Crítica: Los Increíbles Powell (No Ordinary Family) (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2010: Michael Chiklis (Jim Powell), Julie Benz (Stephanie Powell), Kay Panabaker (Daphne Powell), Jimmy Bennett (J.J. Powell), Autumn Reeser (Katie Andrews), Romany Malco (George St. Cloud), Stephen Collins (Dr. Dayton King)

Director: David Semel, Guión: Greg Berlanti & Jon Harmon Feldman

Trama: Los Powell están atravesando una crisis familiar y Jim – el patriarca de la familia – decide que lo mejor es tomarse un tiempo juntos. Por eso arma un viaje hacia un remoto paraje en la selva amazónica brasileña. Pero el vuelo tiene graves problemas en medio de una tormenta, y termina por estrellarse en un lago. Por suerte los Powell sobreviven y regresan a su casa en Norteamérica, aunque los problemas comunicacionales continúan. Pero Jim ha descubierto accidentalmente que ha obtenido superpoderes, posiblemente por causa de las extrañas aguas fosforecentes del lago brasileño en donde amerizaron. Ahora es un ser casi indestructible, y con la ayuda de su amigo – el fiscal de distrito George St. Cloud – ha comenzado a combatir al crimen, usando sus vinculos como retratista en el departamento de policía. A su vez, cada uno de los miembros de la familia Powell ha comenzado a descubrir su super poder, tarde o temprano: su esposa Stephanie es capaz de de correr a velocidades inimaginables, la pequeña Daphne puede leer la mente, y J.J. posee un supercerebro capaz de interpretar cualquier tipo de información. Pero los Powell pronto descubren que no son los únicos con superpoderes, y que hay una banda de supercriminales asolando la ciudad. ¿Ha llegado el turno para que los Powell se transformen en una familia de superhéroes y detengan la injusticia?

No Ordinary Family Seguimos revisando series fantásticas de reciente data. Ahora es el turno de este hijo artístico de la dupla de Greg Berlanti & Jon Harmon Feldman, los mismos de Dawson Creek y que, por separado, tienen algunas tiras bajo sus cinturones como Everwood o Roswell. Aquí se han despachado con esta versión seudo dramática de Los Increibles, la cual tiene una parva de elementos que funcionan por separado pero, en conjunto, no terminan por ser demasiado convincentes.

Aquí hay una familia en crisis que decide irse de vacaciones a la mitad del Amazonas, como si allí hubiera un lugar turístico más deseable que Europa o las costas del Caribe. En menos de 10 minutos están de vuelta en sus casas en USA, luego de haber sobrevivido un accidente aéreo en el lugar más recóndito del mundo (y haber caído en un extraño lago con aguas fosforecentes – otra que el Riachuelo de noche -). Como la progresión dramática deja bastante que desear, uno pone sus expectativas en lo fantástico y en el factor comedia de la tira – está Michael Chiklis, que antes de The Shield hacía rutinas cómicas; Julie Benz, que la pasó bomba con su personaje exagerado en The Boondock Saints II; y figura el moreno Romany Malco, que era una de las mejores cosas que tenía Virgen a los 40 -. Lamentablemente ninguno de los dos factores termina por ser satisfactorio: los superheroísmos de turno tienen un fuerte tufillo a material de segunda o tercera mano – lo de Chiklis es un reciclado de su Ben Grimm de Los 4 Fantasticos, sólo que sin maquillaje; Julie Benz repite todos los clisés de origen de The Flash, incluyendo su necesidad de comer a cada rato; y los chicos son una especie de versión desabrida de los infantes superpoderosos de Los Increíbles -. Aún en los momentos en que Chiklis experimenta con sus poderes recién descubiertos, la gracia está tan diluida que termina restringida a los gags de Romany Malco (que parece ser el único que da con la tecla sobre cómo interpretar esta historia).

Yo diría que uno de los principales problemas de No Ordinary Family es el casting porque, si bien cada uno de sus intérpretes principales es excelente, no brillan en absoluto cuando están juntos. La pareja de Benz y Chiklis carece de química, y toda su relación es una impresionante y aburrida catarata de clichés, con lo cual resulta imposible que nos interese medianamente su suerte. El resto del cast no es mejor: los chicos son pésimos actores, y Stephen Collins – que hace de villano millonario a la Lex Luthor – parece tan empapado de su venerable rol de pastor evangelista en la tira El Séptimo Cielo que parece haberse olvidado de cómo destilar maldad. Y a todo esto se suma el hecho de que la serie tiene un serio problema de identidad. Como drama familiar es tremendamente anodino. Las proezas están más o menos ok, y la construcción de una mitología – villanos, aliados y secretos que se revelan con continuidad capítulo a capítulo – es mas bien débil, o al menos está sepultada por el insulso drama familiar.

No Ordinary Family es relativamente pasable, no me malinterpreten. Pero precisa una gran cantidad de ajustes hasta dar con el punto justo de cocción. Recién ha terminado su primera temporada, lo cual no es un mal signo (muchas otras series han sido abortadas a mitad de camino), pero precisa mucho trabajo para enganchar como debe a la gente. Hasta ahora parece una telenovela algo chata con pizcas de fantasía y humor y, por lo que he visto, no es un producto que cumpla las expectativas que me había creado.