Crítica: Los Ojos de Laura Mars (1978)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1978: Faye Dunaway (Laura Mars), Tommy Lee Jones (John Neville), Rene Auberjonois (Donald Phelps), Brad Dourif (Tommy Ludlow), Raul Julia (Michael Reisler)

Director: Irvin Kershner, Guión: John Carpenter & David Zelag Goodman

Trama: En Nueva York la fotógrafa profesional Laura Mars atrapa la atención de todos los medios. Sus tomas escenifican crímenes callejeros, recargándolos de violencia y erotismo. Pero entonces ocurre lo inesperado, y surge un sicópata que comienza a cometer asesinatos recreados como las fotos de Mars. Y las cosas se pondrán aún peor cuando Laura descubra que posee un enlace síquico con el asesino, viendo a través de sus ojos el instante preciso en que comete sus crímenes. Mars acude a la policía, pero los oficiales se burlan de su versión; y, mientras tanto, el asesino ha comenzado a liquidar amigos en el entorno del Laura, recayendo todas las sospechas sobre la sufrida fotógrafa.

Los Ojos de Laura Mars Los Ojos de Laura Mars representan uno de los primeros intentos que hizo John Carpenter para hacerse un hueco en Hollywood. Había llamado la atención con Dark Star (1974), tras lo cual consiguió la dirección de una pelicula modesta pero efectiva como fue Asalto al Precinto 13 (1976). En el medio de todo eso, empezó a regar libretos por los estudios, y el proyecto de Laura Mars terminaría por llegar a manos de Jon Peters, novio en aquel entonces de Barbra Streisand. Peters, quien trabajaba como productor en ese momento para la Columbia Pictures, decidió adaptar el libreto como vehículo para la cantante, pero la Streisand terminó por desestimarlo ya que lo consideraba muy risqué y violento (solo terminaría por aportar la canción del título). Así que el papel principal fue a parar a manos de Faye Dunaway, quien venía de ganar un Oscar por Poder que Mata (1976). Pero después de tantas idas y vueltas, y con todo el talento involucrado, lo cierto es que Los Ojos de Laura Mars terminan resultando un thriller medianamente pasable y no mucho más que eso.

Acá hay un tema copiado hasta la saciedad por el cine, que es el vínculo síquico entre victima y asesino, con lo cual la audiencia puede obtener algunas pistas imposibles de obtener por otro medio e intenta adivinar de alguna manera la identidad del homicida (lo que los yanquis llaman un whodunit ¿quien lo hizo? -). Pero el libreto de Carpenter es medio vago de ideas, y ni siquiera arroja pistas decentes en las visiones que torturan a la Dunaway (a quien se le rompió la antena satelital mental, y quedó enganchada en The Serial Killer Channel todo el tiempo). Por contra, el libreto y la dirección algo chata de Irvin Kershner deciden tirar sospechosos a la antigua, haciendo que los secundarios tengan charlas raras o hagan gestos raros que den que pensar. Tampoco le interesa al libreto explicar por qué el asesino se ha obsesionado con el trabajo y los amigos de Laura Mars, con lo cual la historia se reduce a que Faye Dunaway tenga visiones de los homicidios, y se la pase llorando y corriendo todo el tiempo.

Los Ojos de Laura Mars ni siquiera funciona de manera decente como si fuera copia yanqui de un giallo. Al menos los giallos tienen su cuota de picante en lo estrambótico y sangriento de sus muertes, y aquí las coreografías de los homicidios son, para utilizar un calificativo gentil, insulsas. Por lo menos Carpenter tiene la decencia de que la revelación de la identidad del asesino tenga algo de shock – yo cruzaba los dedos para que fuera dicho personaje, y así por lo menos el film se saldría un poco de la rutina -, pero ni siquiera la explicación de turno resulta satisfactoria.

Los Ojos de Laura Mars no es un filme detestable, pero tampoco uno que valga demasiado la pena. Es todo muy traído de los pelos, sin explicaciones coherentes sobre qué es lo que pasa. Si al menos la pantalla chorreara sangre cuando hay un homicidio (o si las muertes fueran novedosas), al menos podría haber ganado algún punto extra. Lo único interesante del filme es ver a un montón de actores (principales y secundarios) cuando eran muy jóvenes y estaban comenzando sus carreras (como Tommy Lee Jones, Brad Dourif, Raul Julia y Michael Tucker) pero, por el resto, es un giallo refritado de segunda mano.