Crítica: Magnum 44 (1973)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1973: Clint Eastwood (Harry Calahan), Hal Holbrook (teniente Briggs), Mitchell Ryan (McCoy), David Soul (Davis)

Director: Ted Post, Guión: John Milius & Michael Cimino

Trama: Varios jefes criminales han sido abatidos en los últimos días como consecuencia del accionar de un anónimo sicario. La policía cree que se trata de una guerra entre bandas, pero el detective Harry Callaham ha comenzado a descubrir pistas estremecedoras que apuntan hacia otra dirección, y que indicarían que lo ocurrido es culpa de un escuadrón de la muerte conformado por policías. Ahora, en el concurso anual de tiro organizado por los miembros de la fuerza, Callahan cree haber encontrado a su principal sospechoso, el cual forma parte de un grupo de cuatro amigos – todos los cuales poseen una puntería casi perfecta -. Sin apoyo oficial de ningún tipo, Harry deberá enfrentarse cara a cara con ellos… los cuales han descubierto su investigación y están dispuestos a hacerle desaparecer de la faz de la Tierra.

Critica: Magnum 44 (Magnum Force)

      Magnum 44 En 1971 Harry el Sucio creó un gran revuelo, dando a luz un héroe fascista que tomaba la justicia por su propia mano en un mundo plagado de burocracia y excesivos formalismos. La respuesta del público fue abrumadora y la sombra del filme se erigió – de manera influencial – sobre el género policial durante la siguiente década, en donde las pantallas de todo el mundo se poblarían de monosilábicos justicieros dotados de fálicos cañones de mano y exterminando por su propia cuenta a la escoria de la sociedad. Ciertamente Harry el Sucio fue un producto de su tiempo, el hijo de una era plagada de injusticias, abusos y corrupción – léase Guerra de Vietnam, Watergate, el asesinato de líderes civiles y políticos, y un largo etcétera – en donde los norteamericanos clamaban a gritos por la existencia de alguna figura fuerte y autoritaria que volviera todo a su cauce y les devolviera la dignidad perdida. Y mientras que Harry Callahan nunca dejó de ser un personaje de ficción, al menos sirvió como catarsis del momento: marcó el final de los héroes blandos, idealistas y legalistas, y popularizó la idea de que la justicia está del lado del mas fuerte y expeditivo.

Mientras que Harry el Sucio no era mas que una oda a la política libertaria y un panfleto contra la burocracia del sistema, Magnum 44 es menos discursiva y bastante mas comercial. Para ablandar la imagen de héroe fascista y reaccionario ahora Harry el Sucio tiene un compañero negro, se acuesta con una japonesa, y le importa un comino si un grupo de policías que él conoce son gays, ya que comparten con él su actitud expeditiva hacia los criminales así como su puntería endiablada. El tema es que estos pibes forman un escuadrón de la muerte – asesinando mafiosos de todo tipo y color – y Harry (candidato natural a integrarlo) no desea participar. En el fondo éste debería ser el mismo tipo de dilema moral que afecta a los héroes oscuros del mundo del comic (como Batman o Daredevil: ¿por qué respetar la vida de un asesino en serie? ¿para que salga de la cárcel y vuelva a matar?), con la diferencia de que Harry Callahan es un probado carnicero que ha cometido su propio caudal de tropelías – no es un tipo al que le guste recolectar prisioneros sino cadáveres – con lo cual suena medio ridículo de que el tipo de un paso atrás cuando descubre a un grupo de justicieros dentro del cuerpo de la Policía. El libreto insiste en demonizarlos con el asesinato de un par de inocentes (en especial el de un amigo de Harry), lo cual lo transforma marginalmente en una misión de venganza y sirve para justificar que ahora se merecen un par de balazos calibre 44 del protagonista pero, si no fuera por ello, el limite entre el héroe y los villanos es prácticamente inexistente.

Como ocurre en los filmes sobre asesinos seriales, es dificil crear una investigación lógica que descubra a un maníaco en medio de la multitud, con lo cual las cosas se basan en una serie de coincidencias. Acá un testimonio casual – justo vieron a David Soul (siglos antes de su estrellato en Starsky & Hutch) en la escena del crimen segundos antes de que llegara el resto de la policía; por otra parte… si todo esto es una conspiración de policías, ¿por qué incrementar la vigilancia precisamente a aquellos tipos que quieren matar? – dispara la investigación que, si no, hasta el día de hoy Clint Eastwood estaría intentado averiguar quién es el asesino.

Dejando de lado la fragilidad del desarrollo de la investigación y el difuso límite entre el héroe y los villanos, Magnum 44 es por lejos la secuela mas satisfactoria de toda la saga. Clint Eastwood sigue siendo malo y adorable, expeditivo y violento, y las secuencias de acción son notables. Considerando el año de su manufactura su desarrollo es sorprendente abierto y adulto – abundan los desnudos, las orgías, la droga, los insultos raciales y homofóbicos, la brutalidad -, algo que es de agradecer considerando que los norteamericanos siempre se han bañado con una hipócrita actitud de corrección política. Quizás ése sea el factor por el cual Harry Callahan ha perdurado mas allá de la calidad de sus películas; simplemente porque es honesto y frontal en una era en donde los eufemismos y los disfraces morales saturan y empalagan incluso hasta al paladar mas tolerante.

HARRY EL SUCIO

Harry el Sucio (1971) – Magnum .44 (1973) – Sin Miedo a la Muerte (1976) – Impacto Fulminante (1983) – Sala de Espera al Infierno (1988)