Crítica: The Maze Runner: Correr o Morir (El Corredor del Laberinto) (2014)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA / Canada, 2014: Dylan O’Brien (Thomas), Aml Ameen (Alby), Ki Hong Lee (Minho), Will Poulter (Gally), Kaya Scodelario (Teresa), Thomas Brodie-Sangster (Newt), Blake Cooper (Chuck), Patricia Clarkson (Dra Ava Paige)

Director: Wes Ball, Guión: Grant Pierce Myers, T.S. Nowlin & Noah Oppenheim, basados en la novela homónima de James Dashner

Trama: Un muchacho se despierta en medio de un paraje desolado, y con un grupo de chicos observándole a su alrededor. Ha perdido su memoria reciente y lo único que recuerda es su nombre: Thomas. Al cabo de un rato el resto de los chicos le informan de qué trata ese lugar: es un oasis emplazado en medio de un monumental laberinto formado por paredes gigantes y móviles, el cual cambia de forma todas las noches. Asumiendo que el escape es imposible, un grupo de adolescentes – conocidos como los corredores – se interna en el laberinto todos los días para intentar trazar un mapa del mismo y conocer su extensión. Pero el laberinto, además de mutar, está poblado por unas peligrosas y letales criaturas llamadas Penitentes. En una de sus correrias Thomas logra matar a uno de los Penitentes – aplastándolo entre dos paredes móviles del laberinto – y, de ese modo, logra acercarse a sus restos para analizarlo. Y es que la criatura es una especie de araña mutante dotada de brazos robóticos, entre los cuales encuentran un emisor de señales. Thomas está convencido que con dicho dispositivo logrará hallar la salida del laberinto – a través del túnel que lleva los Penitentes hacia su interior – y para ello organiza una excursión armada; pero las facciones mas conservadoras de los jóvenes está en contra, ya que creen que la misión será tomada como una provocación por parte de sus captores y lo cual terminará poniendo en peligro su propia existencia. Y, mientras tanto, las reglas han cambiado y los Penitentes han comenzando a atacar y a arrasar el campamento, con lo cual el escape del laberinto se ha convertido en una cuestión de vida o muerte que necesita ser resuelta en las próximas horas.

A esta altura estoy harto de todas esas utopías de cuarta que saturan el género de literatura para jovenes adultos – o novelitas de aventuras y romance para adolescentes cachondas -, las cuales se cuentan por decenas y son demasiado parecidas entre sí. Esos mundos desbordados de reglas ridículas en donde los adultos son malévolos y es necesario el surgimiento de un joven rebelde y de cabellos lacios al viento, el cual acabará con el régimen de tiranía de turno. Ok, hay excepciones – como Los Juegos del Hambre -, en donde los componentes están mejor cocinados y son mas interesantes que la previsible historia; pero en otros casos – como Divergente o El Dador de Recuerdos – las coincidencias (y la chatura) de la trama son tantas que, a los cinco minutos de comenzada la proyección, uno empieza a bostezar de manera interminable.

The Maze Runner (título textual: El Corredor del Laberinto) tiene el mérito de ser diferente. En el fondo esconde otra de esas utopías, pero al menos parte de una premisa apasionante y, durante el 99% del tiempo, se dedica a desemarañar el misterio que ha planteado, sumando nuevas preguntas a lo largo del relato. No es un filme perfecto – el final no resuelve todas las incógnitas y se siente como una película partida al medio – pero, a medida que transcurre, es apasionante y está construida como los dioses.

En el fondo The Maze Runner no es mas que el clásico El Señor de las Moscas, mezclado con gotas de Dark City. Chicos dejados a su albedrío, los cuales forman una sociedad munida de reglas propias, y lo que deviene en criterios y comportamientos no siempre encuadrados dentro de lo que uno entiende como normal. Al fin y al cabo son supervivientes que carecen de la supervisión de un adulto, con lo cual tienen que criarse solos. Como el libreto les da la excusa de una amnesia temporal, son mucho mas civilizados de lo que aparentan – vienen ya re educados -, aunque hablan su propio slang y poseen su propio sistema de reglas y leyes. Está el fortachón, el racional, el líder, el sentimental… y el héroe, el cual está espectacularmente encarnado por Dylan O’Brien. El chico combina osadía con fragilidad, destila inteligencia y posee carisma como para llevar adelante el relato. La gran virtud del héroe es que cuestiona todo y, aunque se orine encima por el miedo, sabe que hay que correr riesgos para poder salir de semejante situación. Es sagaz e inconformista pero, a su vez, un individuo que se complementa muy bien con la fortaleza del resto de los miembros – los que conocen de armas, los que investigaron el laberinto, etc -. Hay una chica – inevitable para darle en algún momento un trasfondo romántico – la que por suerte es mas activa y práctica de lo que uno podría esperar, y se transforma en una compañera de gran valía para el protagonista. Y si el escenario es fascinante, la gracia reside en tener personajes bien construidos e interesantes. No hay demasiado melodrama sino decisiones de pura lógica, empujadas por la desesperación mas que por la valentía.

Como Dark City, la película se monta sobre un misterio: ¿quién construyó el laberinto y para qué sirve todo esto?. Es un mundo artificial, creado por mentes superiores que desean experimentar con los chicos pero, ¿con qué propósito?. Al final el filme elabora algunas respuestas – mas tortuosas que satisfactorias -, presagiando que los chicos terminarán en un escenario similar y mas complicado. (alerta spoilers) A mi se me antoja que esto no es una rebuscada prueba de entrenamiento para un grupo de guerreros (inmunes al virus que ha arrasado la Tierra y ha provocado innumerables mutaciones como los Penitentes), los cuales serán enviados a algún escenario apocaliptico plagado de peligros y donde deberán rescatar algún tipo de cura milagrosa para toda la humanidad; dicho esto sin haber investigado en la Wikipedia la naturaleza de los libros de James Dashner (fin spoilers). Aun con ello, The Maze Runner me ha resultado tan intensa y satisfactoria que termino obviando su tosco final, quedando a la espera de una nueva entrega que comience a resolver las incógnitas de una historia tan apasionante. Oh, si, es un filme diferente y bien hecho, y uno de los mejores titulos que hemos visto en los ultimos tiempos, lo cual lo hace ampliamente recomendable.

THE MAZE RUNNER

El Corredor del Laberinto: Correr o Morir (2014) – El Corredor del Laberinto: Prueba de Fuego (2015)