60 años. Y no sólo eso: uno de los tripulantes es una hermosa chica con la cual Jack ha estado soñando durante años, sin tener en claro qué es lo que ello significa. Al proceder a su rescate los drones aparecen en la zona y matan a todos los supervivientes a excepción de la muchacha, la cual ha sido ocultada por Jack y quien ha procedido a llevarla hacia su base. Pero Victoria está en contra de la llegada de la forastera, convencida de que se trata de una hábil trampa montada por los extraterrestres. Sin embargo Jack comienza a creerle a la muchacha y pronto es convencido para regresar al lugar del impacto, buscando la caja negra del módulo, la cual puede tener grabadas las respuestas que develen la incógnita sobre la procedencia de la chica. El problema es que, al llegar, tanto la chica como Jack son capturados por los extraterrestres y terminan siendo llevados a una de sus bases secretas. Y, al despertar y enfrentar a sus captores Jack terminará por toparse con la verdad, la cual es tan escalofriante que terminará por alterar todo el curso de su vida.

Oblivion (2013) Oblivion es refrescante ciencia ficción de la buena. Sí, está Tom Cruise (que será un tipo medio loco y detestable en la vida real, pero sin dudas es un intérprete que elige con mucha inteligencia sus papeles y siempre es garantía de buen cine) y hay algunas balaceras, pero aquí la historia es mucho más densa de lo que el trailer aparenta. Esta es sci fi pensante y, por Dios, se trata de un buen ejemplar, aunque hay que admitir que tiene su cuota de problemas. El resultado final es muy satisfactorio, aún cuando los detallistas intentarán engolosinarse con las inconsistencias del relato.

En sí, Oblivion es un relato esencialmente dickiano. Hablamos de la memoria, de confusión de identidades, de realidades alteradas, de sueños que no son tales sino que son recuerdos. Oh, sí, Phillip K. Dick se deleitaría con la mayoría de las vicisitudes del libreto, el cual está firmado por Joseph Kosinski, el mismo que dirigió Tron Legacy. Hay un fuerte sabor a sci fi setentosa en todo el asunto, filmes en donde el clima lo era todo y había que madurarlo a fuego lento. Y acá las cosas se toman su tiempo para comenzar a despegar.

En sí, la primera parte es simple de entender. Tom Cruise vive con Andrea Riseborough (¿no había otra actriz más linda para el papel?) en un domo ubicado en lo alto de una montaña, sobre la superficie de una Tierra devastada por una antiquísima guerra ocurrida entre humanos y alienígenas. Tomás sale todas las mañanas a ver si algún robot de vigilancia se rompió, y Andrea lo guía desde su central. Ellos están en servicio, el cual está a punto de expirar en dos semanas; después de eso, abordarán la misión colonizadora a Titán, en donde la humanidad espera asentar sus reales y comenzar a reconstruir su historia desde cero. Las cosas se salen de control cuando una cápsula espacial aterriza en la zona que vigilan, tras lo cual Cruise va a investigar y descubre que su cargamento es un montón de seres humanos en estado de hibernación. Para colmo, uno de ellos es una chica con la cual Tom sueña todas las noches desde hace años. Los drones acuden al mismo tiempo al lugar y, en vez de proteger a los humanos, los confunden con enemigos y terminan masacrándolos. La bella sobreviviente – Olga Kurylenko, la ex chica Bond de Quantum of Solace – es rescatada por Tom, quien se la lleva para su base ante la fea mirada de su compañera / concubina, quien cree que las curvas de la refugiada le han calentado las hormonas a Tomasito o, bien, que el flaco planea hacer algún tipo de trifecta no muy santa. Pero Tom está atormentado por los recuerdos, porque sabe que hay un vínculo con la chica pero no logra descifrarlo. ¿Acaso la caja negra de la cápsula en donde venía la Kurylenko podrá aportar algún dato revelador sobre el nexo que los une?.

Oblivion se toma su tiempo para llegar al nudo de la historia. La idea es tridimensionalizar los personajes, en especial el de Tom Cruise, el cual es un amante de la vida sana y natural – ha encontrado un pequeño fragmento de tierra impoluta cerca de un lago y ha montado su propio refugio, en donde cultiva plantas y escucha viejos discos de vinilo -, y quien comienza a cuestionarse la necesidad de abandonar todo ese pequeño paraíso para ir a colonizar un territorio desolado en la otra punta del sistema solar. La macana que el enfoque no resulta todo lo efectivo que debiera, especialmente cuando empiezan las revelaciones acerca de la relación que hay entre el protagonista y la Kurylenko. Quizás el problema pase por los flashbacks, los cuales fallan en establecer un vinculo sentimental entre el espectador y la pareja, posiblemente porque son repetitivos y les falta profundidad – Kosinski no es Peter Jackson o Quentin Tarantino, iluminados capaces de armar guiones que ilustren de manera emocional (y de cuerpo entero) a un personaje en apenas dos o tres frases -. Y cuando Morgan Freeman hace acto de presencia – comenzando a anudar los cabos sueltos que tiene Cruise, y presentándole una perspectiva radicalmente diferente del mundo que lo rodea -, el filme empieza a tropezar. (alerta: fuertes spoilers) Quizás el punto sea que, para el espectador entrenado, uno olfatea al toque de qué peliculas Oblivion ha tomado ideas prestadas para elaborar el segundo y tercer acto, las cuales van desde El Planeta de los Simios“la verdad está en la zona prohibida” – hasta Moon y Día de la Independencia (de la cual hacia una copia flagrante de secuencias enteras), eso sin contar ciertas inconsistencias de lógica. ¿Acaso la persona es el ser de carne y hueso, el alma que lo contiene, o el conjunto de recuerdos que define su personalidad?. Oblivion no profundiza demasiado en el tema, y quizás trata el punto de manera demasiado expeditiva, cosa de darle un cierre rápido y relativamente optimista a todo el asunto. Por otra parte uno se hace preguntas obvias – ¿todo el plan de Morgan Freeman se reducía a provocar el encuentro entre Cruise y la Kurylenko?; ¿es por eso que recuperaron la sonda?¿qué pasa con el resto de patrullas que pulula en el resto del planeta? ¿después de 60 años de distancia ocurren todas estas coincidencias? -. Incluso la explicación final sobre las características del ejército invasor – conformado por un montón de caras conocidas (intento ser criptico lo más que puedo para no arruinar las sorpresas; después de todo… ¿qué hace usted leyendo estas líneas? ¿no leyó la advertencia en rojo de que había spoilers?). – deja su cuota de preguntas en el tintero. Porque, después de la invasión, … ¿volvieron a poner a todos los especímenes dentro de un frasco y los archivaron? (fin spoilers)

Aún con su narración algo lenta y su cuota de inconsistencias Oblivion se deja ver. Abunda en ideas, y tiene un enfoque fresco. Es cierto que al final empieza a tomar cosas prestadas de otros filmes, pero sigue siendo inteligente y mantiene su conducta, incluso arriesgándose a tomar un par de decisiones valientes a la hora del cierre. Lo que sí, sólo resulta recomendable a aquellos que tienen paciencia y piden un producto más cerebral que de costumbre. Porque, si bien no cataloga como gran ciencia ficción, al menos es sólida y prefiere las ideas a los efectos especiales.