Crítica: Kaydara (2011)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Francia, 2011: Alexandre Rodriguez (Kaydara), Savitri Joly-Gonfard (Iad), Guillaume Bouvet (el elegido), Guy Corpataux (Dante)

Director: Raphael Hernandez & Savitri Joly-Gonfard, Guión: Raphael Hernandez, Florence Rodriguez & Fabien Roussel, basados en el universo de The Matrix creado por Andy y Lana Wachowski

Trama: Kaydara y su hermano Iad son dos cazadores de recompensas que van en busca del Elegido, por cuya cabeza han ofrecido una fortuna. Pero ellos actúan como renegados y descreen de los poderes que le adjudican a Neo. Ahora han preparado una trampa y todo está listo para que la victima caiga en ella… pero el joven Iad admira demasiado lo que Neo ha hecho a lo largo de toda la Matriz. Y quizás el muchacho resulte un factor de desequilibrio cuando su osado hermano acepte enfrentarse, cara a cara, con el todopoderoso Neo.

Kaydara (2011) Prácticamente no hay persona en la red a la que no se le haya hecho agua la boca con Kaydara. Este es un mediometraje concebido por un par de estudiantes de cine, quienes demoraron 6 años en parirlo debido a la impresionante cantidad de efectos especiales que requería la historia. Que a nadie le quepa la menor duda: Kaydara es una experiencia visual orgásmica. Considerando que dos pibes hicieron esto en sus casas con una Commodore, han pergeñado algo tan ostentoso como las superproducciones más caras de Hollywood. El problema, amigos mios, es la historia: el componente más barato de toda la ecuación es el jugo de cerebro y el que se ve aquí tiene problemas de desarrollo y propósito de la trama.

El comienzo lo deja a uno directamente pasmado. Es un mini corto que dura 5 minutos y en donde vemos a una rata haciendo las proezas típicas de Neo, enfrentándose a una horda de clones felinos del Sr. Smith. Imaginen la versión de los estudios Aardman de The Matrix. Las cosas van bárbaro hasta que vemos que todo eso se trata de una animación que uno de los chicos (precisamente Savitri Joly-Gonfard, co-autor y co-director del film) ha creado en una noche febril. Allí volvemos a la realidad típica de Matrix hovercrafts que vuelan en cañerias, gente con la ropa sucia y rota, lluvias de letritas verdes en los monitores de las computadoras, etc -. Y allí es cuando comienzan los problemas de coherencia: estos flacos andan con su nave como panchos por su casa, incluso por la superficie de la Tierra. Al instante nos enteramos que van tras la cabeza de Neo (el chosen uán!). ¿Acaso son humanos que trabajan para las maquinas?. ¡Vaya uno a saber!.

Mientras uno termina de asimilar el objetivo de estos tipos e intenta adivinar de dónde salieron, descubrimos que el hermano mayor del protagonista tiene superpoderes a lo Neo en el mundo real. Oh, sí, este flaco se acuclilla, salta y sale volando con el resto de los edificios temblando como si fueran de gelatina debido a la onda de choque. Momento de un gigantesco what the f#@+&!.

Cosas así lo dejan a uno con las ruedas para arriba. Las alternativas son a) los creativos responsables de esto no entendieron un choto de qué se trataba Matrix (o vieron nada más que el trailer), o b) el guión está torpemente escrito, y no resulta suficientemente claro como para establecer el entorno y quiénes son estos personajes. Pero la alternativa más probable es c) este es un orgásmico fan film concebido por devotos de Matrix, quienes imaginaron qué pasaría si Neo se enfrentara a otro ser tan poderoso como él (¿acaso no era el Sr. Smith?), con lo cual tiraron toda la lógica por la borda. Y sí; Kaydara se topa con Neo (un doble con la pétrea cara de Keanu Reeves sobreimpresa digitalmente de manera impecable), y se la pasan 30 minutos peleando. Lo que al principio se ve excitante, después se hace eterno. Y, cerca del final, hay un inesperado giro de tuerca… seguido por otro que carece de absoluta coherencia. Nadie sabe por qué Kaydara es tan poderoso como Neo, o por qué al final las cosas se resuelven de una manera totalmente bizarra. Lo único que sé es que el nudo final es indignante y arruina los méritos del mediometraje.

Sin dudas hay que reconocer los méritos de Kaydara: es una imitación gloriosa del universo creado por los hermanos Wachowski. Pero en la copia también calcaron las malas costumbres hollywoodenses (e incluso, las wachowskikianas) como la devoción por el exceso. Acá hay un puñado de ideas que no cuaja demasiado pero que son estiradas hasta la eternidad como pretexto para un ejercicio de estilo. Pero Kaydara es contradictoria y torpe; se queda en la pose y el rito, pero no aporta nada nuevo al universo de Matrix. Cualquier corto de los que componen Animatrix capítulo animado y complementario de la saga – tiene mayor frescura y profundidad que Kaydara. Sin dudas el mediometraje es admirable… hasta que pasa su limite de tolerancia y se vuelve excesivo y perdido en su propósito. En todo caso, lo que han hecho Raphael Hernandez & Savitri Joly-Gonfard es recrearnos el hambre que nos daba ver a Keanu Reeves y su séquito en semejante universo rico en posibilidades. Ni siquiera los hermanos Wachowski se dieron maña para aprovecharlo como corresponde cuando estaban en su pico de creatividad, enredándose con explicaciones crípticas y culminando con finales insatisfactorios. Algo similar ocurre con estos dos jovenes cineastas, que han copiado muy bien algo que es de culto, pero le han agregado poco y nada al mito. Lo suyo sin dudas es lo visual, pero la imaginería precisan ideas que lo sustenten y lo que han armado aquí entra en cortocircuito al poco tiempo de comenzado. Una lástima, ya que con un poquito más de jugo de cerebro podrían haber traducido todo este enorme esfuerzo en algo directamente memorable.