Crítica: Maigret Tiende una Trampa (2016)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorGB / Hungría, 2016: Rowan Atkinson (Jefe Inspector Jules Maigret), Leo Staar (Inspector LaPointe), Shaun Dingwall (Inspector Janvier), David Dawson (Marcel Moncin), Fiona Shaw (Señora Moncin), Rebecca Night (Yvonne Moncin)

Director: Ashley Pearce – Guión: Stewart Harcourt, basado en la novela homónima de Georges Simenon de 1955

Trama: París de la post guerra. Un asesino serial ya ha matado a cinco mujeres en cuestión de semanas y no hay pistas que se puedan seguir. Solo se sabe que las ataca en los callejones, que opera en el barrio de Montmartre, que las víctimas son de pelo castaño y estatura mediana, y que les perfora el cuello y el corazón con un pequeño cuchillo. La población parisina está aterrorizada y los políticos exigen resultados inmediatos a la fuerza policial comandada por el veterano Jefe de Inspectores Jules Maigret. Pero Maigret también está desolado y shockeado, y no encuentra hilo alguno para despuntar alguna pista potable que le lleve a dar con el asesino. Luego de charlar del tema con un amigo que es sicólogo, Maigret llega a la conclusión de que debe provocar al asesino robándole el mérito de sus crímenes y dándoselo a otro sospechoso. Haciendo pasar a uno de sus oficiales por un sospechoso que confesó todos los asesinatos, Maigret difunde la noticia y genera un enorme revuelo en la prensa. Mientras tanto Maigret – que está convencido de que el asesino volverá a atacar esa misma noche para refrendar la autoridad de su obra – ha preparado un escuadrón de mujeres policías – todas de pelo castaño, con la estatura ideal, entrenadas en defensa personal – que lanzará como señuelo esa noche en las calles de Montmartre mientras el resto de la fuerza se mezclará con la población enfundados en ropa de civil. Y no pasa mucho tiempo antes de que una de las oficiales sea atacada, librándose de casualidad de una muerte horrible. Pero si bien el sospechoso logra huir, un pedazo de tela de su traje ha quedado en la mano de la víctima; y ahora ésa es la única pista real con la que cuenta Maigret para atrapar a su asesino serial antes de que ataque de nuevo.

Crítica: Maigret Tiende una Trampa (2016)

Policial a la antigua. Acá la novedad pasa por ver al nardo de Mister Bean calzarse el traje de un personaje serio como es el inspector Maigret, clásico de la novela policial francesa. Creado por George Simenon en 1931, las aventuras del inspector Maigret fueron tremendamente populares hasta el punto de protagonizar 75 novelas y 28 cuentos hasta su aparición final en 1972. A las novelas le siguieron seriales de radio, teleseries y películas, y por el personaje pasaron desde Jean Gabin hasta Richard Harris y Michael Gambon. Cosa curiosa, tan solo la presencia de Rowan Atkinson en el poster – con rostro adusto, pipa y sombrero de ala corta – la hace altamente deseable de ver, en especial por la inspirada pieza de stunt casting de poner al bufo en la piel de semejante leyenda literaria.

Y el stunt casting funciona de maravilla. Es curioso ver como el rostro de Atkinson – narigón, con cejas espesas y ojos saltones – le da un aire mucho mas francés que otros actores ingleses que pasaron por el rol, léase Gambon y Harris. Atkinson es muy sutil, está tremendamente auto controlado y, en modo serio, exuda inteligencia como intriga. Cuando el tipo se topa con los cadáveres de las mujeres que destripa el asesino serial que acosa Montmartre, Atkinson va del asco a la impotencia de manera imperceptible. Es un hombre agobiado que desde hace seis meses caza a un asesino serial ignoto sobre el cual no ha logrado obtener ni una sola pista. Las autoridades piden su cabeza y un reemplazo con nuevas ideas y hasta su esposa está horrorizada de la escalada periodística y política que va contra su marido.

Maigret Tiende una Trampa es un sólido policial. Al principio todo parece que se va a ir en parrafadas de la intimidad diaria de Maigret, de gente presionándolo, del tipo discurriendo teorías en medio de toda su impotencia cuando, de pronto, se le ocurre una idea y le tiende una trampa al asesino. Como la trama respeta el escenario histórico de la novela – es la Francia de la postguerra así que no hay celulares, computadoras, apenas un tosco especialista que hace de incipiente CSI; los polis deben correr a buscar cabinas telefónicas para coordinar la cacería ya que ni siquiera tienen un miserable walkie talkie – Atkinson va a todas partes con su Traction Avant, interroga sospechosos, encuentra pistas ínfimas y las persigue con fruición mientras rueda por edificios viejos y sucios. Como esto es un policial francés, acá no hay advertencia Miranda (“usted tiene derecho a un abogado…”), no hay ordenes de cateo, no hay mucho amparo de la brutalidad policial la cual puede meterse en la casa de quien quiera y como quiera e incluso encerrar a los sospechosos y cascarlos durante días – es algo normal del género, visto tanto en las pelis policiales de Alain Delon como en las novelas del comisario San-Antonio -. Acá es trabajo policial a lo bruto con mucho sudor y bastante prepotencia.

Lo atractivo es ver como esta gente planea atrapar a un asesino serial con tácticas de la Edad de Piedra, mas cuando el espectador moderno está acostumbrado al “lazy writing” de la época actual – en series y películas modernas las computadoras y el ADN resuelven todo; hay especialistas científicos para todo tipo de pruebas policiales y bases de datos saturadas de información especializada que dan resultados en un par de horas -. Acá las cosas van con una sucesión lógica y se ponen interesantes, mas cuando se llega a un núcleo de sospechosos. Si hay algo que empaña el resultado final son algunas performances – David Dawson sobreactúa cuando está histérico y Fiona Shaw (que está muy bien como madre dominante y manipuladora) cae en la caricatura cuando le vienen las crisis -, pero el filme es super sólido y super recomendable.

Maigret Tiende una Trampa es un sabroso regreso a los policiales de antes, antes de que todo el género policial se masificara y se pasteurizara por la TV y el cine norteamericano. El plus es la caza de un asesino serial, tema clásico de los géneros que mas nos gustan, que acá está hecho de manera diferente e inteligente, con una progresión lógica que asombra. Y si, Rowan Atkinson está genial en el papel aunque posiblemente ésta no sea la versión definitiva de la novela de Georges Simenon.