Crítica: The Nice Guys (2016)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 2016: Russell Crowe (Jackson Healy), Ryan Gosling (Holland March), Angourie Rice (Holly March), Matt Bomer (John Boy)

Director: Shane Black, Guión: Shane Black & Anthony Bagarozzi

Trama: Jackson Healy es un “arreglador”, un matón hace todo tipo de golpizas siquiera por un puñado de dólares en los suburbios de Los Angeles. Holland March es un chapucero detective privado, divorciado y padre de una inquieta quinceñera que lo sigue a todos lados. Cuando los caminos de Healy y March se cruzan, las cosas pintan feo para el investigador. Es que Healy le ha dado la orden de olvidarse de una muchacha, Amelia, la cual cree que su madre ha contratado a March para matarla. Pero cuando una verdadera cuadrilla de asesinos sale en busca de la chica – y caiga una avalancha de tiros sobre Healy y March -, ambos investigadores deberán unir fuerzas para solucionar el caso y seguir con vida. Y es que la desaparicion de Amelia está vinculada con la muerte de una conocida actriz porno ocurrida días atrás en un accidente de auto. Nada es casual y pronto la dupla descubrirá que Amelia es la hija de la jefa del departamento de justicia local, y que ha decidido rodar una película porno – con ayuda de la actriz fallecida – para desfenestrar a su madre. Pero a medida que avanza la invistigación Healy, March y la entrometida hija de éste descubrirán cosas cada vez mas turbias… las cuales pondrán en riesgo sus propias vidas.

Gosling y Crowe son un par de ineptos violentos que deben hallar a la hija de una importante política antes que le pase algo, en la deliciosa The Nice Guys (2016) Gosling y Crowe son un par de ineptos violentos que deben hallar a la hija de una importante política antes que le pase algo, en la deliciosa The Nice Guys (2016)

The Nice Guys Shane Black es un gran escritor de dialogos. A él le debemos el epitome de la comedia policial Arma Mortal y su colaboración en títuloa independientes pero igual de eficaces como Kiss Kiss, Bang Bang. The Nice Guy es otro valioso aporte al género. El tipo arma otra pareja despareja y la mete de lleno en el mundo de la pornografía de los años 70, desbordante de personajes exóticos y asesinos pintorescos. Es como ver a Riggs y Murtaugh metidos en una escena de Boogie Nights, plagados de coches antiguos y prendas colorinches tan copadas como decadentes.

La trama no se entiende demasiado y parece salida de una novela de Raymond Chandler: nena rica metida en la pornografía y quienes conocen su identidad terminan convertidos en fiambre. En vez de Philip Marlowe tenemos a Russell Crowe haciendo de Russell Crowe – pendenciero, cínico, explosivo, silabeante – y a Ryan Gosling, el cual hace su mejor imitación de James Gardner en The Rockford Files. No usa armas, el aviso del diario se ve igual al de la serie de culto de Gardner y hasta guarda una pistola en la azucarera. A ellos se le une Angourie Rice, una quinceañera que se roba todas las escenas en las que participa. Es mas despierta que el padre y es de armas tomar, además de que resulta imposible que acate una orden paternal. A la chica le gusta la aventura y por eso se mete en cada jaleo del cual salva su trasero raspando por un par de milímetros.

Todo en The Nice Guys es diversión: los intercambios de Crowe y Gosling, las ocurrencias de Rice, el retorcido asesino de Matt Boomer; pero quien se lleva las palmas es Gosling, quien hace de cobarde épico y mentecato de primer nivel. No puede entender como la chica de la cual se ha enamorado le apunta con un arma y está dispuesto a asesinarlo, tiene una debilidad pasmosa con el alcohol (después de dos tragos termina bañándose desnudo en una piscina llena de sirenas en una especie de Mansión Playboy), y cuando descubre un cadáver chilla como Curly de Los Tres Chiflados. Veleta y de estómago débil, Gosling es un as en las escenas cómicas y es una de las mejores cosas que tiene la película.

Con sus disparates, sorpresas y trama difícil de entender, The Nice Guys es una delicia para el espectador. Es de esas películas en donde uno se ríe con ganas y disfruta de las desventuras de este par de palurdos, en donde la única despierta es la niña a la cual su inconsciente padre la involucra en sus peligrosos jaleos. Recomendadísima para el fin de semana.