Crítica: Jason y los Argonautas (1963)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / GB, 1963: Todd Armstrong (Jason), Nancy Kovack (Medea), Gary Raymond (Acastus), Nigel Green (Hercules), Laurence Naismith (Argus), Douglas Wilmer (rey Pelias), Niall MacGinnis (Zeus), Honor Blackman (Hera),

Director: Don Chaffey, Guión: Beverly Cross & Jan Read

Trama: Antigua Grecia. El malvado Pelias y su ejército se han apoderado de la ciudad de Tesalía, exterminando a toda la familia real. Pero uno de los hijos del rey ha logrado escapar y ha sido adoptado por una familia de campesinos. Ahora, veinte años después, Jason ha regresado para reclamar el trono que le pertenece. Es por ello que se decide a buscar el místico vellocino de oro – el que trae salud y fortuna a los pueblos que lo poseen -, el que servirá para atraer hombres hacia su causa y reclutarlos en un eventual ejército que sirva para derrocar a Pelias. Pero Pelias se ha enterado de la noticia, y ha infiltrado en las fuerzas de Jason a su propio hijo, el cual espera el momento adecuado para matarlo. Ahora Jason y su élite de guerreros deberán emprender un viaje largo y complejo, debiéndose enfrentar a numerosos monstruos y peligros inimaginables … pero el vellocino de oro y la gloria los esperan al final del trayecto.

Jason y los Argonautas Con Sinbad y la Princesa (1958) el animador Ray Harryhausen había descubierto una jugosa veta comercial en el género de la fantasía. Y Jason y los Argonautas sería su siguiente incursión en el mismo terreno, tomando de inspiracion a las leyendas griegas. Si bien el filme tuvo una repercusión algo tibia en las taquillas, representa para muchos la mejor hora de Harryhausen, algo con lo que estoy de acuerdo (bah, la empardaría con El Viaje Fantástico de Sinbad, la que creo que tiene un libreto más pulido que el filme que nos ocupa).

Aquí está al mando Don Chaffey, un tipo que terminaría sepultado en la TV británica dirigiendo cientos de capítulos de series como El Prisionero o Los Vengadores. Pero Chaffey es muy bueno aquí, generando planos muy dinámicos – en especial cuando llega la hora de los efectos especiales -. Lo único que no puede manejar bien es el inicio del filme, en donde el libreto se enreda consigo mismo – es bastante rebuscado el tema de las profecías, la toma de Tesalia, el encuentro casual entre Jason y Pelias, la sugerencia de éste último de que vaya a buscar el vellocino de oro -, y todo hubiera quedado más prolijo con una simple narración en off.

Pero una vez que los aventureros abordan el barco, Jason y los Argonautas despliega todas sus velas. Hay algunas curiosidades en el elenco – Hera es Honor “Pussy Galore” Blackman; el contispado Nigel Green hace de Hércules y, curiosamente, no desentona; y figura Douglas Wilmer, el anticuario que asesoraba a Roger Moore sobre huevos Fabergé en Octopussy, y que ha hecho de todo: desde la mencionada El Viaje Fantástico de Sinbad hasta Las Novias de Fu-Manchú -, y las performances son lo esperado para este tipo de filmes, pero el fuerte sabor de aventura termina por hacer perdonable los defectos de fábrica del producto. Y la gran nota la pone Harryhausen en algunas secuencias memorables que van desde el combate con Hydra, la serpiente de múltiples cabezas, hasta el ataque de Talos, el coloso de bronce (una animación llena de pequeños y deliciosos detalles) y terminando con el gran clásico: la pelea campal de Jason y sus hombres contra un ejército de esqueletos animados. Aquí los esqueletos son veloces e implacables, lo cual resulta sorprendente considerando que hay animaciones similares y posteriores de Harryhausen que resultan de inferior calidad – pero aquí el timing de las criaturas y la integración con la acción en vivo es impecable -.

El gran problema con Jason y los Argonautas es que padece de coitus interruptus: apenas Jason se apodera del vellocino de oro, llegan los títulos de crédito y la venganza por la muerte de su padre queda stand by. Es posible que con tanto material Harryhausen y sus socios pensaran en que el filme sería un hit y sobrevendría la inevitable secuela … cosa que nunca ocurrió, y con lo cual el espectador se queda con las ganas. Pero por el resto, Jason y los Argonautas es una película de matineé sólida y más que entretenida, una aventura de aquellas como hace rato no se ven en los cines.

RAY HARRYHAUSEN

Debido a su trabajo pionero con los efectos especiales, a Ray Harryhausen se lo considera parte creativa necesaria de todos los filmes donde ha participado. Aquí hemos reseñado las siguientes obras: The Beast From 20.000 Fathoms (1953) – It Came from Beneath the Sea (1955) – La Tierra vs los Platillos Voladores (1956) – 20 Million Miles to Earth (1957) –  El Septimo Viaje de Sinbad (1958) – Mysterious Island (1961) – Jason y los Argonautas (1963) – Los Primeros Hombres en la Luna (1964) – El Valle de Gwangi (1969) –  El Viaje Fantastico de Sinbad (1974) – Sinbad y el Ojo del Tigre (1977) – Furia de Titanes (1981)