Crítica: Atrapado (The Naked Runner) (1967)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 3/5: buenaGB, 1967: Intérpretes: Frank Sinatra (Sam Laker), Peter Vaughan (Slattery), Derren Nesbitt (Coronel Hartmann), Nadia Gray (Karen)

Dirigida por Sidney J. Furie. Guión de Stanley Mann sobre la novela de Francis Clifford.

Trama: El coronel Hartmann del servicio secreto de Alemania Oriental ha secuestrado al hijo del norteamericano Sam Laker, y ahora lo tiene a su merced. La idea de Hartmann es utilizar a Laker – retirado del ejército desde 1945 y sin ninguna participación en actividades de espionaje, pero un experto francotirador en su momento – para que asesine a un importante científico. Numerosos contratiempos se producen en la misión – entre cambios de destino del científico, y desesperados contactos fallidos de Laker con viejos amigos de la inteligencia británica -, y todo parece indicar que la vida del niño pende de un hilo a menos que Sam Laker termine la misión de una u otra forma.

Atrapado (1967)A fines de los 60 Sinatra estaba que trinaba con su carrera cinematográfica, especialmente después de un desastroso contrato con la Warner que lo había obligado a participar en numerosos fracasos de taquilla – como El Asalto al Queen Mary -. Quedando un film a rodar con la Warner para cancelar sus obligaciones contractuales, Sinatra fue contactado por su amigo Brad Dexter para embarcarse en un thriller de espionaje puro y duro; la idea no era del agrado del cantante hasta que al proyecto se le sumó el director Sidney J. Furie – el mismo de The Ipcress File, el primer largo del agente Harry Palmer -, con lo cual se hizo viable. A Sinatra le había gustado Ipcress… y consideró que regresar a su vena dramática sería más redituable para su alicaída performance en las taquillas.

Lo cual no significa que el rodaje de The Naked Runner no estuviera exento de problemas. Dificultades con la adaptación del guión así como las actitudes de divo de Sinatra – frecuentemente paralizaba el rodaje, ya fuera porque iba a California a apoyar a un amigo candidato a la gobernación, o bien volaba a Las Vegas para casarse con Mia Farrow, y tomaba la luna de miel en las locaciones del filme – terminaron por saturar al director Furie. A punto de dar el portazo, Dexter logró convencer a Furie que se quedara y terminara de rodar como fuera – con dobles de Sinatra para las escenas e imitadores para el doblaje -. Aún con todo los inconvenientes The Naked Runner fue un modesto éxito, aunque la crítica se encargó de vapulearlo.

Ciertamente Sidney J. Furie logra construir un clima opresivo y claustrofóbico, donde el personaje de Sam Laker es la marioneta de los servicios de inteligencia. Pero el gran problema con la trama es que es lineal; cuando existe un personaje atrapado en semejantes circunstancias, el espectador se encuentra a la expectativa de algún golpe de sagacidad donde la víctima logre invertir los roles con sus opresores, cosa que no ocurre a lo largo de todo el guión. Uno siente pena por Laker y repugnancia por los jefes de la inteligencia británica y (seudo) alemana, pero creando a semejantes villanos no existe un contragolpe satisfactorio. Por el contrario asistimos al desarrollo completo del plan, con algún que otro contratiempo – el científico que cambia de locaciones imprevistamente -, y a lo sumo alguna situación que se va de las manos cerca del final. Pero no hay suspenso en absoluto, sino una larga tortura china viendo a estas retorcidas mentes dominar la situación.

A pesar de lo que diga la crítica, la performance de Frank Sinatra es muy buena. Completamente diferente a sus roles habituales, lo suyo es sutil – como el simulacro de ejecución que le hace Hartmann, o la sensación de soledad cuando su amigo Slattery lo deja completamente a la deriva -. El tema es que, si uno analiza la trama, ve que semejante teatro se ha montado sólo porque Laker era un excelente francotirador hacía 20 años. Pero existe más de un método (y de un hombre disponible) para liquidar a alguien sin que sea por medio de un rifle con mira telescópica. En ese sentido la historia es absurda.

3 CONNERYS: Un pasable thriller de la Guerra Fría. Sinatra envuelto en una sufrida conspiración al estilo de las novelas de John Le Carre; pero la historia no termina por ser satisfactoria y todo se ve demasiado complejo y sin suspenso en pantalla.