Crítica: Pequeñas Muertes (Little Deaths) (2011)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 2011: Mike Anfield (Michael), James Anniballi (Hoodie), Kate Braithwaite (Claire), Daniel Brocklebank (Frank), Tommy Carey (Al)

Directores – Sean Hogan, Andrew Parkinson & Simon Rumley, Guión: Sean Hogan, Andrew Parkinson & Simon Rumley

Trama: Tres historias de terror, tres. En la primera (“Casa y Comida”) una pareja adinerada suele llevar gente desamparada a su casa, brindándoles techo y alimento como parte de sus tareas de caridad… aunque en realidad desean drogarlos y abusar sexualmente de ellos. El tema es que la última víctima que ha caído en sus manos no parece ser lo que aparenta. En la segunda historia (“La Herramienta Mutante”) una drogadicta quiere salir del vicio y acude en busca de ayuda al doctor Reece. Y éste le receta unas pastillas experimentales, las cuales son fabricadas con el semen de un ser mutante y le producen extraños efectos colaterales a la muchacha. Y en el tercer relato (“Perra”) una joven pareja experimenta con juegos perversos en donde ella es la dominante y él se disfraza de perro para ser sometido. El tema es que la chica nunca está conforme y pronto se lanza a una vida de promiscuidad, manteniendo relaciones sexuales con distintos hombres delante de su novio. Pero el muchacho ha llegado a su punto límite y – aprovechando la fobia que tiene la chica por los perros – ha preparado una feroz venganza.

Little Deaths Esta es otra de esas películas que anda rodando por la web, casi sin referencias en la IMDB ni en la Wikipedia. Los directores / libretistas es un trio de ignotos creativos cuyas obras previas (también de terror) no son conocidas. Y puede ser que Little Deaths sea el primer filme que atraiga la atención internacional sobre sus carreras, ya que resulta prometedor. No es que sea material super original, pero está hecho con seriedad y tiene su cuota de shock. Y eso ya es pedir demasiado, considerando el estado actual del cine de horror.

Aquí hay tres historias y, por supuesto, la calidad es dispar aunque todas ellas igualan o superan lo promedio. Las historias giran alrededor del sexo y la muerte (las pequeñas muertes a las que alude el título se refiere a la expresión usada por los franceses para denominar al orgasmo), y tienen un enfoque bastante crudo, aunque los directores no se regodean con el gore. Hay momentos en que Little Deaths se asemeja a un comic adulto, en donde todo es tan grotesco que bordea lo irreal.

La primera historia (Casa y Comida) es muy buena. Es casi como una alegoría de la lucha de clases. Una retorcida pareja adinerada recoge vagabundos en la calle y se los llevan para su casa. El ultraconservador discurso cristiano que disparan los protagonistas termina por revelar una verdad estremecedora – que se trata de una pareja de sociópatas que gozan drogando y violando a los desamparados a los que asisten, como si ellos estuvieran en un plano de corrección mortal que les permite abusar de los pecadores -, y uno contempla una escalada de perversiones… hasta que llega la vuelta de tuerca. Debe ser uno de los pocos casos en donde el demonio termina siendo el héroe de la jornada. Por el buen clima y la sorpresa del climax, le damos un 4/5.

La segunda historia (La Herramienta Mutante) es un divague. Hay una prostituta que se gana un dinero extra vendiendo drogas; pero está tan metida en el vicio que le pide ayuda a su novio y éste la lleva frente a un dudoso médico. Lo que sigue es un delirio – pastillas para combatir el vicio, hechas con el semen de un mutante que tienen apresado en un sótano y al cual lo alimentan con órganos humanos; nuevos poderes extrasensoriales que va ganando la chica a medida que consume las pastillas -, que culmina con un final incoherente. Buen clima, mala resolución, le damos un 3/5.

Y el postre (Perra) es la más prolija de las tres historias. Es básicamente el relato de una degradación, en donde un muchacho soporta los perversos juegos sexuales a los que lo somete su novia, con tal de retenerla. Pero un día el límite de lo tolerable es sobrepasado… y viene la venganza (uno huele cierto tufillo a Nagisa Oshima en todo el asunto). Sin ser explícita, la escena es cruel y shockeante, y uno se pone del lado del protagonista. Le damos un 5/5.

Acá hay una buena factura, buenas performances y buen clima. Quizás las historias no sean parejas ni estén tan pulidas (al menos en uno o dos casos), pero cumplen con su cometido de shockear, y se ven frescas. Por todo eso Little Deaths resulta recomendable, ya que resulta efectiva a pesar de la economía de recursos con las que fue manufacturada.