Crítica: Lake Placid 3 (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2010: Colin Ferguson (Nathan Bickerman), Yancy Butler (Reba), Kirsty Mitchell (Susan Bickerman), Kacey Barnfield (Ellie), Mark Evans (Brett), Michael Ironside (Sheriff)

Director: G.E. Furst, Guión: David Reed

Trama: Nathan Bickerman ha heredado la cabaña de su tía en Lake Placid, y se muda con toda su familia. La fallecida anciana tenía la costumbre de alimentar a una camada de cocodrilos gigantes, los cuales habían sembrado el terror en el lugar. Ahora la zona parece estar libre de los depredadores, y Bickerman aprovecha para estudiar y censar a los alces de la zona. Pero nuevos cocodrilos han reaparecido, despedazando a turistas y locales. Con la ayuda del sheriff y de la cazadora local Reba, Nathan intentará detener a los animales gigantes… que se han multiplicado y resultan imparables.

Lake Placid 3 En 1999 apareció una peliculita que pasó sin pena ni gloria, llamada Lake Placid, y que trataba sobre un cocodrilo gigante que acosaba a la comunidad que vivía alrededor de un lago. Era bastante bizarra, ya que empezaba como filme de terror y a mitad de camino empezaba a tomarse en broma a sí misma. Nadie quedó seducido con Lake Placid, con la excepción de algún desquiciado productor cinematográfico al cual le pareció una idea potable para disparar una franquicia, aunque sea como filmes directos a video. En el 2007 hicieron una terrible secuela y, no contentos con ello, llega el tercer capítulo en el 2010. Dudo mucho que Lake Placid 3 sea peor que sus anteriores entregas ya que tiene un par de cosas rescatables; si bien esto no le alcanza para ser siquiera un buen filme, al menos no lo hace detestable.

Aquí está el sobrino de la ancianita que alimentaba al cocodrilo gigante en la primera y segunda parte. El tipo es un zoólogo que investiga a los alces, le pone rastreadores, estudia su migración, y toda la bola. El mismo está interpretado por el blandengue Colin Ferguson, el mismo que hace de comisario en la serie Eureka. Aquí Ferguson hereda la cabaña de su tía, y se traslada al lago con su mujer y su hijo. Como el hijo de Ferguson está solo (y al santo gas), se le ocurre revivir el extraño hobby de su tía abuela y se dedica a alimentar a una camada de cocodrilos gigantes durante dos años enteros a plena luz del día, sin que nadie vea a semejantes bichos enormes y sin despertar la más minima sospecha por parte de sus padres, aún cuando debería haber un faltante de decenas de kilos de carne del refrigerador todos los meses. – con lo cara que está la carne yo estaría haciendo un interrogatorio masivo si me desaparecieran un par de milanesas de la heladera -.

Si al menos el factor de idiotez de Lake Placid 3 se limitara solo al robo de carne del niño… pero no; empiezan a aparecer toda una parva de personajes imbéciles destinados a ser la obvia carne de cañón de los filmes de terror. Cazadores furtivos, una troupe de chicas y chicos calentorros, etc, etc. Para colmo los cocodrilos son unos CGI que se ven borrosos y que el director prefiere mostrarlos con una cámara movediza al estilo de Galáctica, Astronave de Combate, con lo cual terminan por convertirse en un manchón en la pantalla. Y, como para mantener la identidad con el primer filme, deciden mechar los ataques de los cocodrilos con algunos de los chistes más patéticos que uno haya escuchado en mucho tiempo, en un fútil intento de convertir esto en una especie de Tremors o Evil Dead, comedias de terror muy superiores a este engendro cinematográfico.

El nivel de estupidez es generalizado, comenzando por Ferguson y familia que actúan como si estuvieran lobotomizados – los cocodrilos gigantes los acosan en la cabaña y se sientan lo más panchos a tomar un cafe y hablar banalidades -. Para colmo el protagonista es el individuo más cobarde e inoperante que haya visto en pantalla en muchísimo tiempo. Las peleas con los bichos van de lo pasable a lo terrible, simplemente porque los efectos especiales son mediocres. Yo no cargaría todas las culpas al novato G. E Furst, ya que la dirección es bastante potable y hace lo que puede con un guión bastante malo y una producción muy modesta – hay un par de secuencias que están bastante bien -. El otro factor que casi redime a Lake Placid 3 son los secundarios de Michael Ironside – el Sean Connery del bajo presupuesto – y Yancy Butler como la curtida Milf cazadora, que se deleitan con sus papeles y tienen por lejos la mejores líneas del filme. Lamentablemente el guión comete el sacrilegio de ponerlos en pantalla por tiempo limitado y prefiere privilegiar la presencia del insulso Colin Ferguson.

Lake Placid 3 no es completamente detestable; dá como para verla por cable un sábado a la tarde y con unas cervezas encima. Hay cosas potables y otras mediocres, y éstas últimas se podrían haber mejorado de no ser por la desidia del guionista … que al parecer tenía cosas mejores que hacer antes de desarrollar una historia medianamente pasable.