Crítica: La Noche de Walpurgis (1971)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

España / Alemania, 1971: Paul Naschy (Waldemar Daninsky), Gaby Fuchs (Elvira), Barbara Capell (Genevieve Bennett), Patty Shepard (condesa Wandesa Dárvula de Nadasdy)

Director: León Klimovsky, Guión: Paul Naschy y Hans Munkel

Trama: Elvira y Genevieve son dos amigas que comparten su gusto por lo oculto. Han decidido realizar un viaje a la campiña francesa en busca de la tumba perdida de la condesa Wandesa Dárvula de Nadasdy – la que cometiera actos de vampirismo en la edad media y fuera ejecutada por la inquisición -. Extraviadas en el campo, apenas logran llegar a un caserío que es habitado por Waldemar Daninsky, quien cree conocer dónde se encuentra el sepulcro. El trío logra ubicar y desenterrar a la condesa pero, al quitarle la daga bendita de su corazón, Wandesa revive y comienza a desatar una serie de terribles asesinatos a los pobladores de la zona. Con Genevieve bajo su poder, Waldemar y Elvira serán los únicos que pueden detenerla… pero Elvira no sabe que en realidad Daninsky es un hombre lobo, y la daga que ajusticiara a Wandesa es, a su vez, el único mecanismo que puede liberarlo de la maldición que carga..

La Noche de Walpurigs Hay gente que construye su nicho y logra vivir de él durante años. Es el caso del español Jacinto Molina, más conocido como Paul Naschy. En los sesenta era un actor secundario de stock, al que un día se le ocurrió la idea de hacer un filme exploitation de terror (Las Noches del Hombre Lobo – 1968), y se toparía con una mina de oro. Pronto la popularidad de Naschy se dispararía por las nubes y se transformaría en un ícono del horror ibérico, posiblemente el segundo en importancia tras Narciso Ibañez Menta. Y hasta el día de hoy sigue rodando filmes de terror, aún cuando su época de oro – los años 70 – haya quedado bastante lejos en el tiempo..

En Las Noches del Hombre Lobo hizo su debut el personaje de Waldemar Daninsky, y sus aventuras continuarían durante 12 películas, siendo la última La Tumba del Hombre Lobo en el 2004. La Noche de Walpurgis es el cuarto filme de la serie.

Sinceramente me intrigaba ver algún filme de Naschy, ya que conocía de sus películas cuando era niño y parecía estar rodeado de cierto aire de leyenda – como si fuera un Vincent Price español -. En mi Montevideo natal solía llegar la versión española de Famous Monsters of Monsterland, y los artículos sobre Naschy eran recurrentes. Y como una inmensa cantidad de filmografía ibérica jamás llegó a estos pagos del Río de la Plata, recién ahora con las posibilidades que brinda Internet pude acceder a alguno de sus títulos para poder apreciar su obra.

Pero La Noche de Walpurgis es una de las películas de terror más incompetentes y ridículas que haya visto. El tema no es tanto la historia – que es de stock -, sino la temible puesta en escena. Aquí dirige el argentino León Klimovsky – que hiciera aquí varios filmes (como una biografía de Gardel) antes de partir a Europa y rodar decenas de spaghetti western y peliculas de terror -, y que resulta ser un cineasta espantoso. La cantidad de atrocidades que permite Klimovsky es interminable, y la película termina en transformarse en una tan mala que resulta buena … al menos como comedia inintencional. Comencemos a ennumerar: hombres lobos que se babean como el perro boxer que tenía mi tío; actrices espantosas que se ríen en los momentos más dramáticos (o cuando están muertas); asesinas que antes de estrangular a sus víctimas prefieren tocarle los pechos; colmillos de plásticos y licántropos que se ven más falsos que el peluquín de Naschy; siderales saltos de continuidad entre una escena y otra, con personajes que salen de la nada; numerosas muertes en donde los familiares y amigos de las víctimas ni se mosquean; diálogos absurdos por doquier; más tetas desnudas gratuitamente; individuos que quieren matar a otros con cuchillos de plástico (y que le quedan clavados como si estuvieran agarrados con cinta adhesiva sobre la ropa) … y la sucesión es interminable. En el comienzo hay un par de médicos que van a hacer una autopsia en el cementerio en una supuesta noche cerrada con luna llena… y el escenario se ve más brillante que si fuera a pleno mediodía en la Antártida. Sinceramente Leon Klimovsky es un serio candidato a disputarle el título de peor director a Ed Wood, ya que la cantidad de gaffes técnicos es impresionante.

Con lo cual la espantosa dirección termina por matar cualquier intención honorable de hacer un filme de terror medianamente competente. Al final uno abandona cualquier posibilidad de seguir seriamente a La Noche de Walpurgis, y se dedica a esperar la próxima secuencia ridícula que Klimovsky haya pergeñado. Naschy es como si fuera Laurence Olivier en comparación con el abominable e inexpresivo cast que lo acompaña, aunque tiene un par de momentos de sobreactuación sideral que son para retorcerse de la risa. No, no: definitivamente La Noche de Walpurgis es un filme malísimo que termina por entretener por su enorme incompetencia.