Crítica: Nosferatu (1922)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Alemania, 1922: Max Schreck (Graf Orlok), Gustav von Waggenheim (Johannes Hutter), Greta Schroeder-Matray (Ellen Hutter), Alexander Granach (Knock), Joh Gottowt (Profesor Bulwer)

Director: F.W. Murnau, Guión: Henrik Galeen, basado en la novela Dracula de Bram Stoker (sin acreditar)

Trama: El agente inmobiliario Knock le da la misión a su empleado Johannes Hutter de que viaje a los montes Cárpatos y termine por cerrar la venta de una mansión al conde Orlok. Hutter se despide de su prometida Ellen, diciéndole que el viaje durará varios meses. Pero al llegar a la zona, numerosas advertencias lo ponen sobreaviso que Orlok es un Nosferatu (vampiro); incluso Hutter encuentra un ejemplar de El Libro de los Vampiros en la hostería, y termina por tomar para la burla a todos los rumores. Al llegar al castillo lo recibe el conde Orlok , un individuo deforme y de apariencia demoníaca. Por la noche Orlok ataca a Hutter en su cuarto y lo da por muerto. Inmediatamente Orlok parte hacia Wisburg, la localidad de donde proviene Hutter, para instalarse en la nueva mansión. Pero tanto su viaje a bordo del carguero Demeter como su llegada a la ciudad está marcados por la muerte. Pronto Knock – bajo la influencia del Nosferatu – perderá los estribos y será internado en un siquiátrico; y Ellen presiente el arribo del mal. Habiendo regresado el maltrecho Hutter, Ellen descubre el Libro de los Vampiros, y descubre cómo puede abatir a Orlock; pero dicha tarea puede costarle la vida.

Nosferatu Seguimos buscando la mejor versión de Dracula. Y seguimos sin encontrarla. Ojo, que esto no desmerece a la clásica versión alemana (y no autorizada) de 1922 que comentamos aquí. Existen muchas cosas rescatables en el film de Murnau, pero coherencia no es una de ellas. Y no es culpa del film, del director o de los guionistas, sino de la trágica suerte que ha corrido esta película con el paso del tiempo y por lo cual hoy sólo nos llegue un collage de retazos de los que debió ser la película original.

La historia de Nosferatu es bien conocida. El estudio alemán Prana-Film filmó esta adaptación no oficial de la novela de Bram Stoker, con retoques cosméticos tanto a la historia como a los personajes como para que no fuera una copia evidente. Eso no impidió que la viuda de Stoker le hiciera un juicio enorme por plagio, llevando al estudio a la quiebra y persiguiendo a todas las copias existentes, ordenándolas quemar. Varias copias han sobrevivido con el paso de los años, de modo clandestino y por cinéfilos que han entendido el valor de la obra. El problema es que una gran cantidad de esas copias difieren en metraje, y es casi imposible restaurar el film a su duración original.

Esto explica notorios agujeros de coherencia en la historia. En especial, en la transición de Orlock desde la supuesta Transilvania hasta Wisburg. Es inexplicable cómo Knock (que es el equivalente de Renfield) cae bajo el poder del vampiro y termina en el siquiátrico, sin siquiera tener contacto con éste (a no ser por la carta original). El clon de Van Helsing cumple un papel realmente secundario, tan sólo para reflexionar sobre algunas plantas y animales carnívoros. Hutter – Harker cae en la red de Orlock, se cura solo y regresa justo a la ciudad para traer el Libro de los Vampiros que contiene la receta para destruir a Nosferatu.

Y mientras la última mitad del film se desenvuelve de un modo extraño, hay secuencias que no dejan de ser interesantes por lo inusual. Aquí Nosferatu es el ejército de un solo hombre; arma su carruaje, carga su cajón, se despacha a Wisburg por barco, desembarca y se lleva el ataud a cuestas hasta la mansión pegada a la de los Hutter. Es realmente raro ver a semejante individuo por las calles del pueblo con su cajón mortuorio al hombro.

Dejando de lado las incongruencias y las particularidades, Nosferatu es una película interesante. En especial el enfoque del personaje central, que es tratado como una verdadera encarnación del mal. Siempre me viene a la mente la inmortal frase de James Woods en John Carpenter´s Vampires: “estos no son un puñado de jodidos maricones en ropa de lujo y con ridículos acentos europeos”. Orlock es demoníaco; se ve como tal, habla poco, impone el terror y cuando llega a Wisburg es una verdadera máquina de matar (por ello el pueblo lo confunde con la peste, y hay desfiles de ataudes todos los días). No tiene medias tintas. Mientras que las secuencias con Hutter y Orlock en el castillo parecen algo extensas y aburridas, la cosa cambia cuando sube al Demeter y empieza el viaje. El film le da bastante tiempo a toda esta parte de la historia, y es donde se producen las apariciones más logradas de Nosferatu como figura terrorífica. Se transforma en tierra y ratas, se reconvierte en la criatura monstruosa, extermina a la tripulación y parte sin miramientos a seguir con su tarea. Tambien es cierto que a bordo del Demeter siguen los errores de continuidad del relato, con marineros que desaparecen misteriosamente de una escena a otra. En fin.

El film logra un muy buen clima en Wisburg, con la masacre generalizada de los pobladores. Pero cuando comienza a construir una atmósfera efectiva, aparece El Libro de los Vampiros como un deux ex machina del guión, y Mina – Ellen lo toma literalmente (¿y si la receta del libro no hubiese sido efectiva?). Como Ellen es virgen (… parece que Hutter es otro que cayó bajo las reglas del conservadurismo de la época), es la única que puede matar a Orlock, ofreciéndose en sacrificio y de ese modo, forzando al vampiro a permanecer con ella hasta la llegada del amanecer. La luz del sol terminará por destruir a la criatura.

El final está bien pero suena algo expeditivo. Quizás el problema pase por las rutinas cinematográficas a las que estamos acostumbrados, de que donde hay un villano debe haber un héroe en pantalla y por tiempos iguales. El villano es Orlock, pero no hay un protagonismo definido del lado del bien; son todas figuras que cumplen con pequeñas partes, y ninguna sobresale sobre la otra. Por ello la cita final de Orlock y Ellen queda algo descolgada y suena sorpresiva.

Sin dudas es un film mucho mejor que las versiones de Bela Lugosi y de Christopher Lee. El problema es la desastrosa edición, fruto de recomponer como se pudo el film. Las actuaciones están bien (dentro del estilo exagerado del cine mudo), pero no son naturales. La presencia de Max Shreck impresiona pero le falta tiempo de pantalla. Es una película correcta, vista con los ojos actuales, pero un film incompleto. Obviamente la sombra de Nosferatu ha terminado por influir enormemente en el género de terror con el correr de los años, lo que habla de su valía. Al respecto, sería interesante ver dos filmes relacionados: la versión moderna de Werner Herzog y con Klaus Kinski como Nosferatu, y la excelente metaficción La Sombra del Vampiro, donde se trabaja con la premisa que Max Schreck era un vampiro real contratado por Murnau. En todo caso, son dos excelentes obras complementarias para acompañar a este clásico.

DRACULA

Otras versiones de Dracula comentadas en este portal: Dracula (1931) de Tod Browning y con Bela Lugosi; Dracula (1958) de Terence Fisher y con Christopher Lee; Dracula (1979) de John Badham y con Frank Langella. Nosferatu (1922) es una adaptación no oficial realizada por F. W. Murnau.