Crítica: The Limey (1999)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1999: Terence Stamp (Wilson), Lesley Ann Warren (Elaine), Luis Guzmán (Eduardo Roel), Barry Newman (Jim Avery), Peter Fonda (Terry Valentine)

Director: Steven Soderbergh, Guión: Lem Dobbs

Trama: Wilson es un ex convicto que ha viajado desde Inglaterra hasta Los Angeles en busca de su hija. Pero la chica ha fallecido en un accidente de auto, y Wilson sospecha que sólo han camuflado su asesinato ya que ella era la querida del poderoso productor musical Terry Valentine, involucrado en turbios negocios con la mafia. Al parecer Valentine está quebrado pero ha aceptado hacer de fachada para un grupo de gangsters metidos en la droga, lo que lo utilizan para blanquear sus ganancias. Al principio el inglés olfatea como puede las pistas pero, cuando los gangsters se le echan encima, decide que es hora de dejar de dar vueltas y empezar el diálogo de las armas. Por ello comenzará un sangriento sendero que lo llevará hasta los pies de Valentine, al cual sólo le importa verle muerto. Pero las intrigas son muchas y los sospechosos demasiados, y quizás Wilson deba recorrer una camino mas sinuoso de lo que cree para poder vengar la muerte de su hija.

Terence Stamp no se anda con chiquitas a la hora de apretar a los testigos de la muerte de su hija en The Limey (1999) Terence Stamp no se anda con chiquitas a la hora de apretar a los testigos de la muerte de su hija en The Limey (1999)

The Limey Todos estamos de acuerdo en que Steven Soderbergh es un director genial. No sólo la trilogía de Danny Ocean sino cosas como Traffic o la insólita biografía de Liberace protagonizada por Michael Douglas. Pero aún con semejante impronta, The Limey es un producto tan peculiar como dispar. El problema no es la historia sino el bizarro enfoque que utilizar Soderbergh para narrarla: por ejemplo, Lesley Ann Warren y Terence Stamp están en un restaurant hablando sobre la hija de éste; Warren le pregunta una cosa en el restaurant y Stamp le contesta a bordo del auto cuando están volviendo a casa. La mayor parte del tiempo Soderbergh hace cosas así – los diálogos alternan esquizofrénicamente de escenario con cada parlamento que dice cada personaje -, lo cual aniquila la credibilidad del diálogo. Por ejemplo… ¿Warren se quedó muda todo el tiempo hasta que subieron al auto, partieron a la casa, y Stamp se decidió contestarle?. Entre eso y algunos prolongados flashbacks que no son mas que intercalados de una vieja película de Stamp de 1967 – la narrativa de The Limey te altera e impide crear el clima de tensión que era adecuado para la historia.

Nunca entenderé por qué Terence Stamp han mantenido un perfil tan bajo durante las últimas décadas. Intérprete de culto de los años 60, el tipo tenía el estrellato al alcance de su mano y decidió volverse hacia el cine independiente. Podría haber sido un gran villano de James Bond, o tener su saga de peliculas de acción pero, en cambio, lo vimos en horrendas comedias con Ashton Kutchner, Jim Carrey o Eddie Murphy. Stamp no es gracioso; es un actor de la hostia con una gran impronta, el que puede silabear una descomunal amenaza de muerte sin inmutarse. Al menos en The Limey obtiene un papel serio y brutal: el tipo se escabulle en una fábrica en la cual sospecha que procesan droga, increpa a medio mundo, le pegan hasta el cansancio, le sacan el arma, lo tiran a la calle… y después se levanta, saca un arma de repuesto y masacra a medio mundo. Es una macana que The Limey no tenga mas secuencias como ésa. Es mas una exploración dramática sobre la relación de un padre criminal y distante, y su hija amada y reticente a aceptar las correrías de su progenitor. En el fondo la venganza de Stamp no es mas que el pago de una deuda, de las omisiones y falta de contacto que ha tenido con su hija cuando estaba viva debido a los innumerables años vividos en la cárcel. Si Stamp le ha fallado a su hija en vida, ahora corregirá ese error en la muerte, asesinando a sus ejecutores. El problema es que la narrativa de Soderbergh distrae e incluso diluye el papel de Barry Newman, el cual es un tipo expeditivo que rezuma veneno por todos sus poros y que ve a mil kilómetros de distancia la amenaza que entraña Stamp para sus negocios. Es una macana ya que el personaje de Newman es formidable.

The Limey es una buena película. La anécdota es breve y la historia se va en rodeos, pero las performances están bien, la acción funciona, la historia es efectiva y la conclusión es satisfactoria. El que mete la pata es Soderbergh que juega demasiado con la cámara y no le da tiempo a sus personajes a brillar como corresponden.