Crítica: Cuando Cae la Oscuridad (Near Dark) (1987)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1987: Adrian Pasdar (Caleb Colton), Jenny Wright (Mae), Lance Henriksen (Jesse Hooker), Bill Paxton (Severen), Jenette Goldstein (Diamondback), Tim Thomerson (Loy Colton)

Director: Kathryn Bigelow, Guión: Kathryn Bigelow & Eric Red

Trama: En su árido pueblo natal de Texas el joven Caleb Colton intenta enredarse con una forastera llamada Mae. Pero cuando termina la noche Mae lo muerde y desaparece, y el muchacho empieza a sentirse mal. Y, justo antes del amanecer, es recogido por el grupo al que pertenece Mae, los cuales le informan de que ahora es un vampiro y deberá vivir como ellos, moviéndose de pueblo en pueblo para robar, matar y alimentarse. Mientras tanto Loy Colton, padre de Caleb, ha salido desesperadamente en busca del muchacho. El destino llevará a que los vampiros y Loy Colton se crucen en uno de los pueblos más apartados de la carretera, en donde Caleb se verá obligado a tomar una decisión vital sobre la vida de su padre y la suya.

Cuando Cae la Oscuridad (1987) Cuando Cae la Oscuridad es el segundo largometraje de Kathryn Bigelow, ex esposa de James Cameron y que recientemente ganara el Oscar por The Hurt Locker. Pero antes de ser una directora famosa y oscarizada, la Bigelow gustaba del cine de género y se metió un par de veces en el terreno de lo fantástico: además de esta aventura vampírica incursionó en la ciencia ficción con Días Extraños (1995).

A mi no me quedan dudas de que James Cameron es un genio. Y a su vez es un tipo ligero de cascos que ha tomado ideas ajenas en más de una ocasión. Con Terminator se ha comido más de un juicio en tal sentido (a manos de Harlan Ellison), y las premisas de El Abismo y Avatar son reciclados de libros de otros autores. Cuando Cameron produjo la serie televisiva Dark Angel (2000 – 2002), calcó íntegramente la idea de la historieta argentina CyberSix (1991 – ) sin ningún pudor. Y ahora, en el caso que nos ocupa, vemos otro par de ideas que terminaría apropiándose Cameron para reutilizarlas en sus siguientes filmes. Díganme si no les suena conocido: hay un vampiro indestructible que acaba de ser arrollado por un camión cisterna cargado de combustible … y el tipo se trepa al capó para comenzar a destrozarlo, lo que ocasionará una descomunal explosión. En otra secuencia hay una pelea campal en una cantina, en donde los agresores son inmunes a los balazos. ¿No resulta demasiado parecido a escenas clave de Terminator 2?.

El elenco de Cuando Cae la Oscuridad es 100% cameroniano: Lance Henriksen (Terminator, Aliens), Bill Paxton (que está como la mugre y apareció en todos los filmes de Cameron), Jenette Goldstein (la musculosa soldado Vasquez de Aliens; Terminator 2), y Michael Biehn (que faltó a la cita porque no le gustó el rol de Caleb Colton). No sería descabellado pensar que Cameron robó algunos actores a la Bigelow a partir de este filme. Realmente una joya, el dichoso “Rey del Mundo”

Pero dejando de lado a Cameron, lo cierto es que Cuando Cae la Oscuridad es un muy buen filme hecho con dos pesos. La gracia reside en que tiene un gran casting y la Bigelow es formidable dirigiendo persecuciones. Toda la historia no deja de ser la típica trama de los filmes de motoqueros de los años 60 (pueden ver un ejemplo de estas bike operas en nuestra review de Billy Jack: Nacidos Para Perder), en donde la pandilla de turno secuestra a algún inocente, lo mete en un mundo de crimen y drogas, y el héroe termina por salirse y combatir a la banda que lo acogió. Reemplacen a motoqueros y drogas por vampiros y sangre, y verán que el efecto es el mismo. Incluso el protagonista logra zafar del vampirismo gracias a una transfusión de sangre de su padre, lo que significa a) el vampirismo es un vicio que se trata de la misma manera que la drogadicción; b) los vampiros mantienen su condición por elección propia, ya que pueden curarse pero prefieren ser vándalos inmortales e inmunes. Por suerte los pandilleros chupasangres son muy carismáticos – son malos pero con mucha gracia; en especial Bill Paxton, que aquí tiene la performance más sacada de su carrera, haciendo de maníaco ultrasanguinario -, y son una familia muy armónica en un sentido sui generis. Incluso hay un niño vampiro (al estilo de Entrevista con el Vampiro), el que obviamente está desquiciado ya que han pasado décadas desde su conversión y ahora es un hombre encerrado en el cuerpo de un crío. En el fondo, estos vampiros son una tribu errante de parias, que se quieren entre sí ya que son los únicos que pueden comprender la condición de su especie, y a los cuales su inmortalidad / impunidad los ha llevado a romper todas las reglas. Pero aún con su atípico código de familia y honorabilidad, terminan por resultar entrañables. Incluso uno llega a un punto en que duda sobre cúal será el destino que elija el protagonista: si se quedará con los vampiros pandilleros o preferirá a su padre y a su hermana (que, no por coincidencia, es el mismo tema del otro filme de Kathryn Bigelow Punto Limite, en donde Keanu Reeves era el policía infiltrado en la pandilla de ladrones surfistas y que terminaba por adorarlos debido a la vida de emociones que había vivido con ellos).

Mientras que la trama es algo rutinaria, la Bigelow se despacha con secuencias notables. Está la sangrienta matanza en la cantina, que empieza como una provocación y se convierte en una carnicería; la mencionada secuencia del camión; y hay un formidable tiroteo entre los vampiros (refugiados en una cabañita de madera y con las ventanas tapialadas) y policias a plena luz del día, en donde los agujeros de los disparos permiten el paso de la luz del sol y ésta empiezan a quemar a los vampiros encerrados en plena oscuridad. Oh si, la dirección muy imaginativa y es lo que levanta a Cuando Cae la Oscuridad por encima de la media.

Yo no estoy de acuerdo, como dicen algunos charts, que ésta sea una de las 50 mejores películas de terror. Es prolija, está bien hecha y hay momentos muy buenos que corren más por las coreografías de acción de la directora que por la originalidad del libreto. Hay otros que la consideran como un antecedente de Crepúsculo (QC!), simplemente porque hay un romance entre un humano y un vampiro. A mi juicio el romance es chato, y no hay un buen desarrollo del dilema moral del protagonista (que pronto se verá obligado a matar para alimentarse); por contra, el libreto se endulza con los vampiros, los que resultan personajes más jugosos (qué buena imagen!) y más interesantes que el mismo héroe. Eso no quita que Cuando Cae la Oscuridad no sea recomendable; es un sólido entretenimiento de 90 minutos, hecho con mano experta, aunque a unas cuantas de sus ideas les falte una pulida.