Crítica: Invasión (2007)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2007: Nicole Kidman (Dra Carol Bennell), Daniel Craig (Dr Ben Driscoll), Jeremy Northam (Tucker Kaufman), Jackson Bond (Oliver Bennell), Jeffrey Wright (Dr Stephen Galeano), Josef Sommer (Dr Henryk Belicec), Veronica Cartwright (Wendy Lenk)

Director: Oliver Hirschbiegel, Guión: David Kajganich, basado en la novela The Body Snatchers de Jack Finney, Musica – John Ottman

Trama: La sicóloga Carol Bennell ha comenzado a recibir denuncias de sus pacientes acerca de que sus familiares se están portando de manera extraña. En su vecindario se suceden hechos similares. Lo que podría ser una manifestación de histeria masiva comienza a develarse poco a poco como una verdad oculta: con la ayuda de de su amigo el Dr. Ben Driscoll, descubren que un virus alienígena se está propagando entre la población, y que termina por tomar el control completo de las personas durante el sueño. Pero a medida que pasa el tiempo, la mayor parte de la población sucumbe ante el control del virus, y comienza a señalar a Carol como una de las pocas personas sanas. Siendo asaltada e infectada con el virus, Carol intenta mantenerse despierta mientras trata desesperadamente de recuperar su hijo y de encontrar una cura para la epidemia alienígena.

Invasion Esta es la cuarta versión de la novela Los Usurpadores de Cuerpos de Jack Finney. El libro de Finney, en sus anteriores adaptaciones de 1956, 1978 y 1993, ha recibido respetuosos tratamientos cinematográficos y cada una de las versiones puede ser considerada un clásico. La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos de 1956 es la más popular y trata sobre la paranoia de la caza de brujas del Maccartismo; la versión 1978 de Philip Kaufman funciona como metáfora sobre la alienación urbana; e incluso la menos conocida adaptación de Abel Ferrara de 1993 funciona como alegoría sobre el sueño americano.

Ahora llega esta nueva versión para el milenio de la mano de Oliver Hirschbiegel. El pedigree del director alemán debería asegurar un mínimo de calidad, teniendo en su haber filmes como El Experimento (2001) y la aclamada El Hundimiento (2004) sobre los últimos días de Hitler. Con esos antecedentes uno piensa que la nueva versión de The Body Snatchers – que siempre ha funcionado en términos de alegoría política y social – bien podría ser conducida como un ensayo sobre el mundo posterior al 11 de Setiembre de 2001 y la paranoia terrorista que ha infectado a la sociedad norteamericana desde entonces hasta hoy.

Pero esa es una ilusión que se desvanece rápidamente. No es difícil saber el por qué: desde el momento en que los estudios vieron el corte de Hirschbiegel – que aparentemente transformó a la trama en un film de terror sicológico y con escasos FX – y lo consideraron demasiado estático, y decidieron traer a los hermanos Wachowski y a su asociado Lewis Teague (Matrix, V de Vendetta) para retocar el guión e inyectarle adrenalina a la historia mediante el rodaje de nuevas escenas. Todo esto terminó por generar un desastre millonario, donde crítica y público detestaron al film que rápidamente se hundió en las taquillas.

Es difícil saber qué hubiera pasado con el corte original de Hirschbiegel, pero sin dudas hubiera resultado en un mejor film que éste. Aquí es un desastre de tonos mezclados – el thriller subliminal versus la orgía de explosiones propia de Hollywood -, con lo cual uno termina por inferir que los estudios de cine norteamericanos deberían quebrar económicamente más seguido si siguen tomando decisiones estúpidas como éstas. Si uno le da una obra a un artista, después no puede terminar mutilando el film porque siempre resulta en un producto aún muy inferior. Pasó con la precuela de El Exorcista, y sucede lo mismo aquí.

Es un film que no entiende lo que significa la palabra sutileza. En todas las versiones previas de Los Usurpadores de Cuerpos existe una verdad oculta que empieza a revelarse gradualmente. Al principio aparentan ser coincidencias, después se elabora una teoría disparatada e increíble, hasta que termina por descubrirse la conspiración. Aquí en cambio vemos al transbordador espacial explotando y lanzando miles de piezas contaminadas con un virus espacial hacia la Tierra. No hay ningún tipo de sorpresa en que los acontecimientos que ocurren tienen un origen antinatural. Y está tan pésimamente desarrollado el guión, que en poco tiempo la Dra Bennell obtiene pruebas de que se trata de un virus alienígena. Lo que es peor, la dupla de Daniel Craig y Jeffrey Wright (viejos conocidos de Casino Royale) inmediatamente llegan a conclusiones descomunales sobre la base de unas pocas evidencias.

El clima de paranoia que suele precisar todo film de conspiraciones aquí es diluído a cero. No existen descubrimientos graduales, y ya en mitad del film tenemos a la sicóloga corriendo por su vida. Como si todo esto fuera poco, el único trasfondo que se le ocurre dar al guionista es que los conflictos políticos y militares del planeta comienzan a solucionarse simplemente porque los líderes del mundo han sido infectados. Como dice un personaje, la naturaleza humana es destructiva; en un mundo de paz, dejaríamos de ser humanos. Pero se trata de un concepto tan radicalmente idiota, que uno piensa que sería mucho mejor un mundo dominado por seres infectados con el virus y viviendo en armonía, a conservar nuestras individualidades autodestructivas. Comparando esto con la excelente atmósfera y las profundas reflexiones que generaban las versiones anteriores, sin dudas Invasión es la peor adaptación de la novela de Jack Finney hasta ahora.

Y en medio de todo esto están los infectados que escupen una baba para contagiar al resto, las torpes coreografías de multitudes observando a Carol Bennell sin pestañear, y las persecuciones totalmente descolgadas de la trama (sin mencionar el enfrentamiento final en la farmacia entre Carol, su hijo y varios infectados), lo que termina por convertir a la película en algo absolutamente mediocre. Existen algunas ideas buenas – Bennell es ahora mujer y sicóloga; la invasión se produce por un virus y se puede contagiar – pero un montón abrumador de errores de tono y concepto terminan por sepultar a Invasion y transformarlo en un film sin pena ni gloria.

LOS USURPADORES DE CUERPOS

La novela The Body Snatchers de Jack Finney ha sido llevada al cine en cuatro ocasiones: Invasion of the Body Snatchers (1956) de Don Siegel, Invasion of the Body Snatchers (1978) de Phillip Kaufman, Body Snatchers (1993) de Abel Ferrara, e Invasion (2007) de Oliver Hirschbiegel