Crítica: La Batalla de Midway (1976)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1976: Charlton Heston (capitán Matthew Garth), Edward Albert (Thomas Garth), Henry Fonda (almirante Chester W. Nimitz), James Coburn (capitan Vinton Maddox), Glenn Ford (almirante Raymond A. Spruance), Hal Holbrook (comandante Joseph Rochefort), Toshirô Mifune (almirante Isoroku Yamamoto)

Director: Jack Smight, Guión: Donald S. Sanford , Musica – John Williams

Trama: 1942. La armada japonesa viene de una serie de rotundos éxitos en la guerra del pacífico, y se prepara para tomar el atolón de Midway mientras prepara una emboscada para la mitad de la flota norteamericana superviviente de la masacre de Pearl Harbor. Pero los servicios americanos de inteligencia han interceptado sus mensajes y disponen que todas sus naves – incluso las gravemente dañadas como el portaviones Yorktown – intercepten a la flota japonesa, contando con el factor sorpresa. Descuidando el pacífico norte y Pearl Harbor, el almirante Nimitz dispone la movilización en masa de sus cuatro portaviones y la totalidad de buques de guerra. Con una inferioridad de 4 a 1 en relación de fuerzas, la armada norteamericana confía en el poderío de sus aviones para poder contrarrestar el poderoso golpe que la fuerza naval japonesa se dispone a dar en Midway.

La Batalla de Midway Midway bien podría considerarse como una secuela bastarda del clásico Tora! Tora! Tora!. Ilustra los hechos acaecidos durante Junio de 1942, en donde los norteamericanos consiguieron dar un golpe decisivo a la armada japonesa y equilibrar las cosas en el Pacífico hasta que su intensiva campaña de construcción de buques le diera la supremacía marítima que daría vuelta la guerra contra Japón. A sólo seis meses de Pearl Harbor, los americanos resistían como podían frente a la superioridad naval japonesa.

Pero en semejante contexto épico, Midway termina por ser un filme muy desparejo. Lo que atenta contra la calidad de la cinta es la disparidad de los valores de producción, que la hacen ver como una película barata. El guión es bastante bueno y didáctico, y uno podría ver a Midway inmediatamente después de Tora! Tora! Tora! (incluso el personaje del almirante Halsey está presente en ambas historias), con un intermedio del film de guerra 30 Segundos sobre Tokio (1944), como para seguir el hilo de lo que ocurrió en el Pacífico en la Segunda Guerra Mundial. El cast reune a una elenco internacional realmente colorido, pero sus valores de superproducción se desploman cuando comienza a depredar salvajemente stock footage de documentales de la segunda guerra, Tora! Tora! Tora! (que le da el 90% de sus escenas), y otros filmes bélicos. La enorme disparidad de la calidad de fotografía entre escenas resulta chocante e intrusiva, y es imposible abstraerse por momentos que estamos viendo un viejo documental con actores actuales insertados sobre la pantalla.

Si el apartado técnico es realmente dispar, al menos el director Jack Smight consigue mantener las cosas interesantes. El libreto incluye un pequeño drama familiar con el hijo de Charlton Heston enamorado de una japonesa nacida en norteamérica y acusada de espionaje. Es un intento descarado de balancear las cosas, poniendo a un japonés bueno en un filme que tiene miles de villanos nipones a los cuales la valiente y osada fuerza naval yanqui está por masacrar en cuestión de minutos. Sorprendentemente este pequeño drama de telenovela es relativamente interesante, o por lo menos no resulta demasiado molesto. El perfil de todos los personajes es monocorde, cartón pintado propio de todas las épicas, pero al menos parece comportarse con un mínimo de naturalidad (quizás lo más chocante sea la disparidad de la perfomances; mientras que el lado americano está lleno de estrellas, el almirantazgo japonés tiene al monumento de Toshiro Mifune junto con una sarta de actores televisivos de segunda que quedan sepultados bajo la sombra del histrionismo de Mifune). Definitivamente el aspecto dramático de Midway no es el más logrado.

Pero donde el film triunfa es en su sentido didáctico de los hechos acontecidos durante la batalla. Aún con todo su cambalache de escenas mezcladas, es muy fácil ir siguiendo las etapas de preparación de ambos bandos, y lo que ocurre en medio de la contienda. Las estrategias de los comandantes se ven razonables, hasta que empieza a afectarlos la Ley de Murphy, con radios que no funcionan en el momento justo de dar un aviso vital, tiempo desfavorable para el bando más fuerte, bombas que se caen porque sí debido a un mal funcionamiento del circuito eléctrico de lanzamiento – el ataque del escuadrón que lidera Monte Markham tiene éxito de pura casualidad -, y una enorme cantidad de golpes de suerte que alteran el conflicto en favor de los americanos. Como consecuencia de todo ello, cuando los actores cierran la boca y se meten en los cockpits de los aviones, la película levanta enormemente su puntería, aún a pesar de la disparidad de la calidad de fotografía entre escenas.

Midway no es el mejor film de guerra, pero es un espectáculo medianamente entretenido y uno muy didáctico. Salvo por la novedad del sonido Sensurround (fue la segunda película en utilizarlo después de Terremoto 1974), bien podría haber sido un film para TV armado con recortes de escenas espectaculares de mejores filmes.