Crítica: Misión a Marte (2000)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2000: Gary Sinise (Jim McConnell), Tim Robbins (Woody Blake), Don Cheadle (Luc Goddard), Connie Nielsen (Terri Blake), Jerry O’Connell (Phil Ohlmeyer), Armin Mueller-Stahl (Ray)

Director: Brian De Palma, Guión: Jim Thomas, John Thomas & Graham Yost

Trama: Año 2020. Llega la primer misión tripulada a Marte y pronto se pone a explorar el planeta. Pero en el proceso de investigación se topan con una gigantesca estructura metálica de origen alienígena, la cual emite una fuerte onda expansiva que mata a la mayoría de los astronautas e inutiliza los instrumentos de su nave. Seis meses más tarde llega la misión de rescate, la cual amartiza en circunstancias acuciantes – su nave ha quedado destrozada luego de una lluvia de meteoritos, varios de sus miembros han perecido en el proceso de aterrizaje y han extraviado la mayoría de los víveres -. Con escasez de recursos, los astronautas sobrevivientes deciden explorar la estructura alienígena, en un último intento de entender las circunstancias que desencadenaron toda la tragedia. Pero grande será su sorpresa al descubrir que la estructura es una especie de santuario, el cual guarda enormes secretos vinculados con el nacimiento del universo… y el origen de la misma humanidad.

Mision a Marte ¿Es Brian De Palma un gran director?. Mientras que su obra ha tenido sus momentos inspirados como Los Intocables (1987), Fantasma en el Paraíso (1974), Carrie (1976) o Misión Imposible (1996), uno no puede dejar de reconocer la disparidad de la factura de De Palma en el resto de los títulos, los que se alternan entre fracasos comerciales, clones demasiado obvios de películas de Hitchcock, y mediocridades sobrevaloradas como el caso de Caracortada (1983). Aún así, en todos los filmes menores de De Palma hay cinco minutos de una gran película… los cuales no terminan por sacar a flote al resto del filme. Como suele ocurrir con algunos directores, éste es un cineasta que ama la cámara pero no siempre sabe depurar (o elegir) los libretos con los que trabaja, con lo cual la calidad de su obra, en última instancia, termina dependiendo de la inspiración de los escritores de turno. Misión a Marte bien podría entrar en dicha categoría: el fracaso del filme supuso un fuerte cachetazo a la carrera del director, y pronto su producción fílmica comenzaría a espaciarse de manera alarmante, dirigiendo tan sólo 4 filmes entre el 2002 y el 2013.

Sin dudas cuando De Palma encuentra un hueco en el guión, libera sus manos y vomita su creatividad visual, demuestra que es un gran director. Aquí hay una secuencia formidable en donde la nave que va a Marte es ametrallada por una lluvia de meteoritos, tras lo cual los astronautas deben abandonarla… y deben realizar una caminata espacial de un kilómetro para intentar alcanzar un módulo de rescate, el cual equivale a un auténtico salto de fe ya que no saben si va a estar en el sitio que predijo la computadora y, lo que es peor, si van a poder alcanzarlo ya que va a la velocidad de una bala. Eso, sin contar que están en caída libre desde la orbita de Marte y que, en cuestión de minutos, serán achicharrados por la fricción de la entrada a la atmósfera marciana.

Pero saquen la caminata espacial y verán que Misión a Marte es una pelicula que bordea lo insufrible. Es una película que trata sobre el descubrimiento de un artefacto alienígena en Marte, premisa que abandona a los cinco minutos de comenzado el filme y que recién retoma en los 15 minutos finales. Lo que ocurre es que Misión a Marte cae en el mismo vicio que montones de títulos similares – que pretenden dar una explicación trascendental del origen de la vida, y que cortan la trama justo cuando comienzan a develar algo; un defecto que comenzó con 2001, Odisea del Espacio y ha seguido desde entonces con todos sus clones posteriores -, que es mandar los títulos de crédito finales justo cuando la historia se comenzaba a poner interesante. A mí me importa un pito las peripecias de los astronautas, sus sosos romances y desnatadas tragedias, ni toda la regurgitación masiva de parrafadas técnicas; si la historia es sobre una nave extraterrestre en Marte, ¿por qué ponerle 90 minutos de relleno?. La respuesta es simple: la cobardía intelectual y la estrechez creativa de sus guionistas, los cuales no tenían ni idea de cómo ir mas allá de lo que prometía la premisa.

Aquí la gente habla demasiado y, lo que es peor, no resulta ni por asomo interesante. El aspecto dramático de Misión a Marte es terriblemente hueco – propio de una telenovela -, acompañado por performances blandas, lo que hace que la historia esté plagada de personajes que no le importan a nadie: ¿a quién le interesa la suerte de un Gary Sinise pasado de delineador en los ojos, un Tim Robbins con cara de drogado, o una Connie Nielsen incapaz de largar una lágrima en los momentos más acuciantes (y eso que acaba de perder al amor de su vida)?. En realidad el único que cae en gracia es Jerry O´Connell, que figura como comic relief, pero al menos es simpático y efectivo.

Que los nombres de cartelera y los excelentes efectos especiales no lo encandilen: Misión a Marte es insípida. Con todo ese presupuesto podrían haber logrado algo memorable o, siquiera más emocionante. Es un filme largo y monótono, que no plantea preguntas de algún tipo ni que resuelve las cosas de manera interesante. Con títulos así no me extraña que la carrera de De Palma haya entrado en cortocircuito; por más habilidad que tenga, un buen artesano no logra revivir un muerto y eso es lo que ocurre con esta película.