Crítica: Monstruos de Piedra (The Monolith Monsters) (1957)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1957: Lola Albright (Cathy Barrett), Grant Williams (Dave Miller), Les Tremayne (Martin Cochrane), Trevor Bardette (profesor Arthur Flanders), Phil Harvey (Ben Gilbert)

Director: John Sherwood, Guión: Jack Arnold & Robert M. Fresco

Recomendación del Editor

Trama: Un meteorito se estrella en el desierto norteamericano cerca del pueblo de San Angelo. Quedan esparcidos fragmentos a su alrededor, los cuales son encontrados por un geólogo de la oficina local de minería, quien se lleva una muestra para analizar. Pero a la mañana siguiente el oficial aparece muerto y su cuerpo está completamente petrificado. Dave Miller es el otro géologo local y decide investigar el suceso. La oficina ha quedado completamente destrozada y más de cien kilos de rocas negras están desparramados por el lugar. Y cuando otro incidente similar ocurre en las afueras del pueblo, Miller llega a la conclusión de que la causas tiene que ver con las rocas negras. Con la ayuda de Arthur Flanders, su viejo profesor de universidad, comenzarán a experimentar con las piedras. Accidentalmente descubren que estas rocas alienígenas crecen de tamaño cuando entran en contacto con el agua. Y pronto se creará una situación de pesadilla cuando comience la breve pero intensa temporada de lluvias en la localidad de San Angelo, provocando que los cristales crezcan hasta alcanzar una estatura gigantesca y generando una amenaza imparable para todo el pueblo.

Monstruos de Piedra (The Monolith Monsters) Monstruos de Piedra es una de las últimas películas de la etapa de oro de la Universal en el terreno del cine fantástico (que comenzara en los años 30 con las clásicas adaptaciones de Frankenstein y Drácula, y que en el medio diera origen a otros monstruos memorables como el hombre lobo y el monstruo de la laguna negra). Aquí se reúnen el director John Sherwood (de la última secuela de la laguna negra, El Monstruo Camina Entre Nosotros) y el papá de gillman, Jack Arnold, devenido en guionista para esta ocasión. Es una película muy buena empañada simplemente porque el monstruo (o la amenaza de turno) no resulta muy terrorífica que digamos.

Podríamos rebautizar a Monstruos de Piedra como El Ataque de los Carbones de Leña Asesinos. Allí radica el principal problema de The Monolith Monsters. Uno ve a estos tipos recogiendo piedras que se convierten en letales cuando se mojan y no deja de pensar en lo que pasaría con nuestro asado de los domingos cuando los carbones se empapan con la grasita de los chorizos. Por lo demás, los diálogos y las situaciones son muy buenos. Los protagonistas tienen dos dedos de frente, actúan rápido y descubren pronto cúal es la amenaza. Incluso hay algún que otro momento de tensión, como cuando una niña recoge una de las piedras negras, se la lleva a la casa y – ante la insistencia de la madre de mantener la limpieza – decide enjuagar a la roca en el lavabo. Lo que sigue es un artilugio del guión para evitar caer en la crueldad – lo lógico es que, si la niña empezó a petrificarse a partir de su mano, los médicos decidieran amputar el brazo -, con los doctores apareciendo a último momento con la solución de turno.

Donde las cosas repuntan mucho, es cuando llega la temporada de lluvias a San Angelo. Las escenas en donde los cristales crecen hasta decenas de metros de altura, se caen y se parten (y los restos empiezan a multiplicarse) son excelentes. Incluso la visión del avance de los cristales sobre el llano del valle y en dirección al pueblo son formidables. Lo ilógico es que esa formación proviene del lugar original donde cayó el meteorito, cuando quedaron varios cientos de rocas negras esparcidas por otros lugares del desierto – por ejemplo, en la casa de la niña antesmencionada -.

La idea de los minerales asesinos está, dentro de todo, bien hecha. Al menos no es la idiotez del petróleo viviente de Phantoms de Dean Koontz. Quizás el otro detalle bobo sea, en mitad del clímax, que los protagonistas quedan stand by a la espera de la decisión del gobernador para poder volar una presa y acabar con la amenaza mineral. Es una muestra de excesivo respeto por la autoridad.

Para la trivia figura como el héroe de turno Grant Williams, años después de ser miniaturizado en El Increíble Hombre Menguante; y Les Tremayne de La Guerra de los Mundos (entre otra parva de títulos de ciencia ficción en su carrera).

Monstruos de Piedra es buena sci fi. Sigue toda la rutina del cine de monstruos cincuentero, pero está ok. Lástima que esos carbones alienígenas mutantes no son muy amenazadores al principio, pero en el final terminan compensando de sobra su impresión inicial.

JACK ARNOLD

Algunas de sus obras que hemos comentado en este portal: It Came From Outer Space (1953) – El Monstruo de la Laguna Negra (1954) – Tarantula (1955) –  El Regreso del Monstruo de la Laguna Negra (1955) – El Increíble Hombre Menguante (1957). The Monolith Monsters (1957) está basada en un guión de Jack Arnold.