Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, telefilm, 1973: Darren McGavin (Carl Kolchak), Jo Ann Pflug (Louise Harper), Simon Oakland (Tony Vincenzo), Scott Brady (capitán Schubert)
Director: Dan Curtis, Guión: Richard Matheson, sobre personajes creados por Jeff Rice, Musica – Bob Cobert
Trama: Después del incidente en Las Vegas, Carl Kolchak se encuentra buscando trabajo en Seattle, y se topa con su viejo jefe Tony Vincenzo. Contratado para el Daily Chronicle, la primera misión de Kolchak es investigar una serie de crímenes donde jovenes mujeres han sido estranguladas y se les ha extraído parte de la sangre. Lo extraño del caso es que se han encontrado restos de carne podrida alrededor de sus cuellos destrozados. Pero a medida que avanza la pesquisa, Kolchak descubre que crímenes similares se vienen repitiendo cada 21 años, desde 1868. Y las pistas conducen hasta el Dr. Richard Malcolm, un antiguo cirujano de la Guerra Civil, que se encontraba experimentando con la alquimia y que parecería haber encontrado la fórmula de la inmortalidad.
Kolchak: The Night Stalker (1972) es un gran clásico de la TV. No sólo introdujo a las audiencias a ese maravilloso personaje creado por Darren McGavin sino que desarrolló una notable influencia en el género de terror. Mientras que hasta ese momento las historias de vampiros estaban encerradas en el período gótico – y no encontraban un modo feliz de aggiornarse al mundo moderno; un problema que incluso los estudios Hammer no lograron resolver (como por ejemplo, en Dracula 1972 A.D.) y que terminaría por llevarlo a la ruina -, el manuscrito de Jeff Rice (y la adaptación televisiva de Richard Matheson) encontraron una manera viable de trasladar una criatura diabólica de época al tiempo actual. Desde La Hora del Vampiro a John Carpenter´s Vampires; desde Dracula 2000 hasta Que no se entere Mamá … decenas de filmes basados en vampiros modernos le deben muchísimo al enfoque (y la pérdida de miedo) de Rice y Matheson a adaptar el género a los tiempos que corren.
Con el enorme suceso en ratings de The Night Stalker, la ABC dió luz verde para desarrollar otro film, que sería The Night Strangler. Y la fórmula es prácticamente la misma que la primera entrega; quizás las coincidencias sean demasiadas, lo cual atenta un poco contra el resultado final de la cinta. El esquema es idéntico: trabajadoras nocturnas – empleadas de casino en The Night Stalker; strippers en The Night Strangler – asesinadas; reuniones de prensa en donde Kolchak acosa a las autoridades; datos ocultos que sólo los empleados infieles de la morgue terminan por revelar; una cacería nocturna por la ciudad, y varios ataques públicos del sobrenatural asesino. Aquí el guionista Richard Matheson queda a cargo exclusivo de la historia – antes se había basado en un manuscrito no publicado de Jeff Rice -, y decide maquillar la fórmula con más humor. Mientras que The Night Strangler no sea tan original como el anterior filme, al menos el show montado por Darren McGavin y Simon Oakland resulta hilarante. Es puro cliché – jefe gruñón, periodista temerario (y como diría Oakland, “al estilo de Primera Plana“) – pero la química de esos dos en pantalla es explosiva.
Ciertamente el trabajo de investigación de Kolchak es aquí más descansado, ya que prácticamente el personaje del bibliotecario del diario le arma el 90% de las pistas. Y si se quiere, donde el film pierde puntos es en el clímax. Matheson se las ingenia para crear un escenario fantasmagórico – la porción de ciudad subterránea de Seattle, que funciona como museo, y donde el tiempo parece haber detenido a fines del 1800 -, y generar un villano relativamente interesante – un alquimista cuya formula de la inmortalidad sólo dura 21 años, tras lo cual se transforma en un cadáver viviente; y que se reconstruye a partir de una receta que precisa la sangre de la base del cuello de mujeres jóvenes -, pero al final la película cae en el viejo cliché de la falacia del asesino charlatán que señala Roger Ebert, en donde el malo de turno habla demasiado y revela la manera de cómo ser destruído. Toda la atmósfera inicial del film se diluye de manera alevosa en los últimos minutos de la historia. Si bien las secuelas de las aventuras de Kolchak siempre son las mismas – lo terminan de echar de todos lados – al menos ahora se va con la chica y Vincenzo como si fuera un grupo de vagabundos errantes y amigos.
Debido al nuevo suceso de The Night Strangler, hubo un proyecto para rodar un tercer film (The Night Killers), en donde Kolchak investigaría el caso de gente del gobierno que era reemplazada por androides. Pero el libreto no le gustó tanto a McGavin, además de chocar bastante con el productor Dan Curtis sobre la discusión de la parte creativa. La ABC, en cambio, abortó la idea del nuevo telefilme y dió luz verde a una serie, The Night Stalker (1974), que terminaría por convertirse en un suceso de culto. Sin embargo, el mal manejo de los horarios hizo que la tira fuera cancelada tras 20 episodios debido a ratings mediocres.
Después de la serie de 1974, hubo varios proyectos para revivir a Carl Kolchak. Mark Dawidziak trabajó intensamente para producir diversos materiales literarios desde 1991 hasta el 2003, incluso colaborando con los autores originales Jeff Rice y Richard Matheson. En el 2003 la editora de comics Moonshine sacó una historieta con relativo suceso que se sigue publicando hasta el día de hoy; en el comic incluso se adaptaban los libretos de dos capítulos de la serie que nunca llegaron a filmarse. Y en el 2005 se produjo una horrenda serie remake, con Stuart Townsend como Kolchak, que castraba completamente el espíritu de la tira original y lo transformaba en otro clon de The X-Files. Sin humor ni carisma, y con los personajes tan diferentes al original (Kolchak viudo y joven, periodista exitoso y adinerado, conspiración que debe investigar, compañera que le sigue a todos lados al estilo de Dana Scully, etc), The Night Stalker 2005 se hundiría tras sólo 10 episodios.