Crítica: La Tierra Perdida (Land of the Lost) (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2009: Will Ferrell (Dr. Rick Marshall), Anna Friel (Holly Cantrell), Danny McBride (Will Stanton), Jorma Taccone (Cha-Ka), John Boylan (Enik), Matt Lauer (como él mismo)

Director: Brad Silberling, Guión: Dennis McNicholas & Chris Henchy sobre la serie de TV homónima creada por Sid y Marty Krofft

Trama: El Dr. Rick Marshall es despreciado por la comunidad científica por sus disparatadas teorías acerca de los Taquiones, partículas subatómicas que podrían ser utilizadas para abrir portales a nuevas dimensiones. Rick decide construir su propio modelo de acelerador de taquiones, y es ayudado por Holly Cantrell. Ambos deciden experimentarlo en un lugar del desierto donde la energía taquiónica es muy alta, pero la prueba se sale de control y – junto con Will Stanton – terminan en un universo en donde el pasado, el presente y el futuro se fusionan. Allí se toparán con el alienígena Enik, otro extraviado en este mundo perdido, y que parece tener el secreto para regresarlos a su tiempo y espacio. Pero también tras el acelerador de taquiones se encuentra el extraterrestre Zarn, que planea utilizar el aparato para desplegar una invasión a la Tierra.

Land of the Lost Land of the Lost es una serie infantil creada por Sid y Marty Krofft en 1974. La tira se transformó en un éxito e incluso tendría una serie remake en 1991. Curiosamente terminó por atraer la atención de los ejecutivos de Hollywood – bueno, a esta altura las cabezas de los estudios están bastante quemadas y buscan cualquier tipo de marca comercial que sirva para vender fácilmente una remake -, quienes terminarían encarando una versión de alto presupuesto para la pantalla grande.

Nunca ví Land of the Lost, y desconozco si la han proyectado por estos pagos pero por lo que uno puede apreciar en su resumen no dejaba de ser un esfuerzo didáctico salpicado con gotas de ciencia ficción. Lo más curioso de todo el asunto es haber tomado semejante premisa para transformarla en un vehículo estelar para el comediante Will Ferrell. Dudo mucho de que los Krofft hayan quedado contentos con lo que han hecho con su proyecto orientado para toda la familia.

En la serie original, un padre y sus dos hijos traspasaban un portal interdimensional, quedando varados en un mundo en donde el pasado, el presente y el futuro estaban fusionados. Había hombres neanderthal, dinosaurios, alienígenas, romanos y civilizaciones post apocalipticas. Acá los mismos personajes – Rick, Holly y Will – se han transformado en un profesor demente, una doctora demasiado sensual que anda detrás del doctor, y un showman de espectáculos baratos en el desierto. Imagino el grito en el cielo que habrán lanzado los fans de la serie al ver en qué han mutado su show favorito.

No sería la primera vez en que una serie políticamente correcta es transformada en lo exactamente opuesto. La película de La Tribu Brady (1995) era deliciosamente inmoral y le sacaba el pellejo a los inocentes personajes de la tira original. Que Land of the Lost se haya transformado en un show con chistes algo zarpados, personajes fumones y humor absurdo no me parece un sacrilegio si las cosas estuvieran hechas con estilo. Pero el enorme problema que tiene esta versión 2009 es que el humor no supera la calidad de un show televisivo. Todo el filme parece un sketch paródico al estilo de los de Saturday Night Live – programa del cual surgiera Will Ferrell -, estirado para que alcance a los 90 minutos de duración. Es una sucesión de gags (mayormente mediocres) hecha con preocupación cero por intentar desarrollar algún tipo de historia (o al menos de intentar respetar algunas reglas internas de la trama). Eso no quita que, dependiendo de los gustos personales de cada uno y de su estado de ánimo al ver el filme, uno no pueda reírse un buen rato. Pero como película para la pantalla grande no deja de ser un engendro: es un programa cómico sobreproducido y camuflado como superproducción de 100 millones de dólares de costo.

Will Ferrell hace de Will Ferrell, lo cual puede ser fabuloso o insufrible según a usted le guste el capo cómico. La ciencia es sanata y sólo sirve de excusa para que el trío principal pase a otra dimensión recargada de efectos especiales, en donde la historia se vuelve nula: es simplemente el pretexto para ver a Ferrell jugando a la gallina con un Tiranosaurio Rex, o ver a una langosta gigante convertirse en un manjar de varias toneladas de peso después de pisar un geiser. Cada escena está pensada como un gag, disparada de manera rápida – cosa que si no funciona, en cuestión de segundos viene la siguiente -. Pero las cosas se vuelven cada vez más absurdas a medida que se acerca el final. Y la lógica, a esa altura, se encuentra en otra galaxia.

Es difícil valorar esta versión de Land of the Lost. En lo personal me divertí bastante, pero uno no puede dejar de ver la enorme mediocridad de todo el asunto. Si a usted le hubiera gustado ver una versión sci fi de Tonto y Retonto (por poner de ejemplo otra comedia atroz pero divertida), quizás esta película le fascine; si por el contrario Will Ferrell le parecía un cómico apenas tolerable, aquí terminará por odiarlo. En la recaudación norteamericana no le fué bien y la crítica la defenestró. Simplemente es un disparate sobreproducido que hubiera sido más acorde para ver en cable antes que pagando para entrar a un cine.