Crítica: Las Mutaciones (1974)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 1974: Donald Pleasence (Dr Nolte), Tom Baker (Lynch), Brad Harris (Brian Redford), Scott Anthony (Tony), Michael Dunn (Burns), Julie Ege (Heidi), Jill Haworth (Lauren)

Director: Jack Cardiff, Guión: Edward Mann & Robert D. Weindack

Trama: El Dr. Nolte se encuentra obsesionado con crear una criatura hibrida que posea ADN animal y vegetal. Nolte imagina un mundo en donde las plantas puedan desplazarse hacia las zonas que posean agua y nutrientes, y los animales se alimenten via fotosíntesis. El científico se ha aliado con Lynch – un gigante deforme que trabaja en el circo local – y al cual le ha prometido una cura para su malformación congénita a cambio de que le consiga jóvenes para experimentar con ellos. Pero un grupo de estudiantes universitarios – alumnos de Nolte – han comenzado a investigar la desaparición de dos de sus amigos, y las pistas lo llevan hasta el laboratorio del científico en donde descubrirán el aberrante destino de sus compañeros.

Las Mutaciones (1974) Es increíble la cantidad de cosas que desentierra Canal 7 de Buenos Aires (aka “La Televisión Pública”) a la madrugada. Muchos de esos filmes son rarezas que salieron de circulación hace décadas, y que jamás volvieron a exhibirse o no lograron obtener su correspondiente edición en video. Entre ellas se encuentra otra película de esas que uno vió cuando era chico, se impresionó y comenzó a rastrear por todos lados durante años. En el caso de Las Mutaciones, el veterano Jack Cardiff (de quien reseñamos hace poco El Liquidador) nos trae un nuevo caso de científico loco obsesionado con jugar a Dios y provocar un salto genético en la evolución de las especies. El resultado final es un thriller terrorífico modesto y bastante efectivo, que al menos no decepciona el recuerdo que uno tenía del filme.

Es una película bastante extraña. Al parecer los guionistas eran fanáticos de Fenómenos (1932) de Tod Browning, y decidieron insertar toda una subtrama con deformes de circo, algunos de los cuales terminan involucrados como secuaces del científico loco de turno. Algunos de los fenómenos son realmente estremecedores – como el moreno que saca sus ojos de las órbitas o la mujer con piel de cocodrilo -, lo que da pie a las escenas más chocantes del filme. Y, entre ellos figuran un par de actores de carrera: el diminuto Michael Dunn (de la serie de TV Las Aventuras de Jim West) y Tom Baker (uno de los tantos Dr. Who, y que aquí yace bajo toneladas de maquillaje que le dan un look similar a El Hombre Elefante).

Por su parte está Donald Pleasence, haciendo del demente de turno. Lo suyo es una mezcla entre Frankenstein y El Dia de los Trifidos, con la ilusión de crear criaturas mutantes hibridas entre animales y vegetales. Como el tipo no quiere ensuciarse las manos le pide ayuda a Tom Baker quien, además de feo, es resentido y sicópata homicida (un sicólogo a la derecha, por favor!); y como para los guionistas Londres es un pueblito con 10 habitantes, todas las víctimas a las que atina a atrapar Baker son alumnos de Pleasence (y éste, ni siquiera los reconoce). El ultimo de ellos termina convertido en una especie de planta carnivora ambulante, lo que resulta tan festejable como absurdo. El bicho de marras captura a las personas con su torax que se abre en dos como una gigantesca mandíbula y los absorbe literalmente.

Como puede verse, credibilidad no es el fuerte del libreto, pero Jack Cardiff maneja bien los shocks y la película se deja ver. En todo caso el peor problema del filme pasa por el casting, ya que el 90% de los actores parece estar en un éxtasis de Valium. Tanto Tom Baker como Michael Dunn sobresalen al darle un tono trágico a sus personajes, pero los secundarios son una parva de muertos vivos y el peor ofensor de los sentidos es el mismo Pleasence, quien dispara todas sus líneas con convicción cero. Ciertamente el papel daba para la sobreactuación y Pleasence escogió el camino inverso – interpretando al personaje de manera gélida -, pero su performance, en vez de impresionar, termina por llevar al filme al borde del coma.

Las Mutaciones es un fracaso interesante. No todo está logrado, el guión tiene sus baches, las performances son inertes, pero tiene un puñado de momentos delirantes. Quizás el punto sea que el filme no sabe por cual tema decantarse – si seguir en la onda de los fenómenos de circo asesinos, u optar por la trama del científico loco creador de monstruos -, y termina mostrando un puchito de cada uno sin terminar de desarrollar en profundidad ninguno de ellos.