Crítica: Luna Cero Dos (Moon Zero Two) (1969)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorGB, 1969: James Olson (Bill Kemp), Catherina von Schell (Clem Taplin), Warren Mitchell (J.J. Hubbard), Ori Levy (Dmitri Karminsky), Adrienne Corri (Liz Murphy)

Director: Roy Ward Baker, Guión: Michael Carreras

Trama: William Kemp fue el primer hombre en pisar Marte; pero para el 2012 sus días de exploración han terminado, y ahora se encuentra trabajando free lance con su propio ferry espacial en la Luna. Kemp recibe una propuesta de trabajo por parte del millonario J.J. Hubbard, para abordar un asteroide e impulsarlo – mediante motores – hasta que se estrelle contra el lado oscuro de la Luna. Es una operación claramente ilegal – y Hubbard planea explotar las 6.000 toneladas de zafiro que componen el asteroide -, pero Kemp decide aceptar ya que se encuentra acosado por los reglamentos lunares que están a punto de decomisar su nave Luna Cero Dos. Pero en el camino de Kemp se cruza Clem Taplin, una muchacha que ha venido desde la Tierra a buscar a su hermano … y no pasará mucho tiempo antes de descubrir que la desaparición del mismo se encuentra íntimamente ligada al acto de piratería que pretende montar Hubbard con el asteroide.

Luna Cero Dos La Hammer siempre será recordada como un estudio británico dedicado al terror gótico. Pero ocasionalmente asomaba su cabeza en otros géneros, y ésta es una de las escasísimas oportunidades en que incursionaría en la ciencia ficción. Sus experiencias anteriores serían la trilogía del profesor Quatermass y el subproducto X: The Unknown (un clon no oficial de Quatermass), que datarían de los años 50. Aquí el estudio se tira de cabeza a intentar explotar la euforia de la época por el reciente alunizaje de la misión norteamericana en Julio de 1969.

Luna Cero Dos es un ignorado pequeño clásico del género. Llega en un momento en que la sci fi estaba dividida entre lo intelectual y pretensioso (2001, Odisea del Espacio), y la temática exploitation con ribetes bizarros de la serie B (todos los filmes de monstruos e invasiones alienígenas que pulularon las carteleras de aquel tiempo). En cambio Moon Zero Two se planta en el medio con el simple propósito de entretener, creando un universo creíble y con leyes bastante reales, y sin mayor objetivo que el placer de la aventura. Hay detalles que han quedado anticuados – la música, toda la colorida moda pop que recrea el mundo futuro -, pero la mecánica de la historia es notablemente moderna. Uno podría generar un remake con cambios mínimos del guión, y obtendría un blockbuster instantáneo.

El tema es que el film traza un rumbo que en su momento era novedoso; y el estudio no supo muy bien cómo venderlo, razón por la cual la taquilla que obtuvo fue bastante pobre. Ciertamente Luna Cero Dos depreda las bases del western para trasladarlas al espacio – los exploradores en tierra inhóspita; el mercenario de buen corazón, la chica en apuros, el despiadado villano con sus secuaces, la pelea por una mina supuestamente estéril que esconde el secreto de una fortuna -, pero esos mecanismos funcionan muy bien en la película (con la excepción de un par de escenas obvias, como la gran pelea en la cantina). Es por ello que el filme es una de las primeras muestras de la corriente que considera que el western y la sci fi son géneros intercambiables – Atmósfera Cero, Batalla Más Allá de las Estrellas, Serenity, Robocop -. Los clichés del oeste se pueden adaptar perfectamente al espacio con cambios mínimos. En sí no es una idea tan descabellada ni tampoco tan inusual: prácticamente la mayoría de películas de John Carpenter adoptan esa misma postura en el género fantástico – Escape de Nueva York, They Live, John Carpenter´s Vampires -. Pero cuando la Hammer quiso venderlo como “el primer western espacial”, nadie entendió la idea; y ciertamente tampoco es un slogan brillante que sirva para atraer a la audiencia para que vea la película.

Pero apartando el tema del molde del western, Luna Cero Dos funciona realmente bien como ciencia ficción creíble. No es un mundo acartonado sino que es diverso y se siente realmente vivo – es un efecto similar al que logró George Lucas con su Star Wars, donde los aliens maldecían, se peleaban, vivían en pueblos polvorientos -. Los personajes tienen diálogos interesantes y, especialmente, vuelcan una enorme cantidad de data sobre las particularidades de vivir en la Luna, lo que enriquece el relato. Hay algunos detalles menores – James Olson no es el actor más carismático para llevar el papel adelante, simplemente está ok; el villano de Warren Mitchell empieza de manera desastrosa con una catarata de clichés y sobreactuaciones, pero después se ajusta hasta resultar potable; la presentación animada no tiene tanta gracia y hace anticipar una comedia que el filme no es – pero no terminan por desmerecer el producto. Sin dudas Moon Zero Two es una aventura light pero sólida y muy entretenida, y merece una mayor reconocimiento.

Unas cuantas ideas de Luna Cero Dos serían recicladas para la mediocre aventura de Eddie Murphy Las Aventuras de Pluto Nash.