Crítica: Megalodón (2018)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

2 atómicos: regularUSA / China, 2018: Jason Statham (Jonas Taylor), Bingbing Li (Suyin), Rainn Wilson (Morris), Cliff Curtis (Mac), Winston Chao (Zhang)

Director: Jon Turteltaub – Guión: Dean Georgaris, Jon Hoeber & Erich Hoeber, basados en la novela de Steve Alten

Trama: Cinco años atrás Jonas Taylor vió algo inexplicable: una gigantesca criatura marina que salió de la nada y destrozó uno de los submarinos que comandaba en una operación de rescate a grandes profundidades, llevándose consigo los cadáveres de algunos de sus mejores amigos. Desde entonces Taylor se encuentra retirado y refugiado en el alcohol. Pero algo parecido ha pasado en una expedición enviada al fondo de la Fosa de las Marianas, y Taylor es el único especialista que puede sacarlos con vida. Y con el deseo de venganza en la sangre – y con el ansia que probar la verdad de su relato -, Taylor se lanza de lleno a las profundidades para rescatar a los científicos mientras descubre que un gigantesco tiburón prehistórico – un Megalodón de 25 metros de largo – es el responsable del desastre. Pero la criatura ha descubierto la salida del termoclina donde se encontraba y ahora, explorando la superficie, ha dado con una inagotable fuente de comida en una playa cercana atestada de turistas en plena temporada alta. Ahora Taylor y los suyos deberán inventar métodos para matar a un monstruo de semejante tamaño y, lo que es peor, alcanzarlo antes de que devore a cientos de turistas… una carrera contra el tiempo en donde la prehistórica máquina de matar lleva todas las de ganar.

Arlequin: Critica: Megalodón (2018)

Sutil como un martillo. También es cierto que gran parte del drama por el cual no funciona Megalodón es que existen toneladas de películas idiotas sobre tiburones (salve Steven Spielberg que estás en los cielos…) que los criminales de SyFy y The Asylum se encargaron de vomitar en los últimos años y arruinaron el género. Lo único decente que ha aparecido – desde el estreno de  Tiburón en 1975 hasta la fecha – ha sido su segunda parte y The Shallows, que van de potable a lo notable. Pero si metés un tiburón grande como Godzilla en un playito, la sutileza se va al garete, y lo que obtenés es una especie de kaiju eigacon elenco internacional incluido – armado en USA y listo para seducir al gran público asiático. Para colmo le enchufaron un director super mediocre como Jon Turteltaub (Tesoro Nacional), un tipo que te arma un filme como un videoclip de la MTVpuros cortes rápidos, cero suspenso -, lo cual termina de matar todas las pretensiones posibles de obtener un filme decente.

Si hay un factor desquiciante en todo esto, es enterarse de que Megalodón está basada en una novela de éxito (con varias secuelas) que se publicó en 1997. Vale decir, los tipos se apañaron en cocinar esto durante 21 años para terminar arruinándolo. Los personajes son clichés, la mitad del cast es incapaz de actuar, el romance interracial de Jason Stathan y Bingbing Li no se concreta, el suspenso brilla por su ausencia, la gente se sacrifica en las fauces del mega tiburón como si tomaran una aspirina, y los submarinos van a velocidad luz como si fueran X-Wings. Nada de esto se ve realista. Mucho menos cuando cuerean a un bicho y aparece la pareja. Si todo esto se vuelve tolerable es gracias a Rainn Wilson; el tipo, con su habitual cinismo, es por lejos lo mejor del filme. Los mejores latiguillos le pertenecen (¿qué? ¿nadie vió acá “La Semana del Tiburón“?) y hasta le pasan cosas muy graciosas. Si Turteltaub hubiera optado por la vena cómica de Wilson – convirtiendo a esto en una versión gigante de Piraña 3D -, la película hubiera sido muchísimo mas divertida. Pero no, se lo toman todo muy a pecho, matan montones de gente, ves personas llorando, y ves gente intentando mover músculos faciales que le son desconocidos para intentar mostrarse compungidos, lo cual termina dando un resultado patético (sino vean cuando Statham intenta darle las condolencias a Bingbing Li).

Es posible que, con el riesgo calculado del box office chino, esta mediocridad se gane el derecho a una secuela; pero lo cierto es que dicha posibilidad no me excita en absoluto. Todo es tan artificial y traído de los pelos que uno termina por soltarle la rienda a mitad de camino. La acción va de elaborada a lo rebuscada, todo va demasiado rápido y el bicho no impresiona. Había que darle espacio a lo Godzilla para que el monstruo se luzca y deje mostrar su enormidad en todo su esplendor… pero acá, cuando amenaza eso, el plano dura menos de dos segundos y la cámara pasa inmediatamente a otra cosa. Un desperdicio de plata y tiempo en algo que podía ser divertido y que solo termina teniendo gusto a comida recalentada.